martes, 29 de noviembre de 2016

Se busca



No eran unos calcetines corrientes. Ni mucho menos. ¡Menudo par!
De entrada habían sido elegidos por esta razón; y lo sabían.
Y presumían de ello.
Sí, entre los calcetines también existe este feo defecto.
Aunque hay que decir en su defensa que ellos tenían motivos para creerse tan importantes:
Se habían movido mucho, siempre en buena compañía y en situaciones y sitios variopintos. Sabían idiomas: hasta chapurreaban en sánscrito (del bueno) y también entendían de respiración, meditación e incluso de música oriental. En otros ratos, con la compañía de calentadores arcoiris, se transformaban en niños deportistas, siempre alegres y juguetones con aros de colores, pelotas gigantes y gomas divertidas.
Siempre libres de zapatos también: no los necesitaban pues llevaban sus propias huellas y pisaban fuerte, con seguridad, con alegría, sin sudores incómodos ni estrecheces de botas apretadas.
Y sobre todo, sobre todo, eran amigos de sus amigos (unos pies inquietos (los míos) que les tenían un cariño muy especial.)
Eran unos calcetines privilegiados...

Hasta que un mal día, no supieron nunca porqué, después de estar una temporada enjaulados por un asunto que ahora no viene a cuento (pero del cual, me aseguraron, no tenían la culpa), les guardaron como reliquias en el fondo del cajón... Pobres...
No les gustaba la compañía de los demás habitantes del lugar, todos de colores neutros, unos tipejos apagados y tristones, siempre malhumorados y protestando cada vez que los necesitaban; y todos contando horrores de las vueltas de la lavadora; que a veces les dejaba hechos unos trapos o como alma en pena buscando a su compañero: unos vecinos pesados, gruñones y aburridos.
¡Con lo que les gustaba a ellos los baños de espuma, bailar y dar volteretas entre otras prendas y buscarse jugando al escondite! (a ellos nunca los ataban juntos: eran tan especiales que siempre los encontraban a la primera a la hora de secarse el uno al lado del otro en la cuerda: unos privilegiados)

Así que un buen día, cansados de tanto bostezar olvidados en el fondo del cajón, decidieron escapar... sin sospechar el cariño infinito que se les tenía... Y por eso se les busca...               

Aquí otra foto con sus huellas; por si fuese necesaria una identificación más rigurosa. (habrá recompensa para quién aporte datos de su paradero)

                                           
Por favor, volved...
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Pompita... con suavizante.

viernes, 25 de noviembre de 2016

25 de noviembre

Con esfuerzo, abrió los ojos hinchados.
En el oído derecho, un zumbido taladrador. Mareo.
Y en la cabeza unas frases retumbando, tantas veces oídas:
       "No te calles. ¡Llama! Estar viva no es vivir..."
Intentó incorporarse pero un dolor agudo en el costado la tumbó de nuevo entre las sillas. Una arcada acre llenó su boca pegajosa y deforme.
Como tantas veces.
Se arrastró hasta su bolso donde buscó en vano el móvil. Lo encontró, pisoteado e inservible, debajo de la mesa del comedor. Ahogando gemidos, apretando los dientes sobre el flujo amargo que de nuevo le llenaba la boca, tragándose las lágrimas y sacando fuerzas de ni sabía dónde, por fin alcanzó la terracita de la cocina.
Abajo, los porteros regaban las plantas. Como cada tarde.
Con la sangre que manaba de su pierna izquierda, escribió tiritando un número sobre una pequeña camiseta blanca que encontró en el suelo; y la dejó caer al patio.

-¡¡Ramón!! ¡¡Llama al 112!! ¡¡Y vigila el portal que los críos del primero A están a punto de llegar!! Yo subo con ella. ¡¡Esta vez, este cabrón se va a enterar!!

Un velo de estrellas rojas nubló su vista y se desmayó de nuevo, cerca de la cesta de la ropa sucia, una mano suplicando entre los barrotes...

                   La despertó la dulzura de unos dedos oliendo a limpio,
                   la caricia de otra mano sobre su frente...

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                  No te calles. Llama. Estar viva no es  VIVIR.
.            

martes, 15 de noviembre de 2016

Callejeando 1

Confieso que mi desorientación va a más, día trás día... ¿Será la edad? O ¿Será el mundo que me rodea que de repente gira al revés?... Leo el periódico, miro la tele, me fijo, me limpio las gafas una y otra vez y... nada. No me lo puedo creer...Me he perdido. No entiendo nada. Y me encuentro en una encrucijada de direcciones que no me apetece seguir.




Ni una señal encuentro para guiar mi caminar



Doy vueltas y vueltas y siempre me encuentro en el mismo sitio:


Así que me siento y espero... Espero y pienso...


Mas, como no me sirve tampoco, me levanto y sigo


En algun momento encontraré una calle que me guste, digo yo...

Por aquí huele bien... Seguiré mi instinto.


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Pompita de un día raro, a las ocho...
Otro día os traeré el bizcocho :)
.

martes, 8 de noviembre de 2016

Y el viaje continúa...2


...Luego caerán, una tras otra, en la tierra donde les espera otro viaje,
no menos largo y emocionante.
Pero esto es otra historia que te contaré... otro día.

