martes, 17 de enero de 2012

La espera

Hoy, no saldrá. Lo ha decidido.
Una ojeada por la ventana del salón le muestra un cielo bajo y gris que no inspira.
Ha dormido bien, contrariamente a su costumbre reciente; y ya tiene preparada la bolsa de deporte pero hoy, contrariamente a su costumbre de siempre, no le apetece.
No sabe por qué.
Algo le dice que es mejor que se quede en casa.

Recoge la mesa del desayuno: los cereales en la alacena, el tazón y la cuchara en el fregaplatos, la botella de leche en la nevera; toma la leche fría, en cualquier época del año... una manía como otra cualquiera.
Cuidadosamente, limpia la mesa que no ha manchado.
Otra manía.
Vuelve a pasar el trapo, concienzudamente; y por rutina también, mira el reloj de la cocina y sonríe: se paró hace semanas marcando las doce menos cuarto y lo dejó así... le gusta así.

 
Va al cuarto de baño. Se cepilla los dientes durante un buen rato, de forma ausente, mirándose en el espejo, sin verse.
Comprueba la hora en el móvil que no avisa de ninguna llamada perdida.
Nerviosamente, mira a su alrededor buscando... no sabe el qué.
No entiende este desasosiego matutino.No se le parece.
Coge el libro empezado.
Se instala en su butaca favorita.
Lee. Lee varias veces la misma página.
Al cabo de un rato, deja la lectura: no consigue concentrarse.
Se quita las gafas, se frota el puente de la nariz y se las vuelve a poner.
Enciende el portátil.
Mira el correo. Contesta a algunos mensajes pero sin explayarse.
No puede.
Le gustaría explicar lo que siente pero no puede.
Mira otra vez la hora.

Se levanta.
Cielo gris. Nubes deshilachadas. Rachas de aire.
Se vuelve a sentar.
Y vuelve a abrir el libro.
Mientras pasa las páginas hacia atrás intentando releer los párrafos subrayados, juguetea con nerviosismo creciente con un boli al que tiene cariño... Se evade un rato en sus recuerdos...
No ha oído nada pero mira otra vez el móvil:... nada.

No es que espere que llamen hoy, precisamente hoy, pero, sin saber porqué, siente la necesidad de averiguar si han llamado.

Mira otra vez la bolsa de deporte, de reojo.

De repente, suena la musiquita que normalmente tiene en silencio porque incordia y responde en seguida, casi gritando:
-"¿Sí?"
Quiere preguntar un montón de cosas pero no puede: su interlocutor no para de hablar.
En un momento en que al otro lado oye una pausa, aprovecha para decir:
-"¡Ahora mismo voy!"

Y cuando sale a la calle, riendo, el cielo tiene este color azul eléctrico y deslumbrante de los mejores días de invierno.

18 comentarios:

  1. Moraleja: la meteorología puede cambiar tan rápido como nuestro estado de ánimo, y viceversa.

    :)

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  2. :D :D Muy bueno, "meteorólogo conocido" :D :D
    Pero si nuestro estado de ánimo puede variar según el color del cielo, al revés no funciona :( y sigue sin llover...aquí.

    ¿Te sirvo el café con... una nube de leche? ;)

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    1. Pienso que un día gris no es gris sino de un gris perla precioso... el día lo hace el estado de ánimo de cada uno, puede ser un día espectacular y tu sentirte como el demonio o un día gris lluvioso y sentirte feliz...

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  3. No me he referido a si la influencia es mutua, si no simplemente a la característica que comparten, la variabilidad.

    El café siempre café y sólo café, pero a estas horas mejor un té. :D

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  4. Pero ¡qué tiquismiquis nos ha salido el nuevo Jefe! :D
    La influencia no es mutua, cierto. Pero la del tiempo sobre nuestro ánimo sí. La falta de luz solar y todo esto...afecta a muchos, según tengo entendido... y comprobado en carne propia ;)
    Valeeee... un té... ¿con una nube de leche?... o...¿cencellada de limón? :D

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    1. Pues, además de lo que comentáis a mí me ha dejado intrigada el origen de la llamada pues creo que es eso lo que le varía el humor a nuestro protagonista.......o no?? :)

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  5. Pues sí, María ;) la llamada es lo que le cambia el humor al(la) protagonista... ¿quién ha llamado? ¿qué ha dicho? ¿por qué sale tan rápido?...muchas incognitas...para vosotr@s ;)

    :( Y a mí, me cambia el humor... la incognita de los cambios de colores del recuadro de tu comentario >:( ... No entiendo nada !!!

