martes, 25 de octubre de 2011

Viernes

Todos soñamos (o ¿no?) con encontrar una isla desierta, lejos de todo y de todos, perdida, sin más fronteras que la línea del horizonte, sin más cercado que la espuma depositada por las olas en la orilla, con sus tesoros de conchas donde escuchar los cuentos submarinos.

La isla de Robinson Crusoe... las horas de lectura de un verano largo, donde, en el refugio-isla del fondo del jardín, desaparecía con delicia y de donde salía a duras penas al oír la campana avisadora de la cena ( recurso familiar para llamar a los niños desperdigados por el campo donde no alcanzaba la voz.)

No era la isla de "Naúfrago" con sus cajas repletas de cosas prácticas, ni la de "Perdidos" tan inquietante.
No. Era una isla de sueños, de soledad... pero poblada de héroes y sonora de las palabras de los innumerables libros que me llevaban lo mismo en compañía de Viernes que del capitán Nemo o de los Cinco, de Alicia o de Scheherazade.




Esta isla de ensueño, que no consta en ningun mapa, ni tiene su club de submarinismo, ni su poblado de falsas chozas, esta isla existe...
Existe cada vez que abro un libro y me zambullo entre sus páginas.

Pompita dedicada a mis amigos-libros de la infancia: Sophie, Aladino, Mamou, Colmillo-Blanco, las hermanas March, Viernes, Crin-Blanc y .... muchos más.


martes, 18 de octubre de 2011

Paralelas

Desde hace unos días, me machaca el cerebro la cancioncita pegadiza de un antiguo anuncio de bolígrafos.

"Bic, Bic... Bic, Bic, Bic... Bic naranja, Bic cristal"

Es de los 60 o 70 creo ... y el anuncio mostraba dos bolis escribiendo, dibujando a la vez y de forma paralela.

"Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal"

Normal... normal... habría que saber lo que es "normal"... De todas formas, lo que ya no es tan normal es soñar con esto:

Dos bolis que se persiguen sobre una hoja blanca sus dos trazos paralelos si uno se acerca el otro se aleja y si uno dibuja una curva el otro también y siguen corriendo todo recto y se vuelven gigantes y a punto estoy de quedar aplastada por una marca negra que me deja un doble tatuaje recto encima de las manos como las huellas paralelas de las ruedas de un coche asesino e intento huír pero me envuelven unos rizos de tinta que bailan juntos...
"Dos escrituras a elegir . Bic, Bic... Bic, Bic, Bic..."
Y me despierto... uufff!!!

"Bic, Bic..."

Se vuelve repetitivo, rayando ya lo preocupante. Rayas del pantalón, paralelas finas en la camisa, paralelas gruesas del trapo de cocina. Estaba planchando, tan tranquila y volvió la musiquilla.

"Bic, Bic..."

Y sigue la obsesión: mire por donde mire, veo paralelas por doquier: hileras de hortalizas en su bancal, soldados desfilando, las vías hermanas de la autopista, las rayas del paso de peatones, los hilos pegados del cordón de alimentación, las paralelas trópico de Capricornio, ecuador, trópico de Cáncer, un pentagrama, el código de barras de la lata de guisantes, las huellas de unas suelas en el paseo campestre...

"Bic, Bic..."

 Y en mi insomnio, me siguen y me persiguen, dibujadas en el techo de láminas de madera, obsesivas rayas paralelas como en la película de Hitchcock "Recuerda" donde a un amnésico (y atractivo) Gregory Peck le cruza la mente algo muy importante gracias a los dibujos paralelos de un tenedor encima del mantel o las rayas de la colcha.
A media tarde, me llegan más detalles de la película: paralelas en el tejado blanco, un hombre se esconde detrás de la chimenea, una pista nevada en la sierra, una rara rueda de bicicleta... Gregory Peck se va acordando ...

 
¿Tengo que acordarme de algo?... No veo...
Tenedor... tenedor... Ya tengo la comida preparada...
Colcha... colcha... La cama está hecha también...
No veo... No se me da bien interpretar los sueños.
No veo...

"Bic, Bic..."

Me obsesiona esta musiquilla pero en realidad, me gusta: es divertida, fresca, alegre, sencilla, tierna en comparación con los anuncios actuales.
Y como ha venido, se irá.... y hasta la echaré de menos.
Pero de momento, me deja preguntas; no preguntas vitales pero preguntas sin respuestas y molestas como una chinita en el zapato:

¿Hay paralelas naturales? Quiero decir: ¿hay paralelas en la naturaleza? ¿Paralelas que no sean obras del hombre?... No veo...
En la naturaleza, veo curvas algodonosas en el aire, arabescos vegetales, puntos en el cielo nocturno, manchas en los animales, remolinos líquidos, espirales de semillas, líneas minerales casi rectas que se juntan y se cortan... pero no veo paralelas.
En la naturaleza, todo se mezcla, se enreda, se enmaraña, se cortan los caminos sinuosos, se unen durante un tramo y se vuelven a separar para volverse a unir más lejos o alejarse definitivamente.

No encuentro paralelas en la naturaleza y llego a la conclusión que es otro invento humano engañoso.
Para que las líneas no se crucen, como imanes que se atraen y se pegan o se repelen siempre a la misma distancia, para que las líneas se eviten sin perderse de vista, para que se observen guardando las distancias y no se encuentren más que en la ilusión óptica del punto de fuga... allí lejos... en el infinito.


