martes, 11 de marzo de 2014

Desde mi pequeño Serengueti

Me gusta leer, lo he dicho muchas veces pero el libro que más me gusta, por encima de todos, es siempre el mismo:
                               el Libro de la Naturaleza.
Y me siento afortunada.
¿Hay acaso algo mejor que tener la suerte de disfrutarla?

Y digo que tengo suerte porque, si bien se me resisten muchos pájaros (como la abubilla), otros animales se me acercan, aparentemente deseosos de ser observados y hasta retratados.
(Y no hablo sólo de las cabras.)

Hace años, visitas diarias de escolopendras, alacranes y culebras.
Cada día más escasos. Huyen del hombre, sabiamente.
Con frecuencia, ranas, lagartijas y sapos.
Una vez también, un tritón: menuda alegría.
Hace casi un año, posó para mí esta comadreja que algunos ya conocéis:


Y entró en casa también, un bebé alcaudón despistado que pude observar y retratar con tiempo antes de mostrarle la ventana de la libertad. (os lo enseñaré pronto).
Y las simpáticas salamanquesas que veranean cada año en el salón.
Visitas de murciélagos también (estos, no tan celebrados: reconozco que les tengo pavor.)
Hace bien poco vi la primera mariquita de la temporada y mariposas también.
Pero, hay más bichos por aquí...

La semana pasada, aprovechando una mañana soleada, salí a dar un paseo entre las rocas que me rodean y me llevé la máquina, por supuesto. Pensaba sacar fotos de brotes de árboles, pajaritos e incipientes flores silvestres. O reflejos de cielo en los remansos del riachuelo pletórico de agua ahora. Pero...

Muchas veces los he oído por la noche, cerca de casa; muchas veces los he olido pasando cerca de sus guaridas; muchas veces he seguido sus huellas en el barro a orillas del riachuelo o en la pradera hozada.
O los he visto, desde el coche, de noche, cuando vagan por las calles de la urbanización, colándose en los jardines en busca del alimento que el verano implacable les niega en el campo libre.

Pero nunca los había visto en su sitio y de día; y me topé con ellos,
de pura casualidad:


Dos jabatos entre zarzas.
Y estoy segura que había más pero no los vi: sólo mucho movimiento entre la maleza, a orillas del riachuelo.
Un par de fotos y... gruñidos.
Lógico: si hay jabatos... hay mamá jabalí cerca.

No me dio tiempo a sacar ni su mejor perfil ni el peor: salió de su refugio de zarzas, inquieta y gruñiendo como toda buena madre que sospecha peligro para su prole.
Y yo, tan sorprendida (todo esto que os cuento pasó en menos tiempo que lo que tardáis en leerme) y asustada también, me subí a una roca para ponerme a salvo (estoy algo loca pero no tanto: el tamaño de la mami y su genio me dieron alas para trepar.)
Pero... se me cayó la cámara al pie de la roca y en ese momento, me preocupó también que "mamá jabalí" se acercara más y la pisara.

Pero no... después de un rato de inmovilidad a un par de metros de mi roca, se fue. Arruando. Que es lo suyo por otra parte.
Como me quedé inmóvil yo también, no me vio. O pensaría que no era yo de temer y se metió otra vez en su camita de zarzas. Gruñiendo. Tranquilizando a sus rayones, me imagino.
O refunfuñando tal vez, disgustada por mi visita inesperada.
Y yo también refunfuñé (en voz baja), disgustada por no haber podido sacarle a ella ni una sola foto.
Ni buena, ni mala. Ninguna.

Me quedé un rato más, encaramada en mi roca por si acaso.
Ella tampoco se movió de su refugio. Prudente y mutuo silencio total.
Luego recuperé la cámara y volví a casa, tan feliz.
Saboreando el momento.

Creo que en unos días volveré allí... me tienta...
A ver si hay aún más suerte y os presento la familia al completo.
(espero no haberlos molestado hasta el punto de mudarse...)

Cada día me gusta más este libro de la Naturaleza.
En cada página una maravilla, una sorpresa. Grande o pequeña.

Momentos mágicos.

.


