sábado, 23 de diciembre de 2017

"¡Queremos turrón, turrón, turrón..." U otra cosa... 2ª parte

... He decidido volver por Navidad... no a la casa paterna-materna (que ya no puedo) sino a los recuerdos de mi infancia... (mi porcentaje nostálgico dulce)
Y he decidido también endulzaros este año el momento navideño con algo más facíl de consumir; (y menos peligroso para la dentadura también, dicho sea de paso.)

Y para ello, os voy a regalar una receta de las mías.
Bueno... era de mi madre; que la bordaba. Pero como la heredé yo, ya es mía; y no se me ocurre otra cosa más dulce para compartir con vosotros...
Pues ahí va:

Receta de carne (o crema) de membrillo
Necesitaremos ingredientes baratos (otra ventaja en estas fechas)
Membrillos, manzanas y limón.
 
Y si apetece, un chorrito de ron también. O cualquier licor dulce que se tenga a mano. Es opcional pero le da un puntito de más.
¡Se me olvidaba!... y azúcar; bastante azúcar...
Pero bueno... "Una vez al año no hace daño" ¿no?...

Modo de hacer
Se pela y trocea en daditos membrillos y manzanas; el limón sólo troceado con su piel.
Se echa la fruta a la cacerola con un pelín de agua (un dedito nada más para evitar que se agarre al principio de la cocción al fondo del recipiente hasta que la fruta suelte la suya propia)


Y se dan vueltas y vueltas y vueltas y más vueltas a fuego lento.
Mientras tanto, se saborea el aroma mágico que inunda toda la casa y se disfruta del color cada vez más cálido que adquieren la fruta... y los recuerdos asociados.
Vueltas y vueltas y más vueltas (eso sí... hay que tener paciencia, como para casi todo en la cocina...y en la vida)
Yo aprovecho también este prolongado  "estar al pie del fogón" para hacer ejercicios de estiramientos varios ya que durante las fiestas, mi señor Pilates se va de vacaciones y priva mi esqueleto de su ayuda tan necesaria (risas incluídas).
Cada uno es cada uno. Y sobre gustos, colores y necesidades...

Bien... A lo nuestro, cocinera, que otra vez te enrollas.

Modo de hacer (continuación)
Cuando ya tiene la mezcla un aspecto de puré grueso, se le pasa unos minutos de batidora hasta obtener un puré fino.
Se pesa el resultado y se añade el mismo peso de azúcar.
Y el chorrito de ron.
Y vueltas y vueltas y más vueltas hasta que la mezcla adquiera un color anaranjado claro.


Llegados a este punto, tenemos dos opciones:
-O bien seguir hasta que la pasta se haga más seca y oscura y una vez enfriada en un centímetro de grosor y sobre papel de horno, se pueda recortar al día siguiente en figuritas navideñas decorativas.
-O bien (lo que yo prefiero) parar la cocción para que conserve su cremosidad y se pueda untar facílmente en la tostada del desayuno o en el bocata con queso de cabra o mezclar con la cuajada o el yogur.
O también comérsela a cucharada limpia como hacen los golosos.
O incluso rebañando el recipiente con el dedo como hacen los muy golosos de mi casa.

Y aquí tenéis parte del resultado. Espero que os guste.


 

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Pompita de ¡¡FELICES FIESTAS!! para todos.
Que cada uno las viva según la mezcla fluctuante de sus porcentajes.
Y como todos tenemos cerca a algún espécimen de cada clase, a los míos cercanos les digo con todo cariño...
Los Hedonistas que sigan disfrutando a tope como cada año.
Los Familiares y sus Amigos también, con calor de hogar y sonrisas.
Los Nostálgicos... que no recuerden más que al niño ilusionado que fueron; pues la Navidad es esto en su esencia ¿no?...
Celebrar (con o sin matiz religioso) la Infancia y su promesa de tiempos mejores que sólo los niños saben imaginar y construir.
... Los Gruñones empedernidos...
 ¡Ay!... Estos... ya no sé qué hacer con ellos... Y tengo unos cuantos a mi alrededor...
...¡¡que se metan en la cama y, como los osos gruñones y malhumorados, hibernen hasta el día 7 de enero, escuchando en bucle cualquier versión de la ópera
"La marcha de los Reyes magos" de L´Arlésienne " de Bizet!!
Es muy alegre. Y la música amansa a las fieras...

