martes, 22 de octubre de 2013

Una velita

                                               
Unas velas. Una para cada comensal. Todas distintas.
Por su forma y su color. Cada color según cada uno.
Con un nombre dibujando una sonrisa en la orilla del platito que recibe la velita de cada uno en la mesa navideña. O en la mesa de la vida.
Unas velas. Una para cada año vivido...
En la última celebración familiar, me asaltaron a traición los recuerdos. Como a menudo me pasa ...
Recuerdos de otra vela. Normalita. Blanca, natural.
De ésas de emergencia que siempre están al alcance de la mano por si se va la luz.
Y que, de tanto usarla, va menguando, su cera agotada y su pábilo sin fuerza, torcido.
Dando lo que puede de su luz suave y socorrida y que se va apagando... sin ruido ni chisporroteo.
Con un leve soplo de aire, al empezar el verano, tu luz se apagó Pepa: sabías que habías cumplido con tu papel y dejaste tu sitio en la mesa.
Y te fuiste. Discretamente. Tal como viviste.
Tú, que tanto ayudaste, te fuiste sin esperar ayuda para apagar
las 99 velas que te esperaban al final del verano.
Y al cortar la tarta de fiesta familiar, otra vez me acordé de ti.
De ti y del platito sonriente donde lucía tu vela.
Me sobró un plato con tu trozo de tarta. Me faltó tu velita.

Te he echado de menos, Pepa...Tu luz sonriente, dulce y golosa.



Pompita para ti, "TíaVieji".

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12 comentarios:

  1. Silencio.

    Un fortísimo abrazo, Fram.

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  2. Todos somos una vela que se consume sin remedio. Lo que hay que procurar es que nuestra llama brille con la máxima intensidad hasta la última gota de cera.

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  3. Son muy emotivas tus palabras. Siempre se hace un silencio cuando una persona querida se nos va.

    Bss.

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  4. Yo, también silencio. Me has traído al recuerdo un dolor que no acaba de curarse.
    Resignación y un abrazo.

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  5. Nunca se van de todo aquellos a los que amamos.

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  6. Sentido y emotivo homenaje, no tengo palabras pero sí te dejo mi abrazo.

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  7. Te acompaño con una velita por Pepa que sigue contigo cada vez que te asalta su recuerdo. Es el mejor homenaje que podemos hacerles, recordarles.

    Un abrazo grande

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  8. Recordar a alguien con tanto cariño siempre duele. La huella que dejamos si ha sido amable tarda en desaparecer.
    Pepa dejó su huella, y su platito de postre a punto, porque nunca se fue realmente.
    Un besito dulce pompita Framboise

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  9. Las lágrimas que me han aflorado han apagado un poco mi velita, por eso no quiero imaginar como estará la tuya, y desde aquí te mando mucha luz y energía. Y un abrazo enorme, lo bonito es que en realidad nunca se apagará del todo para ti. Un beso :)

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  10. Sí, es cierto, este homenaje es de los más hermosos y afectivos que he leído. Pepa siempre iluminará con luz propia en todas las tartas de cumpleaños.

    un abrazo :)

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