22 comentarios:

  1. Pues comparto con vos el amor a Natura, y leyéndote me han venido unos recuerdos de un episodio parecido.

    Y corría el año del Señor de, ummmmmmm...creo que 1996, y lo digo porque nuestro mayor era pelín más idem que nuestra pequeña Ana María. El caso es que paseábamos Mari, Zac y yo mismo por la Senda de la Pegunta, o barranco de la Pegunta, en el Penyagolosa. El lugar es una microrreserva de la flora y fauna con lo que puedes imaginar la belleza del mismo. Y bien, como mi esposa llevaba una mochilita con nuestros dos bocatas, agua y la comida del nene, yo llevaba al entonces peque y todavía único en una de esas mochilas en que el pequeñajo saca las piernecitas y va todo feliz y repantigado mientras su sufrido progenitor sube, baja y hasta trepa por las empinadas cuestas y pendientes del lugar. El caso es que, muy cerca de la fuente de la Pegunta (en el corazón del Penya), va y nos sale un jabalí...el tipo se nos queda mirando y menos mal que le dio por largarse corriendo, ni tiempo tuvo Mari para sacarle una foto, aunque sí para salir escopetada justo en el sentido opuesto del animalito, jajajajajajajaja. Y yo, sujetándole la cabeza al peque, pues me puse a mediocorrer detrás de ella pero mirando un poco hacia atrás por si las moscas, jajajajajaja...

    Un besazo!!!

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    1. ;) Emocionante, verdad? ¡¡¡Menudo susto con el peque !!!
      Debe de ser un entorno precioso: buenas caminatas os daréis por allí. :))
      Besotes, tabernero.

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  2. Mi amor a la naturaleza se vio bastante mermado desde que en Despeñaperros, inicio de Sierra Morena, en una excursión juvenil, me topé de frente con un "morlaco" escapado de una cercana ganadería de reses bravas.
    Dudo que Tarzan subiera con la misma eficiencia que yo el chaparro que me sirvió de refugio. Menos mal que el "bicho" se desentendió pronto de mi y yo pude refugiarme, pálido pero ileso, con el resto de los excursionistas.
    Un abrazo.

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    1. ¡Qué pena que la excursión terminase con una posible vocación de "bichólogo" !
      Pues si me ves trepar en la roca, me llamarías Jane! :D:D
      Pero fue una mañana muy bonita, susto aparte.
      Un abrazo, Juan.

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  3. En esta época del año, el libro es maravilloso.
    Ya han llegado las golondrinas y los días se alargan maravillosamente.

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    1. ¿Golondrinas ya?... aquí, no las he visto todavía. Pero disfruto con los amaneceres de todos los peques alados.
      Tienes razón: empieza lo más colorido del libro, entre animales, florecitas y por supuesto, los árboles.

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  4. El libro de la naturaleza es maravilloso, tiene miles de páginas, como días y momentos y siempre es distinto y especial pero.... ten mucho cuidado Fram, sé que lo sabes pero un jabalí y más si está protegiendo a sus crías puede ser muy peligroso, lo digo por ese nueva visita que intentarás. Te aseguro que no necesitamos ver para creer, aunque también te reconozco que la tentación es grande.
    Me dan mucha envidia esos paseos tuyos por la naturaleza, el tenerla así, al alcance de la mano, todos los días y me alegra que la compartas aquí con nosotros :))

    Besos

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    1. Sí, la tentación es grande... aunque no muy razonable quizá...me lo dice todo el mundo :(
      Cuando quieras, vente, acompáñame (lo digo en serio)... y cuidas de mí. ;)
      Sólo te hace falta buen calzado y agilidad en trepar. Y si no retratamos jabalíes, podemos retratar rocas: las hay muy fotogénicas :)
      Besos y sonrisa :)

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  5. Este libro es de esos que nunca tienen fin y cada día nos da aventuras nuevas, para poder disfrutarlas y lo mejor que tiene es que nos levanta del sillón y nos saca de casa para leerlo...Las fotos son dos "páginas" preciosas :-)
    El tiempo que viene ahora es uno de los mejores para la agotar las batería de la cámara en cada excursión.
    Cuidaito con algunos bichos.
    Buen miércoles.
    Un beso

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    1. Sí, tiene montones de capítulos a cual más atractivo y como bien dices, nos aleja del sillón sobre todo en esta época del año en la que la cámara hace horas extras :D
      Hace tiempo que me llevo siempre la batería de repuesto porque no hay nada más frustrante que se te escape algo bonito sólo por un tema técnico ¿verdad? ;)
      ¿Sabes que hay también zorros por aquí... ? pero nunca los he visto.
      Besos, Laura. Y sonrisa :)

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  6. Qué bonito.
    A ratos echo de menos tener más contacto con la naturaleza
    Besos

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    1. Pues ¡escápate de vez en cuando! Merece la pena.
      Un beso muy grande. :)