                                   https://www.youtube.com/watch?v=M7p74wVffpI

... O si no les gusta la ópera, les sugiero esto también:

                                           https://www.youtube.com/watch?v=1dRqTKZQGTo

Que las Fiestas os sean dulces a todos.

                                   Lo dicho: ¡¡Pasadlo bien!!  Muacssssss

Nos "veremos" en 2018. :) Supongo...

martes, 19 de diciembre de 2017

"¡Queremos turrón, turrón, turrón!"... 1ª parte

Pues sí... ya estamos otra vez en Navidad.
Y ya estamos otra vez bombardeados por los "clichés" publicitarios navideños... Están los anuncios varios en la tele con música insidiosa y letra común de "¡Compra, compra!"
O los comercios con la cacofonía de sus también machaconas musiquitas pegadizas (con letra añadida a la anterior de "¡Me lo pido!")
O los balances de fin de año con sus encuestas varias y porcentajes de toda clase...
Y hablando de porcentajes, un artículo sobre las Fiestas, leído recientemente, informaba de lo siguiente (aunque en esto de las encuestas siempre recelo... Nunca me han preguntado nada a mí.... Quizás porque intuyen que siempre me enrollo, matizando...)
Decían las encuestas que...
-El X por ciento de la población, pertenece al género Hedonista  (los que disfrutan de todos sus aspectos brillantes y alegres.)
-Para el X por ciento son fechas de estar más con la Familia y los Amigos.
-Otro X por ciento se inclina por la franja de los Gruñones (y su recurrente runrún de "obligación, falsedad y consumismo")
-Una X parte, según sus años vividos, está en el grupo de los Nostálgicos.
-Algunos reconocen fluctuar entre varios grupos...
O dicen esto de NS/ NC...
... Curiosamente no se mentaba al porcentaje de los que enfocan el tema como un período de contribuir a suavizar estos días la vida de los más desfavorecidos...
o bien porque se presupone que lo hacen todos los días del calendario sin pregonarlo...
o bien porque al articulista le dio vergüenza reconocer que muchos lo piensan y no hacen nada palpable...
o bien porque se acuerdan de los "sin estrella de ninguna clase" sólo entre besugo y turrón, acallando su mala conciencia con un par de palabras...hasta las próximas Fiestas o encuestas...

Sí, estamos en Fiestas y no hay forma de escapar... ¿O sí?... Depende...
Depende de las vivencias, circunstancias de la infancia o de la adultez de cada uno... y mucho de su forma de encarar los recuerdos también...
Yo, como pertenezco a varios de estos porcentajes, y con tal de no amargar a nadie, prefiero un año más decantarme por... lo dulce.
Así que...¡Al turrón!... 
O casi... porque, para mí, por mis vivencias pasadas, el turrón (o "le nougat" en mi tierra) no es una cita obligatoria de Navidad sino los dulces recuerdos gastronómicos traídos de veraneos en Provenza donde abundan los almendros. Y una delicia que siempre se comía sin fecha y con un pequeño martillo al lado acompañando a las copitas del vino dulce de allí ... ¡qué  recuerdos!...

