martes, 11 de octubre de 2011

Acuarela

Tarde de otoño... Para su décimo cumpleaños, su tío le ha regalado una caja con frasquitos de tinta de diferentes colores (algunos con nombres raros), varios pinceles, platitos blancos de plástico y unas hojas de papel con dos caras distintas que evalua con la punta de los dedos... una cara más lisa y otra más rugosa.

Trae un vaso de agua y sobre la mesa, coloca una hoja, apaisada y por el lado rugoso.
No sabe qué pintar... mira a su alrededor buscando una idea... le gustan los colores de un cuadro que tiene su padre y decide inspirarse en él...


Elije el frasco de tinta azul, su color preferido. ("El azul cobalto se llama así porque es el azul de los duendes de las minas" le explicaron. No lo entendió del todo pero le gustó la explicación: él está aún en la edad de los duendes.)
Deja caer unas gotas en uno de los platitos blancos y moja el pincel nuevo en el vaso de agua, dando vueltas al líquido transparente, pensativo...

Acerca el pincel, dibuja tímidos arabescos con la tinta, en el lateral del platito... Duda un momento y luego, empapa bien el pincel, respira hondo y despues de unos segundos de indecisión, se atreve y empieza a acariciar la hoja.

Y en la hoja blanca, nace un mar de un color cobalto suave que le da confianza. Tras cada caricia del pincel, crecen las olas.
A cada momento, más seguro de sí mismo, el niño se entusiasma con el resultado.

Moja de nuevo el pincel en el vaso de agua y observa cómo ésta se tiñe de azul celeste.
Aparta el dibujo, deja el mar a medio subir y se entretiene jugando a añadir más y más gotitas azules al agua que se va tornando más y más color cielo... y hace volar el pincel en lo alto de la hoja blanca.

Le gusta su acuarela y decide añadir una duna verde, cubierta de vegetación difuminada. Coge otro plato, vierte unas gotas de tinta verde y ya con paso firme, pasea el pincel con un movimiento amplio, verde pradera, verde oliva, verde musgo, color esperanzador, sedante, hipnótico...
Y enjuaga el pincel en el vaso de agua azulada.

Quiere añadir un tono más cálido, más alegre y elige el frasquito de tinta anaranjada. Otras gotitas en otro plato y moja el pincel en el vaso de agua azul verdoso.
Y da vueltas en el plato blanco con el pincel manchado de azul y verde.
Y mira decepcionado cómo la tinta ocre brillante se vuelve "sienna".
No le gusta este color, no recuerda porqué se llama así, lo ve apagado y le parece aburrido a pesar de su calidez.
Frunce el ceño con fastidio y termina tirando el vaso de agua sucia al fregadero.
Pero se tranquiliza: sus enfados nunca duran mucho tiempo. Reflexiona.

A pesar de su habitual templanza y su constancia que raya a veces con la obstinación, se ha dejado llevar por un impulso excesivo que le ha traido desilusión.

Se ha dejado llevar por la aparente y engañosa facilidad de la acuarela.

Cree entender lo que hizo mal: hay que cambiar de vaso y de pincel y usar cada color con tiento y mesura para obtener la luz transparente y delicada de una acuarela....

Lo intentará otra vez...Ya tiene otra imagen en la mente...
No tira el dibujo esbozado a la papelera, lo aparta de momento...
Y acaricia otra hoja de papel con la punta de los dedos...

7 comentarios:

  1. Así es el proceso creativo de cualquier obra: sabes que hay algo pujando dentro de ti, pero al principio no aciertas a enfocar. Luego empiezas, te emocionas, te equivocas, vuelves a empezar... Y con el tiempo aprendes.
    Amena redacción.
    Feliz día.

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  2. "Luego empiezas, te emocionas, te equivocas, vuelves a empezar... Y con el tiempo aprendes."
    Y
    "Con paciencia."

    ... como la vida misma. ;-) ¿verdad?

    Un abrazo a las dos.

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  3. Me has recordado a mí. Siempre me gustó dibujar, y no lo hacía mal... a lápiz. Un día intenté hacer una acuarela. Al final, el papel quedó teñido de un color marrón indefinido e indefinible. Fue mi último intento. Desde entonces he vuelto a mis lapiceros, menos traicioneros.

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  4. Y si no lo hubieras hecho, nos habrías privado de tus monigotes tan expresivos,tan elocuentes sin palabras ;-)
    Siempre me han maravillado las acuarelas.
    Y el arte de la gente que sabe dibujar. Yo soy bastante negada para ello ¡qué frustración! jaja

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  5. Nadie es negado para nada, lo que pasa es que sólo invertimos tiempo en lo que se nos da bien.

    Bss

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  6. :) Sí, pero ya sabes que mi "arte" con la pintura se limitó... a las sillas de la cocina!! ;-)
    Y el tuyo con las acuarelas, a este esbozado paisaje ... tienes razón, cada uno encontró su camino en otro lugar.
    Lo importante es seguir buscando caminos.

    ¡Qué pases un buen día! Bsss

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