sábado, 1 de diciembre de 2012

Paroles, paroles, paroles...


Tenía que ocurrir:  las palabras explotaron. Pues hartitas estaban con las etiquetas que les habían puesto y sobre todo hartas del mal uso que de ellas se hacía.
Algunas estaban molestas.

Por ejemplo animalitos sin malicia como el cerdo, la víbora, el cabrito, la cotorra... ya os podéis imaginar: cuando unos no están en el plato es porque los cocineros se los tiran a la cabeza de mala manera y de las otras, unas malas lenguas desvirtúan su significado.

El amor y el sexo también se preguntan cosas del estilo "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?" los han liado y manoseado tanto desde siempre que ya ni ellos mismos saben lo que significan.

Y ¿la generosidad? ¿qué me dicen de la generosidad?
¿la caridad bien entendida? pues de ella se rumorea que debería empezar por sí misma.
Curioso...

Y cantidad de páginas en el diccionario que ya no informan sino crean más y más confusión ya que cuando salen de paseo nadie las reconoce...

Pero para volver a la explosión... hay otras bastante más indignadas como son

                  Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Tres que llevan años intentando calar de verdad (ésta es otra que también está hasta las narices), intentando calar de verdad en la mente y el corazón de la gente.

La Libertad, estática a la entrada de un puerto o al pie de un puente.
La Igualdad, siempre buscando su lugar entre signos inequívocos de más o menos.
La Fraternidad, resumen de reuniones de dudoso cariz e intención.

Una se salva: la Amistad. Siempre se olvida de la etiqueta y de las buenas maneras pero a la suya, sale siempre a flote. Esto es cierto.

Y otra se desespera: la Verdad... Ésta, siempre lo ha tenido muy difícil... "Si quieres que te diga la verdad..." o "¿verdad que...?" Aunque nos digan que va por delante siempre se nos esconde la mitad y cuarto y mitad.

En serio: no sé en qué piensan los que hacen los diccionarios. Deberían repasar sus definiciones o sus métodos de enseñanza.
 ............

Pompita con agua turbia, jabón que huele mal y que llevaba mucho tiempo a punto de explotar.

.

13 comentarios:

  1. Para ilustrar tu post:

    http://www.youtube.com/watch?v=yO2nMH6RDPM

    O de cómo la polisemia y el vuelo en paralelo sembraron el descrédito en el diccionario, provocando una guerra de trincheras entre acentos, comas, puntos y sílabas, morfemas y fonemas. Ep, ahí es nada, jajajaja...

    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Valaf, Gracias por el enlace de la canción: no te creas que no lo pensé puesto que son estas palabras "paroles, paroles" las que me vienen a la mente al ver los telediarios.
    Pero no. Hay momentos que son para otra clase de letra.
    Y Delon era demasiado guapito para una pompa de jabón como la de hoy. :)

    En fín... el martes volveré con agua limpia ;)

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Estoy completamente de acuerdo con tu indignación. ¡Qué mal las utilizamos a veces! como las manipulamos para que digan lo contrario de lo que realmente quieren decir, generalmente en nuestro provecho y otras pobres no levantan cabeza, no las dejan. Y si nos descuidamos con el lenguaje de sms y correos acabarán mutiladas irremediablemente.

    Besos (palabra que no explota porque en este caso dice lo que quiere decir)


    ResponderEliminar
  4. Vergüenza es lo que no hay.
    También yo estoy indignada.

    ResponderEliminar
  5. Las palabras andan buscando su sitio, algunas incluso se han perdido como las que nombras, como se les ha perdido la palabra dignidad a los políticos, y la palabra solidaridad a muchas personas, y la palabra humanidad que anda de capa caída...son palabras en busca de personas que las traten como merecen.

    BESICOS

    ResponderEliminar
  6. "Palabras en busca de personas que las traten como merecen" pues sí, Ana. Y son muchas, muchas más que las que traigo. Muchas palabras pero afortunadamente muchas personas que siguen creyendo en ellas y practicándolas.
    ¿Utopía? me resisto a pensar que es utopía creer en el poder de ciertas palabras aunque otras intenten aplastarlas.
    Otras como falta de dignidad, vanidad, deshumanidad, insolidaridad, avaricia, manipulación, egoismo, mentira... la lista es larga.
    Me quedo con la indignación y los besos.

    ResponderEliminar
  7. ;)
    Me da que la riqueza significativa de las palabras contiene este "problemilla". No obstante, el uso de las palabras dice mucho de quien las usa y en eso son un espejo de la sinceridad del hablante. Hay especialistas capaces de bajar a la trastienda de la persona sólo con analizar qué dice y cómo lo dice, a nivel oral o escrito.
    B7s

    ResponderEliminar
  8. Cómo lo dice... o cómo lo dice su cuerpo.
    Un buen ejercicio consiste a veces en quitar el sonido, prescindir de las palabras que pueden engañar y observar el discurso del lenguaje corporal del interlocutor. ;)
    B7s escritos pero ciertos. :)

    ResponderEliminar
  9. Es verdad, con frecuencia las utilizamos mal, las manipulamos y las degradamos. Les cambiamos el significado por conveniencia, por gracia o por ignorancia, pero yo creo que aunque sean mal utilizadas, es tal su poder, que con sólo pronunciarlas la mente siempre evoca su esencia primigenia.

    Viento de lebeche

    ResponderEliminar
  10. Sabes cual es la palabra que menos me gusta? "pero" siempre va justo detrás de algo agradable para dejarlo incapacitado de cualquier tipo de sentido.
    Es como una gran goma de borrar!!!
    Besos

    ResponderEliminar
  11. Viento de lebeche ¿sabes una cosa? Yo perdono que se las use mal por ignorancia, hasta por gracia incluso pero por conveniencia, para engañar, mentir, aprovecharse de los demás, presumir etc... pues NO.

    Mientrasleo, pero... ;) también puede ser al revés ¿no? Primero una cosa desagradable borrada luego con un "pero..."
    Ejemplo: "he terminado este libro maravilloso... pero sé dónde encontrar otro" (en casa de Silvia ;))... o "pero lo puedo volver a leer" :)

    Besos a las dos :)

    ResponderEliminar
  12. Pues no estaría nada mal una manifestación entre Neptuno y Sol de palabras. Y nosotros detrás. Las palabras portarían pancartas, también con palabras. Y nosotros seríamos los que chillásemos, palabras, por supuesto. Yo elegiría una que has usado en tu comentario, UTOPÍA, para encabezar la manifestación.
    Ahora que, te digo, aunque estén más que hartas de ser usadas por tanto sinvergüenza, siempre seremos más, muchos más, los que convivamos en total armonía con ellas.
    Y uso otra de las tuyas para despedirme con un besazo, Fram, AMISTAD.

    ResponderEliminar
  13. ¿Entre Neptuno y Sol? con que arreglemos lo que hay en la Tierra...
    Utopía para empezar la marcha pero que se transforme en Realidad.
    Un abrazote, amigo Román. :)

    ResponderEliminar