Y como hace nada me reí de lo lindo con un texto que me mandaron sobre los avatares que conlleva empecinarse a tomar turrón rebelde en estas fechas (rebelde por empaquetado con este sistema llamado "abre fácil" de ahora; sistema que, punto a su favor, al dificultar nuestro acceso a la golosina, cuida de nuestra analítica post fiestas ("¡qué bien tienes siempre el azúcar!" me dicen mi doctora de cabecera y sus compinches de especialidades, cada vez que nos vemos.)
Y como mis doloridas manos ya bastante sufren a la hora de abrir "fácilmente" también los frascos de pastillajos varios que ella me manda (con cariño, porque de tanto rato como pasamos juntas es ya más amiga que simple vecina); hablo de estos frascos con "tapa a prueba de niños" (ya sabéis: este invento diabólico que hay que apretar fuerte y a la vez girar)...
Pues por todo este batiburrillo de consideraciones varias...
He decidido volver por Navidad... no a la casa paterna-materna (que ya no puedo) sino a los recuerdos de mi infancia... (mi porcentaje nostálgico dulce)
Y he decidido también intentar endulzaros este año los días navideños con algo más fácil de consumir; (y menos peligroso para la dentadura también, dicho sea de paso.)

Y para ello, os voy a regalar una receta de las mías.
Bueno... era de mi madre, que la bordaba...
Pero como la heredé yo, ya es mía. Y no se me ocurre otra cosa más dulce para compartir con vosotros...

Pero os haré esperar unos días... La espera fomenta la ilusión... ¿no?...
Y si no me creéis, mirad a los niños de nuestro privilegiado entorno cercano: ellos sí que saben disfrutar de la Navidad sin cálculo ni porcentaje, al cien por cien.
Con los ojos llenos de estrellitas de ilusión...

Hasta prontito...

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Pompita con anticipado sabor a Fiestas :))
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martes, 28 de noviembre de 2017

Zapatillas bizcas



-Y ahora ¿qué hacemos?...
-No sé...


¡¡¡Socorro!!!...

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Pompita...
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martes, 21 de noviembre de 2017

Pobre Martín

Los vericuetos del cerebro son curiosos... a veces una palabra, una imagen, un cuadro, una canción bastan para disparar otras palabras, otras imágenes, otras canciones. 
Me pasa a menudo; como a todos creo ("la loca de la casa" que hace horas extras a poco que la dejes suelta.)
Y hace unas semanas, al leer a nuestro vecino y amigo, Juan L. Trujillo, me vino a la mente una canción... Sí, otra vez una de Brassens. (prometo que será la última de este año.)
Por el tema que tocaba Juan en su tan conmovedor y acertado texto; la existencia de los, muchas veces, invisibles, humildes y entregados trabajadores sin los cuales no tendríamos ni bodegas famosas y olorosas ni campos de cultivo floridos para nuestro sustento. 
Personas púdicas que desaparecen sin hacer ruido, apartados o aplastados por el progreso como el sabio capataz de la historia de Juan o de puro agotamiento después de guerrear con la vida como hizo el pobre Martín de esta canción.

Pauvre Martin................Pobre Martín.

Con una azada al hombro,
Un dulce cantar a los labios
Un dulce cantar a los labios´
Mucho valor en el alma,
Se iba a trabajar duro al campo.

Pobre Martin, pobre miseria.
Escarba la tierra, escarba el tiempo.

Para ganar el pan de su vida
Del alba al anochecer
Del alba al anochecer
Se iba a cavar la tierra
En cualquier lugar, por cualquier tiempo.

Pobre Martin, pobre miseria
Escarba la tierra, escarba el tiempo.

Sin dejar asomar en su cara
Ni envidia ni maldad
Ni envidia ni maldad,
Cavaba el campo de otros
Siempre escarbando, siempre escarbando.

Pobre Martin, pobre miseria
Escarba la tierra, escarba el tiempo.

Y cuando la muerte le invitó
Para arar su último campo
Para arar su último campo
A solas, excavó su tumba
Rápido, a escondidas.

Pobre Martín, pobre miseria.
Escarba la tierra, escarba el tiempo.

A solas excavó su tumba
Rápido, a escondidas
Rápido, a escondidas,
Y allí se tumbó, sin decir nada
Para no molestar a la gente.

Pobre Martín, pobre miseria
Duerme bajo la Tierra, duerme bajo el Tiempo.