"Bic, Bic... Bic, Bic, Bic...."

Espero no haberos contagiado la musiquita... y dejo esta "rayada"... perdón, quería decir: esta pompita rayada de preguntas para los expertos en geometría.

martes, 11 de octubre de 2011

Acuarela

Tarde de otoño... Para su décimo cumpleaños, su tío le ha regalado una caja con frasquitos de tinta de diferentes colores (algunos con nombres raros), varios pinceles, platitos blancos de plástico y unas hojas de papel con dos caras distintas que evalua con la punta de los dedos... una cara más lisa y otra más rugosa.

Trae un vaso de agua y sobre la mesa, coloca una hoja, apaisada y por el lado rugoso.
No sabe qué pintar... mira a su alrededor buscando una idea... le gustan los colores de un cuadro que tiene su padre y decide inspirarse en él...


Elije el frasco de tinta azul, su color preferido. ("El azul cobalto se llama así porque es el azul de los duendes de las minas" le explicaron. No lo entendió del todo pero le gustó la explicación: él está aún en la edad de los duendes.)
Deja caer unas gotas en uno de los platitos blancos y moja el pincel nuevo en el vaso de agua, dando vueltas al líquido transparente, pensativo...

Acerca el pincel, dibuja tímidos arabescos con la tinta, en el lateral del platito... Duda un momento y luego, empapa bien el pincel, respira hondo y despues de unos segundos de indecisión, se atreve y empieza a acariciar la hoja.

Y en la hoja blanca, nace un mar de un color cobalto suave que le da confianza. Tras cada caricia del pincel, crecen las olas.
A cada momento, más seguro de sí mismo, el niño se entusiasma con el resultado.

Moja de nuevo el pincel en el vaso de agua y observa cómo ésta se tiñe de azul celeste.
Aparta el dibujo, deja el mar a medio subir y se entretiene jugando a añadir más y más gotitas azules al agua que se va tornando más y más color cielo... y hace volar el pincel en lo alto de la hoja blanca.

Le gusta su acuarela y decide añadir una duna verde, cubierta de vegetación difuminada. Coge otro plato, vierte unas gotas de tinta verde y ya con paso firme, pasea el pincel con un movimiento amplio, verde pradera, verde oliva, verde musgo, color esperanzador, sedante, hipnótico...
Y enjuaga el pincel en el vaso de agua azulada.

Quiere añadir un tono más cálido, más alegre y elige el frasquito de tinta anaranjada. Otras gotitas en otro plato y moja el pincel en el vaso de agua azul verdoso.
Y da vueltas en el plato blanco con el pincel manchado de azul y verde.
Y mira decepcionado cómo la tinta ocre brillante se vuelve "sienna".
No le gusta este color, no recuerda porqué se llama así, lo ve apagado y le parece aburrido a pesar de su calidez.
Frunce el ceño con fastidio y termina tirando el vaso de agua sucia al fregadero.
Pero se tranquiliza: sus enfados nunca duran mucho tiempo. Reflexiona.

A pesar de su habitual templanza y su constancia que raya a veces con la obstinación, se ha dejado llevar por un impulso excesivo que le ha traido desilusión.

Se ha dejado llevar por la aparente y engañosa facilidad de la acuarela.

Cree entender lo que hizo mal: hay que cambiar de vaso y de pincel y usar cada color con tiento y mesura para obtener la luz transparente y delicada de una acuarela....

Lo intentará otra vez...Ya tiene otra imagen en la mente...
No tira el dibujo esbozado a la papelera, lo aparta de momento...
Y acaricia otra hoja de papel con la punta de los dedos...

martes, 4 de octubre de 2011

La chaqueta-de-estudiar

Es una chaqueta de lana fina, gris, suave, amplia, desgastada en los puños, clareando en los codos, suave, con su cuello alto, con su cremallera que se atasca... suave...


Suave... como los recuerdos dulces que evoca...

El sitio donde se compró, la mueca mía poco convencida por su mala calidad, la sonrisa interior para con el entusiasmo que despertó...
Las manchas de la Nocilla de las meriendas del estudiante-goloso-concentrado...
Las tretas mías para raptarla y lavarla de vez en cuando... su olor a suavizante de lavanda cuando lo conseguía o a ... olor corporal, cuando no.
Las manchas de tinta negra de la pluma anacrónica del estudiante-poeta-soñador...

Recuerdos agri-dulces de los días de morriña cuando me la ponía... ilusión de acercamiento cuando el estudiante estaba lejos...

Intentos míos absurdos y equivocados de "jubilarla".
Intentos felizmente infructuosos gracias a tu empeño :

  "¡La chaqueta-de-estudiar, ni tocarla!"

Y te la seguiste poniendo cada noche al terminar la carrera y empezar a trabajar, tan ilusionado.
Y te la llevaste a tu casa, iniciando una nueva página de tu libro.
Y te la sigues poniendo, fuente de inspiración en tus nuevos caminos, "glorioso guerrero" ;-)

Por muchas chaquetas nuevas que te compres, no la jubiles nunca.
¡Qué te siga arropando e inspirando la chaqueta-de-estudiar!

Esta pompita para ti ..... con agua y woolite y ...
PS ... Por cierto... ¿cuánto tiempo hace que no la lavas?...