martes, 22 de mayo de 2012

Pesadillas

La madre despierta sobresaltada y corre a la habitación de su hijo. Otra pesadilla...

-"¿Qué ha sido esta vez, mi niño?"
-"Los árboles... los árboles... salían del bosque y se iban. Y no quedaban bosques..."- dice el niño, entre hipos, con los ojos asustados y las mejillas húmedas. "¿Verdad que los árboles no se pueden ir, Mamá? ¿Verdad?"
-"No, no se pueden ir: tienen raíces... Pero quizá les gustaría, para pasear y ver otras cosas...
En tu sueño, los árboles son valientes. Y yo te voy a contar un cuento de árboles miedicas que se hicieron valientes."


- " Hubo un tiempo en que los árboles no tenían raíces y no se quedaban quietos en el mismo sitio.
 Y crecían bosques que se desplazaban por todas partes en cuanto se juntaban para charlar: a veces en familia, ya sabes: los pinos con los pinos, los abedules con los abedules..."

-"Los enebros con los enebros, los robles con los robles..."

-" O a veces en clanes: los de hoja perenne con los de hoja perenne, los de hoja caduca con los de hoja caduca..."

El niño mira la lámina de árboles que tiene en la pared... y la madre sigue con su historia improvisada.

-"..O mezclados todos, para contarse sus historias.
 Como tú, con tus amiguitos del cole o con los primos.

Pero un día, por culpa de un vendaval que tiró a varios de ellos al suelo, les entró el miedo a desplazarse y caerse; y poco a poco, al quedarse tan quietos...
...¿Sabes lo que pasó?...¡les crecieron unas raíces!...

Al principio, les pareció muy bien el estar plantados en el suelo firme; y muy orgullosos, decían que gracias a ellos, los humanos podían pasear por el gran bosque sin perderse y que tenían un sitio donde tomar sus meriendas o dormir una siestecita. Se sentían muy importantes los árboles.

Pero al cabo de siglos, algunos empezaron a echar de menos el poder pasear: querían ser libres de nuevo y descubrir el mundo más allá de las colinas.
Atados al suelo por sus raíces no pueden huir. Son presa fácil: de los incendios, los leñadores, las plagas o los enamorados con sus navajas.
Tiemblan, notan como montones de bichos invisibles trepan por sus piernas, corretean por sus brazos y se enredan en su cabellera verde"

El niño se ríe con las cosquillas.

-" Echan sus ramas hacia el cielo y llaman a los pájaros para que les libren de sus insectos nocivos y les cuenten sus viajes...
Acarician la tripita de las nubes para que les den gotas de su agua...
Giran sus hojas hacia el sol para que les dé su calor....
Buscan la sonrisa de la luna...
... y preguntan a las estrellas para que les enseñen el camino...

Y un día... un día... los más jóvenes arrancan una a una sus raices y empiezan su viaje..."

 El niño se recuesta en la almohada, con los ojitos medio cerrados mientras la madre le arropa con el edredón y le acaricia la frente.

 "¿Lo ves? no pasa nada si sueñas que los árboles echan a andar... es que ya no tienen miedo de nada. Gracias a tu sueño, de nuevo viven como aventureros...
Y tú también, algun día, irás a recorrer el mundo con ellos..."

 El niño se ha dormido con una sonrisa en los labios... detrás de sus párpados serenos, por un camino bordeado de flores silvestres, galopa a lomo de un caballito verde de crines doradas,...

Y al volver a su cama, la madre se pregunta porqué le ha contado esta historia tan rara... y se queda despierta hasta el amanecer...

Pompita para quien tiene miedo, para quien arranca sus raices y para la amiga que me inspiró esta... pesadilla.

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6 comentarios:

  1. Bonito cuento, que me hace pensar en que soy yo en realidad y que me gustaría ser, un árbol aventurero o un árbol que echa raíces.
    Un abrazo.

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  2. tetealca, entre cuento o pesadilla, entre aventurero o raíz... a veces se elige y otras, casi te obligan a elegir lo que no habías pensado en un primer momento.
    Tantos jóvenes (o no tan jóvenes) tienen que irse lejos hoy en día...
    Nos "vemos".

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  3. Nuestra mejor arma son los sueños, aunque a veces se cuelen pesadillas. A pesar de que la vida a veces te lleva por un camino no elegido, siempre te quedará la imaginación.
    Sí, muchos se ven obligados a marcharse, pero las raices no las rompe ni la distancia.
    Hermoso cuento, o pesadilla.
    Un abrazo.

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  4. Cierto, Mercedes, sin los sueños no habría habido aliciente para tantos descubrimientos.
    Arrancar las raíces siempre tiene un precio... igual que no arrancarlas. Elegir conlleva descartar ¿no? :)
    Un abrazo y hasta pronto.

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  5. :) :) :) :) Me encanta, me encanta, me encanta. Si de por sí me gusta cómo escribes, me encanta "lo verde", esto ya supera.
    Es maravillosa tu forma de verlo, me ha encantado lo de víctimas de los enamorados con navajas :D
    Es esto algo para leer varias veces, supongo que cada árbol nota en sus hojas y en su savia interior que tipo de árbol quiere ser, si quiere irse o marcharse... Yo sueño con árboles que vuelan :D Que se llenan de nieve, que pasan frío en climas del norte, con pinos amigos de palmeras exóticas... Yo sueño con árboles de raíces metidas en una maleta.
    Lo que no me gustan son los sueños truncados de otros, para los que todo eso pueda ser una pesadilla :(
    Leerte me ha ayudado, como siempre. Eres un árbol excepcional.
    Un abrazo sincero y grande como los bosques.

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  6. :) Me encanta que te encante Patricia. :)
    Escribí esto por lo que dices de los sueños truncados por culpa de otros.
    Por unas conversaciones con una amiga sobre el tema del miedo a irse y también porque en esas fechas, mi hijo planeaba irse por no ver posibilidad de trabajar de lo suyo aquí.
    Al final, él encontró trabajo y está aquí todavía (sin descartar nada en caso de no tenerlo ya) y la que se fue, fue mi hija. (volvió)
    :) árboles que vuelan... tema tentador ;)

    Lo que no me complace nada de nada es comprobar al entrar aquí al cabo de año y medio, que muchos de los comentarios que me escribieron entonces han desaparecido: no entiendo lo que habrá pasado :(((

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