                                    https://www.youtube.com/watch?v=bph3YD5IvsQ
                          
Te prometí mi traducción, Juan. Y aquí la tienes. ;)
Gracias por darme la oportunidad de "cobrar" tiempo en algo que me gusta: traducir a Brassens y compartirlo con vosotros. :)

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Pompita con susurro y sonrisa :)
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martes, 7 de noviembre de 2017

Refugio musical

Cuando soplan aires desagradables y los frioleros no sabemos adónde refugiarnos, cada uno se busca un lugar acogedor...
Para algunos es el cine, o el deporte (si el cuerpo les acompaña), otros se entretienen haciendo sudokus o crucigramas, otros escriben poesías o se evaden afanándose delante de los fogones o haciendo "petit point" o pintando mandalas o las paredes de su cuarto.
Y muchos escuchan música y se recrean en las notas, las letras y el ingenio del compositor y el autor.

Todos encontramos un lugar donde disfrutar y olvidarnos aunque sea sólo por un rato, de lo que nos molesta o nos duele (en el cuerpo o en el alma). 
Para mí, cada vez que lo necesito, este refugio musical es... ¿ya lo habéis adivinado?... Sí. Es Brassens.
Tengo a otros que me gustan por supuesto pero él...
Él es la hebra fundamental e imprescindible de mi cordón umbilical musical sin el cual algunos días me costaría calzarme y seguir andando.

Y hoy os traigo otra de las suyas. 

Aparte de un gran poeta, Brassens que cantó el amor y la amistad como nadie, era también un tocanarices, un tío incómodo (para algunos.)
Pocos gremios, personajes o situaciones chirriantes escapaban a su guitarra y su sonrisa burlona, a veces ácida (hoy en día se pondría  las botas con ver los telediarios... ¡Qué pena que se nos haya ido tan pronto!... "Nos habría hecho reír un poco".)
Sin por eso olvidarse del buen gusto en la forma, con vocabulario elegido, culto y también... contundente; no soez pero claro.

Los temas de esta canción eran algo "fuertes" en los años 50 del pasado siglo y esta canción (que fue la que le hizo conocer al gran público) fue una de las prohibidas en la radio de las cuales os hablaba hace... un par de años creo)
Existen otras muchas traducciones de esta canción por supuesto. 
Pero ¿porqué no proponer otra?...

Esta traducción no es sólo mía: fue un trabajo en equipo que se hizo a cuatro manos. 
Pero dos de esas manos no quieren firmar, arguyendo su propietario que él poco hizo (cosa que no es cierta, en absoluto) 
Así que después de pensármelo y no queriendo privar a algunos de esta canción, la traigo yo en solitario, asumiendo toda la responsabilidad. (había un libro de reclamaciones pero... no lo encuentro...jeje)

Le gorille... El gorila

A través de anchas rejas las féminas de la comarca
contemplaban a un potente gorila, sin importarles el qué dirán. 
Con impudor, estas comadres, escudriñaban un lugar preciso 
que mi madre me ha prohibido terminantemente mentar aquí. 
¡Cuidado con el gorila!...

 De repente, no se sabe por qué
se abre la prisión bien cercada 
donde vivía el hermoso animal, . 
Supongo que habían debido de cerrarla mal. 
El mono, al salir de su jaula dijo 
“Hoy es cuando la pierdo”; 
Hablaba de su virginidad, (lo habrán adivinado ustedes, espero. )
¡Cuidado con el gorila!

El dueño de la casa de fieras gritaba como un loco: 
“Leches! Esto es una lata
 pues el gorila jamás ha conocido mona” 
En cuanto el rebaño femenino supo que el mono era virgen, 
en lugar de aprovechar su suerte,
salió de estampida.  
¡Cuidado con el gorila!

Aquellas mismas que, no hacía mucho, lo miraban con un ojo ansioso, 
huyeron, probando que no eran consecuentes con sus ideas. 
Y cuán vano era su temor, 
pues el gorila es un jaranero superior al hombre en el abrazo, 
muchas mujeres os lo dirán. 
¡Cuidado con el gorila!

Todo el mundo se precipita fuera del alcance del mono en celo
excepto una vieja decrépita y un joven juez tarugo.
Al ver que todas se escabullen
el cuadrumano aceleró su tambaleo hacia las faldas
de la vieja y del magistrado. 
¡Cuidado con el gorila!