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  6. Y algún día tendremos la respuesta? sabremos quién le ha llamado? :)
    Lo del recuadro blanco debe ser algo que yo he hecho, no te preocupes, siempre me lio al escribir el nombre y supongo que haría algo que lo dejó así.
    Bueno, en espera de alguna llamada de ésas.....voy a seguir con el día a día....espero que sea agradable para tod@s.
    Un bizou

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  7. Lo ves, ya ho ha salido esta vez......supongo que será porque le dí a editar.....y esta vez no lo he hecho.......I´m sorry
    :)

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  8. Se conoce que blogger también debe tener un humor cambiante últimamente, porque nunca sabes qué sorpresa o novedad te vas a encontrar :(

    Y volviendo al hilo del relato, a mí me intriga pensar que a veces se confabulen el tiempo -meteotológico- y las casualidades de la vida para determinar nuestro estado de ánimo, hasta a veces nuestra forma de verlo todo.

    Ay, no sé si me gusta....

    Por fin puedo leer tus nuevas entradas, Fram!

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  9. :) Pues, hoy brilla el sol aquí... y encima ¡me ves!... (y no he hecho nada... ya me explicarás) así que... estoy de buen humor :D

    Las nubes son como las chinitas en el zapato: haces un alto en el camino, sacudes la bota y otra vez a andar, senderista ;) mientrás no te caiga un rayo encima...

    Hoy... besotes de reencuentro :D :D

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  10. Barrunto Quién te llamó, Fram. Pero, conociéndote, podría ser cualquier persona necesitada de ala protectora (clocloización según la RAE :)) Día precioso en Caravaca, y eso que no me ha llamado nadie desde hace tres días. Igual es por eso por lo que hace un día tan bonito:) A ver si desentrañas de una vez los misterios de tu blog desaparecido de los laterales. Y observa las grullas pasar sobre ti, pronto lo harán. Ellas también saben un montón sobre meteorología :)

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  11. :D...Primero: no se sabe quién espera.(¿hombre o mujer?)
    Segundo: no se sabe de que va la llamada... salvo que es de las que alegran el día y más días...
    Tercero: te has equivocado de ave, pajarólogo ;)

    Yo, sí que conozco las tres incognitas. EDB EDB

    :( salvo la incognita de mi blog invisible Buaaaaaaa....

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  12. A mi no me va ni me viene quién llamó; si ese no saber que es lo que pasa en su interior, son momentos que me surgen personalmente muchas veces de verme en el espejo y decir que demonios me pasa porque estoy así. Releo habitualmente la misma página dado que mi mente se dispersa en sabrá Dios qué ya que al cabo me doy cuenta estoy en el mismo párrafo, me he identificado mucho!

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  13. Esperar sin saber muy bien lo que esperas... La mente que se dispersa sin importarle el aspecto del cielo... querer saber lo que pasa en tu interior...
    Diagnóstico: ¡estás enamorada! ;)
    Un beso,Kryz.

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  14. A veces esperas sin saber por qué, y también a veces resulta que recibes lo esperado. Son palpitos que ocurren muy de vez en cuando y que hacen que regrese la magia.
    Me alegra volver a leer en tu casa.
    Hasta dentro de dos semanas.
    Un abrazo.

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  15. Mercedes ¡alegría mía verte por aquí! No te esperaba, :D te hacía recluida a cal y canto.
    Este verbo "esperar" que puede ser "tener esperanza" o "dejar que pase el tiempo hasta que ocurra algo" es lo que estoy haciendo... esperar a ver si vuelvo a ser visible para todos :( mañana saldré de dudas.
    Espero que sigas y supongo que sigues con tus buenos propósitos. :)
    Vuelve cuando quieras... te espero tanto aquí como en tu "casa".
    Un abrazo.

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