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- "Plic, plic. ¿Me recibe? ¿Me recibe? Objetivo a la vista. Listas para el desembarco. Corto."
En ese momento empezaba la segunda etapa de su viaje. Según el sitio del aterrizaje, su misión prometía ser más o menos movida; más o menos sombría también. Pero esto lo sabían desde su último vuelo. Y lejos de amedrentarlas, las llenaba de orgullo por la importancia de su cometido.
La capitana Plic nº 0411/H2O y su escuadrón de azules hadas trotamundos habían tenido la suerte de caer en un paraje seco y requemado por el sol donde era de suponer que los indígenas las recibirían con la sonrisa, la boca y los brazos abiertos, como agua en mayo. Y así fue.
Deslizándose ágilmente por tejados y canalones, por ramas y troncos, pronto encontraron entre la maleza reseca el camino que las llevaría al mundo subterráneo donde se desarrollaría la primera parte de su misión. En un tramo del angosto túnel que rodeaba un hormiguero, se toparon con multitud de cadáveres de insectos y no menos raíces sedientas que acabaron rápidamente con sus reservas portátiles de agua. Pero las valientes hadas de la lluvia, en un vaivén incesante que duró todo el día, consiguieron traer alimento en cada rincón.
Para algunas plantas de ese jardín agostado y castigado por un verano largo y despiadado, llegaron tarde: ya no podían hacer nada por ellas salvo ayudar a su descomposición y después de compostar sus restos, arrimarlos al pie de las plantas más débiles.
Para otras, fueron una salvación y muchas recobraron color y olor y pronto, entre dos chaparrones, los elaeagnus y los madroños se llenaron otra vez del zumbido de insectos rezagados y golosos.


Cuando las hadas comprobaron que en las copas semidesnudas de los árboles los pájaros cantaban con alegría renovada, ellas, reagrupándose cerca del camino de pendiente suave que llevaba al riachuelo, dieron por terminada esta etapa de su trabajo y se adentraron más profundamente en el oscuro túnel...          continuará...                                                                                                    
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Pompita de un día de otoño por fin lluvioso .

martes, 1 de noviembre de 2016

Fantasmas

¿Existen los fantasmas?...
Me refiero a los de los castillos, a los de sábana blanca y cadenas perpetuas... Puede...


                                        " El fantasma"  de Brassens

Era algo trémulo, era trastornador
Llevaba una sábana muy blanca.
Presentaba todos los síntomas,
Todas las afueras de la visión,
Las apariencias de la aparición.
En una palabra: era un fantasma!

Por su forma de caminar,
Por su forma de contonear
Las caderas algo convexas,
Entendí que se trataba
De alguien del género que prefiero:
Un fantasma del bello sexo.

"Soy un pulgarcito perdido,
Me dijo con voz aburrida,
Un pobre fantasma desconcertado:
No queda huella de los fuegos fatuos
Ni de los huesesillos
Con los cuales había jalonado mi camino!   
Unos poetas sin inspiración
Habrán tomado -¡qué aberración!-
Mis fuegos fatuos por estrellas.
Unos pobres perros policía
Habrán roído- ¡qué miseria!-
Mis huesesillos llenitos de médula. 
A la hora del gallo
Menuda pinta voy a tener con mi sábana
Llena de arrugas y costurones!
Y en este siglo profano en el cual
La gente ya no cree demasiado en nosotros
Van a gritar "Impostora!"

Yo, que lloro al ver un gato perdido,
Imaginad si se me encogió el corazón
Al ver el apuro del fantasma.
"Venga, le dije al cogerle la mano,
Le voy a enseñar el camino
La voy a llevar a casa."

La historia podría terminar aquí,
Pero la brisa, y le doy las gracias,
Levantó la sábana de mi acompañante...
En efecto, faltaban algunos huesesillos,
Pero el resto, lejos de ser feo,
Tenía una gracia singular.

Mi Cupido que, en aquellos tiempos
Tenía la flecha ágil,
Dio en la diana y, con fuego en las sienes,
Hipócritamente, invité
A la bella a pasar un momento,
Para ver mis iconos, mis estampitas...

"Querido, dijo ella, ¡está usted loco!
Tengo dos mil años más que usted..."
"El tiempo, señora, ¡qué nos importa!"
Y poniendo el fantasma bajo mi brazo
Bien envuelto en su sábana,
Hacia mis aposentos me la llevo!

Pues bien, señores, ¡qué se sepa!
Estas bellas señoras de antaño
Son unas diabólicas gamberras,
Más expertas en el asunto
Que ciertas damas de hoy en día.
¡Y no quiero nombrar a nadie!

De madrugada, me han despertado
Sacudiendo mi almohada
Con un ardor lleno de promesas.
Pero lejos de las delicias de Capua,
Era mi padre gritando:
"¡Rediós! ¡Levántate ya! que vas a llegar tarde a misa!"

                                    https://www.youtube.com/watch?v=wLUUIFBIW68
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Pompita de noche de Todos Los Santos ¡huuuuuuuu!....
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Lo digo siempre: un blog vive gracias a sus comentaristas y tengo la suerte de tener unos muy buenos y que me ayudan a mejorar día a día.
Por eso, partes de la traducción de hoy van recalcadas subrayadas por ser suyas estas frases.
Gracias, chicos, por estar (y ser) siempre atentos. Muacsssss