“¡Bah! Suspiraba la centenaria,
que aún me pudieran desear,
sería extraordinario
y, para ser sincera, inesperado” 
El juez impasible pensaba “Que me tomen por una mona 
es completamente imposible…” 
La continuación le probó que no. 
¡Cuidado con el gorila!

Suponed que, como el mono, uno de vosotros pueda verse 
obligado a violar a un juez o una anciana, 
¿cuál de los dos elegiríais?... 
Si un día de ésos, se me presenta una alternativa como ésa, 
estoy convencido de que la vieja sería el objeto de mi elección. 
¡Cuidado con el gorila!

Pero, desgraciadamente, si en el juego del amor el gorila no tiene precio, 
se sabe que, en cambio, no brilla por su gusto ni por su espíritu. 
Entonces, en lugar de optar por la vieja como hubiera hecho cualquiera, 
agarró al juez por la oreja y lo arrastró a un matorral. 
¡Cuidado con el gorila!

La continuación es entretenida, 
pero desgraciadamente no puedo contarla, 
y es una pena:
nos habría hecho reír un poco; 
pues el juez en el momento supremo  
gritaba “Mamá”, lloraba mucho, 
igual que el hombre al que ese mismo día había hecho cortar el cuello.

¡Cuidado con el gorila!

                                               https://www.youtube.com/watch?v=QSAzyMceCOA

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Pompita de "Gracias, Maestro, por... todo. Y sobre todo, 
                por estar siempre cerca."
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martes, 31 de octubre de 2017

Mi cita de octubre

Llevaba algunos días pensando en qué canción os iba a traer hoy como recuerdo-homenaje a Brassens siguiendo mi costumbre de cada año.
Pensativa estaba, sí... por muchos motivos... No porque no encontrase nada sino todo lo contrario.
Y ya tenía casi casi elegida una de las muchas suyas tan críticas y que se podría aplicar perfectamente a los aires que soplan últimamente...
pero no.

Toda la obra de Brassens es para mí como una piedra preciosa que según qué faceta miras te manda brillos de según qué color...
Y hoy no me apetecía traer el brillo de su ironía ácida sino el de su sonrisa divertida y pícara, y llena de poesía y ternura.

Y la canción de hoy es esto: poesía (mucho antes de cantar, Brassens empezó escribiendo poemas, empapado de la lectura de los grandes como Ronsard por ejemplo)
Y esta canción es también la ingenuidad (a veces sólo aparente) inspirada en las canciones llamadas "tradicionales" por su arraigo popular; en este caso un clásico algo triste y melancólico,
"À la claire fontaine"
Canción en la que una moza (o un mozo en ciertas versiones) llora el amor perdido por rechazar un ramo de flores; canción a la cual Brassens dio una melodía parecida con otra letra más en su estilo y con final optimista y guiño sonriente.

               Espero que os guste.

En el agua del claro manantial

En el agua del claro manantial,
Ella se bañaba desnudita.
Un remolino de viento repentino
Tiró sus ropas a las nubes.

Apurada me hizo entender
Para vestirla de ir a buscar
Brazadas de hojas de parra,
Flores de lirios o de azahar.

Con pétalos de rosas
Un pequeño corpiño le hice.
La hermosa niña no abultaba mucho:
Una sola rosa fue suficiente.

Con pámpanos 
Un a modo de faldita le hice
Pero la hermosa niña era tan pequeña
Que una sola hoja fue suficiente.

Me tendió sus brazos, sus labios
Como para agradecérmelo.
Los agarré tan febrilmente
Que se encontró de nuevo desvestida.

El juego le debió de gustar a la ingenua
Pues al manantial a menudo 
Se fue a bañar desnudita,
Rogando al Señor que soplara aire,
Que soplara aire...



