martes, 10 de abril de 2012

Poco a poco...


Siempre le veía desde lejos. No siempre reconocía su voz. Nunca se acercaba a la casa y tardó en decidirse, probablemente asustado por los demás, tan ruidosos y glotones.
Cuando llegaba, ya no le quedaba nada o casí nada que llevarse al pico.
Así que le instalé un comedero aparte.
Bueno, en realidad era para todos los pequeños: herrerillos, carboneros, capuchinos, curruquitas y gorriones que tanto abundan en el jardín.
Y para él, por si le apetecía, aunque no fuera su menú habitual.

Un día, se decidió. Le gustó la comida y volvió al día siguiente. Le pude retratar desde detrás de los cristales.
Una mañana, me pareció oírle "pit, pit"...  me había olvidado de su desayuno; pero él, no.
Salí y llené el comedero; yo me alejé, él se acercó, comió y se fue enseguida.
Pero volvió. Volvió todas las mañanas.

A los pocos días, me esperaba en el lilo sin hojas o en el madroño cercano y ya no se alejaba cuando yo me acercaba con su ración.
Una mañana, me quedé cerca, muy cerca y muy quieta,  mientras él comía.
Nos miramos:  "pit, pit" dijo él, "pit, pit" contesté yo.
Y así durante varios días.
Siempre puntuales los dos: yo, porque mi estómago me despierta pensando en el desayuno y porque me gusta ver amanecer y él... por lo mismo me imagino.

Hace poco, despues de charlar los dos un rato mientras él apuraba las últimas miguitas y yo quitaba hojas secas de los tiestos, me fuí a la cocina pero dejando la puerta-ventana del salón abierta para ventilar.
Y de repente, oí un "pit, pit" diferente: sonaba muy cercano... estaba en el salón.
Dejé miguitas en el umbral entre cocina y comedor, se acercó, picoteó y se fue.
Fue la única vez que se atrevió a tanto.
No como una urraca que hace años, entraba en la habitación en cuanto la ventana estaba abierta. Pero esto es otra historia...

Pompita con sonrisa "pit, pit" para "mi" petirrojo (a fecha de hoy, sigue viniendo y seguimos... "pitpiteando" a la hora del desayuno)

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18 comentarios:

  1. Yo también tengo uno (ya sabes que son territoriales) pero no le doy de comer: remuevo la tierra y él busca y encuentra.

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  2. Tu actitud, MariaJesús, es la que me gustaría seguir: no intervenir... pero tu tierra, lo sé ;) no es la mía: dura, sin posibilidad de remover y ni encontrar (salvo en los tiestos y ¡lo saben los mirlos!) de allí, su atrevimiento y mi ayuda. En cuanto viene el buen tiempo y algo de lluvia, ya no me necesitan y dejo de llenar el comedero, hasta el invierno siguiente.
    Es la primera vez que ha venido este petirrojo pero también es la primera vez en mucho tiempo que hemos tenido un invierno tan seco.
    Esperemos que el próximo pueda echar de menos su "pitpit" matutino.
    Abrazo.

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  3. Ya ves me has dado miguitas como a tu petirojo y aquí estoy...pitpit...

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  4. :) Pero tú, madrugas aún más que mis "peques" :D
    Un besote "pitpit" y qué lo pases bien, allá donde vueles ;)

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  5. Yo a veces también pongo comida a los pájaros ;) , pero por el placer de verlos de cerca, no porque crea que me necesitan.

    Besos.

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  6. Aunque lo hagas para ti, Ignacio, les haces un favor de todas formas, creo.
    Es cierto que no nos necesitan en la mayoría de los casos pero cuando hiela o no hay comida a su alcance, lo tienen muy difícil y yo, si les puedo ayudar... pues lo hago :)
    ¿No tienes problemas con Elliott? ;)

    Besos

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  7. Una cosa es que te ayuden y otra que te lo den hecho. Si yo necesito algo y me lo dan hecho, con el tiempo me acostumbraré, y el día que no me lo den hecho tendré aún más dificultades para hacerlo por mi mismo.

    Tu petirrojo está preparado para sobrevivir, y si no lo está, pues tampoco pasa nada; así funciona la selección natural… ;)

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  8. :D De acuerdo, Ignacio... la próxima vez le dejo un pico y una pala para que trabaje en el jardín,luego hacemos cuentas, le dejo el dinero en el comedero y que se vaya él a por el pan de su desayuno :D
    En serio, ya sé que funciona así la selección natural y hasta donde alcanzo, creo que el petirrojo no está en peligro de extinción pero... no creo que pase nada si le doy facilidades unos meses al año. Y si mi jardín puede ser un punto de referencia para los pajaritos de la zona, yo tan feliz de verlos y oírles: intercambio de placeres.
    Y ¿a Elliott? ¿También le dices esto de buscarse la vida?... ;)
    Abrazo.

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  9. "Y ¿a Elliott? ¿También le dices esto de buscarse la vida?"

    Claro que no, pero no porque no pueda hacerlo, sino porque no debe, ya que no es un animal silvestre. ;)

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  10. No lo es porque tú, en un momento de su vida, has intervenido y le has acostumbrado a depender de ti ;)... y todos los meses del año :D:D

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    1. "y todos los meses del año"

      Esa es la idea: o es doméstico...o es salvaje. ;)

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  11. A mí me gusta mimar...sólo por mimar...

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  12. Y yo estoy de acuerdo contigo Mabel :)

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  13. ¡Qué conversación tan bonita!

    Viento de lebeche

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  14. Bueno, tampoco hay que ser extremistas... :) Un petirrojo o un herrerillo no dejan de ser salvajes por el hecho de ayudarlos a conseguir algo de comida. Y de paso los observamos más de cerca. Lo malo sería habituarlos a comer sólo lo que obtienen de nosotros, como a los perros y los gatos urbanos que... mejor me callo, que llueven palos :)

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  15. :) Viento de lebeche ¿nunca has "pitpiteado" con un petirrojo? es una experiencia muy gratificante.
    Besos y nos vemos.

    :D Mi gato NO es urbano, Diego... y sin embargo, es un modelo de urbanidad y... mejor me callo :D

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  16. Es muy gratificante ver como a pesar de su desconfianza se van acercando cada vez más, sea el animal que sea, mucho más si es un petirrojo que es todo libertad.
    Bonita historia.
    Un abrazo.

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  17. Si vivimos en el mismo entorno, es normal intentar convivir ¿verdad? :) ¡ojala fuese igual de fácil con los animales humanos!
    Un abrazo hasta tu castillo. ;)

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