martes, 13 de noviembre de 2012

Rroû y la llamada


 Rroû es un gato. Un gato negro. Un gato diferente y entrañable a cuya vida nos acercamos de la mano de Maurice Genevoix, gran conocedor de la Naturaleza y gran maestro del idioma francés.

Hace años, una amiga mía recogió un gatito y estaba interesada en leer algo sobre ellos y le recomendé este libro (uno de mis básicos, bueno... uno más de ellos).
Al no encontrarlo traducido, me comprometí en hacerlo para ella, a razón de un capítulo por semana. Nunca había hecho nada por el estilo y me costó; pero me gustó mucho el reto.
El libro habla de gatos, de cómo los ven los hombres, de cómo seguramente nos ven ellos cuando se dignan en mirarnos (si es que lo hacen) y habla de más cosas de la naturaleza en general y de la naturaleza humana también.
Por todo esto, me atraía el reto. Y me asustaba algo también, no lo niego. Pero disfruté.
Y mi amiga también, leyendo las entregas semanales y ayudándome con sus críticas a corregir torpezas y sortear dificultades de traducción.
Y por todo esto le tengo tanto cariño a este libro.

Hace poco han pasado las grullas encima de nosotros.
Y volverán a pasar en marzo, me han dicho, en su camino inverso al de ahora.
Puede que algunos las oigan. Puede que unos pocos las oigan y las vean también.
Puede que en muchos su nombre despierte sueños de viajes lejanos.
Y puede también que oigan y sientan esta llamada.

"La llamada"... así se titula el capítulo del cual os traigo un extracto.
(A Rroû, convaleciente de multiples males, frutos de sus correrías salvajes, sus amos le han encerrado en casa para que se reponga. Pero nada detiene a un gato, ni nadie es su amo por mucho que se lo crea. Y  escapa, atraído sin remedio, visceralmente atraído por la llamada de las grullas, sinónimo de libertad.)

"... Pero ya otros gritos palpitan en los confines de la noche, se acercan desde el norte inclinándose hacia la casa. Rroû estira el cuello apasionadamente, clava sus ojos como dardos, pupilas dilatadas. Su cabeza erguida dibuja en el cielo el vuelo de las aves viajeras. Son grullas. Puede verlas en la franja de una nube donde el vuelo triangular clava su punta y desaparece. Pero pronto emergen, justo encima de la casa. Sus gritos roncos parecen precederlas: pasan, con las patas colgando, en medio de una estremecedora bofetada de alas.
Rroû ha maullado largamente en el borde del tejado. Su grito sin edad, en la noche atormentada, ha respondido a la llamada de las aves. Durante un segundo, su silueta brota como suspendida en el lindero del cielo, inclinada hacia el suelo impetuoso de las nubes. Y de repente desaparece, se ha zambullido en el torrente sin orillas donde baten las alas de las migratorias."

Y dejo que vuestra imaginación siga volando con ellas.
Y viajando con él.
                 Rroû. Uno de mis gatos preferidos.
Un gato que vive libre, cerca del hombre pero a su aire, en el campo.
Un gato que vive... en un libro precioso.

Pompita para él. Y para Maurice Genevoix por supuesto.

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17 comentarios:

  1. Magistral, así de corto y así de sincero por mi parte.

    Si te parece, rescato una parte de tu entrada:

    "Hace poco han pasado las grullas encima de nosotros.
    Y volverán a pasar en marzo, me han dicho, en su camino inverso al de ahora.
    Puede que algunos las oigan. Puede que unos pocos las oigan y las vean también.
    Puede que en muchos su nombre despierte sueños de viajes lejanos.
    Y puede también que oigan y sientan esta llamada".

    Es de una belleza sobrecogedora.

    Un besazo

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  2. Si todo es como ese fragmento, tendré que buscar una traductora...

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  3. Lo buscaré, tiene pinta de merecer la pena.
    A mi también me gustan los gatos..
    Besos

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  4. Pues me dejas con ganas de saber mas de este gato. Es una pena que no podamos conocer toda la historia porque los fragmentos que has compartido hoy con nosotros son muy hermosos.

    El reto de traducirlo me parece admirable y si además has disfrutado con ello es genial para ti, para tu amiga y para nosotros que nos hemos llevado un cachito.
    Besos

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  5. Si no hubiese sido por el interés de esta amiga en leer el libro, nunca me habría lanzado a esta aventura porque la traducción es un arte que no he estudiado y que para textos literarios, poéticos, requiere mucho más que simples conocimientos de vocabulario o gramática.
    Pero es sumamente enriquecedor: aprendí un montón sobre plantas, por ejemplo.
    Y sobre todo, lo pasé muy bien. :)
    Y eso que en esa época de mi vida, disponía de muy poco tiempo libre para dedicarme a ello. :D
    He dejado de buscar si está o no traducido, por no saber muy bien cómo averiguarlo y si alguno de vosotr@s lo encuentra, os lo recomiendo, de verdad.
    Éste y en general los de este autor.
    Sobre todo a los gato-adictos ;)

    Besos para los cuatro. Y sonrisas :)

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  6. Framboise, me gusta mucho ese Rroû (extraño nombre intraducible, ¿onomatopeya de "ronroneo"?) El primer gato poeta ¿no? Se sube a un tejado, ve unas grullas volando y se une a ellas en busca de su libertad. O quizás vaya buscando su cena, a lo mejor el poeta soy yo :) Seguro que tu traducción ha sido muy buena, eres bilingüe y gatuna.