                                                   https://www.youtube.com/watch?v=kHeP_DrlXPI

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Pompita brassensiana.
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martes, 24 de octubre de 2017

Y el viaje continúa... 3

...Cuando las hadas comprobaron que en las copas semidesnudas de los árboles los pájaros cantaban con alegría renovada, ellas, reagrupándose cerca del camino de pendiente suave que llevaba al riachuelo, dieron por terminada esta etapa de su trabajo y se adentraron más profundamente en el oscuro túnel...          continuará...   

... Todo era sombra y silencio... Salvo por los suspiros de placer de la Tierra y el eco lejano de los terrones que se desmoronaban a su paso exhalando olor vegetal...
Su entrada a tropel en el subterráneo había sido algo brusca y caótica... Y la mayoría se sacudían ahora las alas arrugadas y las botas embarradas.
Al mirarse unas a otras, primero aturdidas y sin atreverse a hablar, y sorprendiéndose luego de su aspecto nada cristalino, les entró una risa incontrolable que rebotó multiplicada en el techo de la cueva donde se encontraban. Y durante un rato jugaron a asustarse mutuamente haciendo muecas grotescas, aullando como monstruos cavernarios y bailando enloquecidas.
Pero conscientes de lo que allí habían venido a hacer, empezaron a repartirse las tareas: les había tocado arrancar cada uno de los secretos de las profundidades para regarlárselos al riachuelo que, según les habían explicado, se encontraba un poco más abajo y las esperaba ansiosamente...

Pero una vez más o el mapa estaba mal dibujado o habían errado en su camino porque al mirar a su alrededor no veían más que los muros escarpados y el cielo negro de una inmensa cueva.
Y se maravillaron de lo que iban descubriendo: otras generaciones de hadas de la lluvia habían moldeado, para pasar el tiempo, allí encerradas pobrecitas, sin encontrar salida al aire libre, un decorado de velos, cortinas, columnas, estrellas translúcidas, diminutas perlas albas o figuras caprichosas y jaspeadas de macarrones y coliflores.


Se oía a veces un "plic... plic" apagado cuando, de puro aburrimiento, unas agotadas elfas de lluvias pasadas se dejaban caer en el pequeño charco que se intuía más abajo y donde crecían tranquilamente anémonas rojizas y setas pétreas...


La mayoría de las hadas empezaron a llenar su mochila de los preciados minerales que el río necesitaba.
Algunas se entretuvieron retocando las esculturas esbozadas por sus antepasadas.


Pero otras bajaron en busca de algún pasadizo secreto o cualquier rendija para escapar de este sitio de ensueño, espectacular pero algo opresivo, semejante a un teatro abandonado lleno de secretos...      continuará...

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Pompita de    "¡¡¡¡Por fin ha llovido!!!!"...
          Poco...pero las hadas trotamundos pueden seguir con su viaje. :)

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Ps. Para no perderos en el subsuelo y saber algo más sobre la azarosa vida de las hadas trotamundos, consultad en la guía los capítulos 1 y 2 , pinchando en las primeras palabras de este divagar. ;)
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viernes, 20 de octubre de 2017

Desayunos varios

A veces me repito más que el ajo, lo sé... ¿qué se le va a hacer?...
Cosas de la edad.
Y hay una frase que repito y repito más que otras:

       " El desayuno es la comida más importante del día."

Y me gusta desayunar. Por un montón de motivos. Dietéticos y anímicos.
No sólo desayuno con croissants y café con leche como algunos podrían pensar... En realidad, casi nunca... Hombre, no lo voy a negar: me encantan los croissants. ¡Ojo! los auténticos, los de panadería de barrio, los de toda la vida, no las malas imitaciones de supermercado.
Y si me los como en Francia, de ésos de "pur beurre" pues mejor que mejor (para mi alma porque para mi colesterol... En fin... dejémonos de cosas tristes que con los telediarios estamos más que servidos...)
Y como se puede desayunar de forma tan variada  ¿porqué privarnos de la diversidad que tenemos a nuestro alcance?...
Y me encanta descubrir desayunos distintos, en cualquier región o de cualquier páis. Y si algún día me encuentro en marte o en la luna estoy segura de que algo nutritivo descubriría.