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  7. Françoise, tu experiencia con los jabalíes tuvo que ser muy excitante, me hubiera gustado haberla podido compartir contigo, principalmente ver sus crías.
    Cuando ando por el pequeño bosque, cerca de casa, con frecuencia, veo sus rastros, pero nunca consigo encontrar los rayones en su cubil. Siempre me pregunto dónde se esconden durante el día. Yo, en varias ocasiones también los he oído, en alguna noche de verano, hozar en la parcela contigua a la mía; alguna vez los he visto correr en parejas por mi calle, incluso, hace varios años, yendo hacia el cine, con el coche cargado de niños, unos siete u ocho cruzaron la carretera, debían ser varias familias con sus rayones y bermejos. El susto fue impresionante, cruzaron la carretera como una exhalación, no pude frenar a tiempo y mi coche topó con uno de ellos. Sentimos un buen impacto, el animal, ante la embestida, salió despedido varios metros, rodó por la carretera como si de un corcho de botella se tratara, pensé que lo habría matado, o al menos herido seriamente, pero se levantó y siguió corriendo con su familia. Era un ejemplar magnífico y formidable. Los niños estaban asustados y entusiasmados a la vez, se rompieron dos faros del coche, y yo tardé varios minutos en recuperar la compostura para no asustarles.
    Como la Naturaleza siempre nos sorprende, espero su sorpresa, a ver si viene hasta aquí esa “mamá jabalí” y se deja ver.
    Besitos

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    1. Pues ya sabes ;) A la vuelta me acompañas y a ver lo que nos sale :D
      Besicos, Viento atrevido :)

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  8. Bueno, Fram, ya has conseguido los más difíciles. Ahora no tienes excusa para afotar a las grullas y a... la abubilla :)

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    1. Ya sabes Diego que para las grullas te necesito (prometo dejarte mis prismas mientras las afoto :) y creo que a la abubilla le viene bien el papel de "ilusión permanente" ¿no?
      Besicos, murcianico. :)

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  9. Jaja...Me da que recuerdo el episodio -Sin embargo, me temo que no salí corriendo porque me quedé de piedra...jaja.

    Framboise, coincido contigo en la pasión por ese libro, que llena de aire limpio tus pulmones y tiene la virtud de recargarte las pilas -Te cuento, además, que tus textos van pareciéndose, cada vez más, a la paleta de colores de un pintor de paisajes, naturales y humanos...;)))
    B7s

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    1. Creo quedarse de piedra (o encima de una piedra ;) es lo más sensato en un encontronazo con estos bichos. ;) Ellos no te preguntan por tus intenciones y atacan como mejor forma de defenderse.
      Un libro maravilloso, sí. :)))
      Y como le leí hace poco a Guillermo, un apasionado de la Naturaleza , ciertos momentos mágicos no necesitan ni que los fotografiemos ni que los pintemos: los llevamos dentro de por vida; me pasó con un tritón hace años.
      B7s

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  10. "MUCHO SE APRENDE EN LOS LIBROS PERO MÁS SE APRENDE EN LA NATURALEZA, ORIGEN Y FIN DE TODOS LOS LIBROS" RAMÓN Y CAJAL.

    ILDUARA

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    1. No puedo estar más de acuerdo contigo, ILDUARA y con don Santiago :))
      Pero por favor, no grites o me vas a asustar a todos los bichos ;)

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  11. Tus escritos sobre la naturaleza y sus formas siempre producen en mí un efecto sedante, calmante, tus palabras y adjetivos son siempre tan tiernos que me transportan al lugar con alas cuidadas, como si hubiera estado allí. Lo logras de verdad.
    Me ha gustado la historia, pero ¡¡ten cuidado!! No queremos que te pase nada, si vuelves sé cautelosa jajaja La foto es monísima, natural y entrañable.
    Gracias por compartir esos trocitos de verde, un abrazo enorme Fran

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    1. :) Patricia, la Naturaleza nos lo da todo: momentos sedantes y emocionantes también. Nos plantea preguntas y nos da respuestas también. Sólo es cuestión de escucharla.
      Me alegra esto que me dices que con mis escritos consigo acercártela pero no dejes de vivir estos momentos mágicos en directo y en carne propia. (Siendo cautelosa por supuesto ;) Aunque sinceramente, te digo que más cuidado necesitamos cuando nos acercamos a la naturaleza humana... hay cada bicho suelto por ahí :D
      Besicos, lorquiana :) (¿Sabes? hace unas horas, estaba muy cerca de tu tierra ;)

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