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  7. ¿Gato poeta? No, gato sin más. Pero gato libre, no peluche de piso. Un gato de verdad.
    Y los gatos no vuelan ¡poeta! :D
    Rroû recorre el campo y el bosque en busca de la comida que a él les gusta; y más que de comida, disfruta de su libertad. Con todo lo que esta palabra conlleva.
    Tú, no necesitas mi traducción: sabes de naturaleza mucho más que yo. De francés, menos pero lo suficiente. Sólo te falta saber de gatos :D
    Y si quieres saber de dónde viene su nombre... ¡Léete el libro! :D:D ¿miau?... y ... ;)

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  8. ¿Dices que está en francés?...;)
    Le doy el título a la librería a la que solemos ir, por lo que nos traes debe ser una delicia de lectura, además una excusa excelente para desempolvar mi francés...;))
    B7s

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  9. Gatoadicta incurable, lo confieso. Siempre, salvo escasas etapas de mi vida, he tenido a uno de ellos junto a mi. Pero vivir en una gran ciudad tiene muchos inconvenientes y peligros para un gato ansioso de libertad, y alguno había desaparecido por la valla trasera del patio para no volver jamás.
    Ahora me acompaña Nana, un felpudo gordo, de cinco años de edad, dulce, vaga y completamente acomodada. Para ella la libertad parece un lejano recuerdo y no precisamente agradable. La adopté hace unos meses de la Protectora.

    Respecto al libro: Prometo buscarlo en cuanto me acerque al centro. Mi francés da para leerlo y probablemente disfrutarlo, pero ni de lejos para traducirlo.

    Un beso.

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    Respuestas
    1. Se me olvidó el otro día: adoptar de la Protectora es lo mejor para ellos y lo saben, son muy brujos, tienen antenas y por eso tu Nana-gordita no tiene más ganas de libertad :)
      Hace años adoptamos una perra "patchwork" de mil padres, fea, flaca, enferma y condenada por el mucho tiempo que llevaba allí: nos enganchó con una mirada resignada... y no sabes lo que echo de menos su cambio de mirada que disfrutamos unos cuantos años.
      Un beso para las dos. ;)

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  10. Mari, elena. Os animo a leerlo de verdad :)
    Además leer es la mejor forma de ampliar vocabulario en el idioma que sea ;)

    B7s y besos miau :D:D

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  11. Grato lo que has compartido.
    Te soy sincera soy perruna, pero tengo amigas gatofilas a quienes les dire del libro.

    Gracias por tu visita y palabras en mis primeros 70!!!!!!

    Cariños

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  12. :) Abuela yo también soy de perros y... de gatos. Lo uno no es incompatible con lo otro. He tenido de los dos y se llevaban mucho mejor que lo que dice el dicho... y mucho mejor que ciertos humanos ;)
    Besoss... ¡y que los disfrutes! :)

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  13. yo he descubierto a loa gatos hace poco, este verano una gatita me seguía hasta mi puerta con un miau lastimero, le di de comer y hasta hoy. Ha tenido un hijo y no sé si más o si se le habrán muerto. El caso es que ahora les doy de comer cada día a los dos, a "mami" y a "coco" que viven en una casa vieja.
    Por eso me ha gustado especialmente este post.

    BESICOS.

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  14. "A Rroû, convaleciente de múltiples males, frutos de sus correrías salvajes, sus amos le han encerrado en casa para que se reponga. Pero nada detiene a un gato..."
    Reponerse es sólo esperar...no detenerse no?hay muchas cosas interesantes en la espera...
    besossssss

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  15. :) Sí ana, recuerdo muy bien la historia de tus "peques" :) Y su instinto no equivocado al acercarse a ti. Y esta foto de "coco" (¿era él, verdad?) asomado a la ventana entre barrotes, tímido todavía.
    Primero, se gana su confianza por la necesidad del estómago que es la primera en cualquier especie y luego por el cariño que es la segunda necesidad imperiosa.
    Seguro que "mami" tuvo muchos más gatitos pero por los tiempos que corren, es dificil mantener una familia numerosa...
    Besicosss vuelan hasta Jaén,para toda tu familia, gato-adicta-reciente :)

    :) mabel, "el que espera, desespera" muchas veces pero si es gato, no espera: los gatos no piensan, siguen su instinto, viven el día a día... y así les va a la mayoría. En el fondo ¡qué felices ellos! ¿verdad?
    Besosssssss
    PS ¿sigues esperando?... y yo. Buaaaa.
    Pero como dices: algo se detiene pero otras cosas funcionan mejor estando en espera. ;)

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  16. Acabo de pasar por casa de Margari, de puntillas, por si me daba un coscorrón, como la he dicho merecidísimo y me he armado de valor... ¡Aquí estoy! uy... sin chillar... que tú me debes tener preparados unos cuantos...
    Voy a ver si encuentro este libro del que nos hablas para mi hermana Koncha. Yo, no soy gato-adicto, pero me da que este minino me va a encantar. ¡Aclaro! Que no sea gato-adicto no significa que no me encanten los animales de cualquier tipo.
    Y siempre recordaré a Pipo, un perro negro precioso, de mi juventud. Algún día os lo enseñaré en el blog.
    Besazos sin interjecciones, por no despertarte, ya sabes...

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