Recuerdo algunos desayunos sorprendentes y que han dejado huella en mi memoria y algunos en mis costumbres matutinas...
Salmón ahumado en Noruega y una nata agria sobre pan negro... una pasada de original y delicioso.
Copos de avena más té más huevos revueltos más tostadas más mermeladas varias más bacon más pastelitos caseros más... un montón de cosas que apenas cabían en la mesa de un B&B de Irlanda. ¡Agotador! pero todo tan delicioso y presentado con tanta amabilidad... Menos mal que fue corto el viaje y fuerte mi resistencia a las provocaciones.
Los churros con chocolate de Madrid... ¡Ay!... mi perdición...
Unas tostadas de mollete con zurrapa en Málaga, acompañadas de un zumo de naranja inmejorable.
Unas copiosas ensaladas con tomates, pepinos, aceitunas negras, frutos secos variados y queso fresco en  Cappadocia... desayuno de ensueño en un lugar de ensueño y con las mejores cerezas que he comido en mi vida.
Y para una amantísima del queso como yo, no podía faltar en mi lista de recuerdos "desayuniles" la maravillosa torta del Casar de Cáceres con su cuenco de fruta fresca al lado.... puffff ... otra pasada de desayuno no casero (pero que procuro obviar en casa... con pena... por el maldito colesterol)

Pero si hay un desayuno que tomo con frecuencia y mucho placer es
el pa amb tomaca que descubrí hace años en Cataluña y que adopté enseguida: un flechazo.
Una delicia que procuro preparar al modo de Manuel Vázquez Montalbán (o casi):
Receta copiada de uno de sus libros (vía Wiki ;)
" Oprimiendo con dos dedos los cantos de la rebanada para que el aceite empape bien la totalidad... (...) Es un prodigio de koiné cultural que materializa el encuentro entre la cultura del trigo europeo, la del tomate americana, el aceite de oliva mediterráneo y la sal de la tierra que consagró la cultura cristiana. Y resulta que este prodigio alimentario se les ocurrió a los catalanes hace poco más de dos siglos pero con tanta conciencia de hallazgo que lo han convertido en una seña de identidad equivalente a la lengua o a la leche materna... (...)   y adoptamos el pan con tomate como una ambrosia que nos permite la integración. "

Y yo también lo he adoptado. Como cualquier receta que me gusta, de cualquier región o de cualquier país.
Y me da igual que el pan sea de mi pueblo o del de al lado, el tomate de Murcia o de mi huerto, el aceite de Jaén o de Italia. (aunque por supuesto tengo mis preferencias gustativas como todo el mundo)
Y nadie va a poner fronteras ni banderas ni etiquetas a mis desayunos ni a mis gustos ni a mis amistades. Nadie.
Es más: ahora mismo he desayunado con pan amb tomaca, aunque sólo sea para llevar la contraria a algunos que lo piensan vetar de su mesa, al igual que otros muchos platos y productos, sin analizar que van a perjudicar a todos... empezando por ellos mismos.

La diversidad es lo más sabroso de la vida. En todas sus facetas.

Y yo no pienso perderme nada por la tozudez y la estupidez de unos pocos, del color que sean.

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Pompita a la hora del desayuno... y después de leer el periódico.
 Creo que ésta es una costumbre que se me va a quitar...
Desayunar ¡Noooo! ;)... Leer el periódico.
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martes, 10 de octubre de 2017

Niños de verano

 

Lápices de colores corretean en espacios abiertos. Quiméricos niños con hebras de seda enlazan rumorosos silencios. Refugiados en el perfume de las nubes, irizado azahar, alumbran luciérnagas con la mirada al caer la noche... Como vencejos, sus cometas, oníricos ecos, recorren anacarados cirros susurrantes en busca de estrellas. Efluvios de alhucema liban, soñadores...
Atesoran las horas y sus laderas vacilantes como mariposas efīmeras, arrancando vuelo irregular...

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Pompita de verano, extraviada y volando errática en un otoño caluroso...
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martes, 5 de septiembre de 2017

Y le dijo...

¿De qué te ha servido? No entiendo por qué lo hiciste...
No. Francamente no lo entiendo...
¿No estabas a gusto con la tripa llena rozando el suelo? ¿Con la estabilidad de tus cuatro puntos de apoyo? ¿Con retozar libremente en mis laderas?...
¿Porqué lo hiciste? ¿Curiosidad?... ¿Envidia de los pájaros?...
Primero levantaste la cabeza, te vi.
Para mirar más lejos supongo; por encima de mi hombro...
Luego levantaste una mano y más tarde despegaste la otra; pensando quizás que así tocarías el cielo...
Y repetiste tanto el movimiento que, a pesar de tu torpeza inicial, conseguiste levantarte.
Ebrio por el descubrimiento, asiendo cualquier cosa con la ilusión de verte erguido. Y no satisfecho con ello, empezaste a pensar, a inventar, cada día más lleno de orgullo.
Este orgullo que te hizo querer dominar mi mundo; hasta el punto de adjudicar nombre a cada cosa que veías para hacerlas tuyas y sólo tuyas. A las montañas y los valles, a los ríos y los océanos, a las plantas y los animales; a todos nosotros...
¡Hasta bautizaste a las estrellas sin considerar que no te necesitaban para brillar!... Ni ellas ni la luna que pisoteaste en tu afán de dominarlo todo.
¿Porqué te hiciste bípedo?...
No entiendo porqué lo hiciste... Yo que tú, no me sentiría tan orgulloso del resultado...
Ya no tienes remedio...
Pero a pesar de estar erguido, sigues siendo pequeño para mí. Muy pequeño...
Escucha mis palabras. A menudo me enfado, te avisan mis volcanes, mis huracanes, mis terremotos, los glaciares o las abejas... Pero te dejo vivir.
Tú a mí me incordias, constantemente. Casi no puedo respirar... Así que intenta molestar lo menos posible porque no puedo con el humo tóxico que sale por todos los poros de tu piel,  de tus narices siempre hinchadas y también de tu boca, casi siempre sucia... y sobre todo de tu ombligo que admiras tanto...
Me cuesta respirar...
Y si un día yo dejo de respirar será tu fin, Hombre...

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Pompita...
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martes, 8 de agosto de 2017

Nadie

                                                         https://www.youtube.com/watch?v=-UPxCNnhSDU


Sin que pueda deshacerme de él
El tiempo pone pies en polvorosa.
El tiempo que se va marcha atrás
Me hace saltar en sus rodillas.
Mis padres el verano las vacaciones
Mis hermanos y hermanas haciendo los locos.
Tengo en la boca la inocencia
De las mermeladas del mes de agosto.

Nadie se cura de su infancia.

Los mantelitos y las sombrillas
Que se abrían a la hora del té
Para refrescar a las señoritas
Sonrojadas en sus vestidos veraniegos.
Y yo con la nariz en sus encajes
Respiraba a contraluz
En el perfume de las mirabel
El olor perturbador del amor.

Nadie se cura de su infancia.

El viento violento de la historia
Iba a esparcir, a diluir
Nuestra juventud irrisoria
Y a cambiar nuestras risas en sollozos.
Amor naranja amor amargo.
La imagen desvanecida de un padre
Que desapareció con la guerra
Renace con inaudita fuerza.

Nadie se cura de su infancia.

El que llega a desaparecer
¿Porqué lo hemos descuidado?
Hacemos un gesto hacia la ventana
Sin saber que no es un "hasta luego".
Cada uno tiene su historia
Y en nuestro corazón, al acecho,
El vaivén de la memoria
Abre y desgarra lo que fue.

Nadie se cura de su infancia.

Bella, cruel y tierna infancia.
Hoy es arrodillado ante ti
Donde recobro su inocencia
Al hilo del tiempo que se desanuda.
Abre tus brazos abre tu alma
Para que deguste en ti su sabor,
Mi amor fresco mi amor mujer,
La felicidad del ser y del tiempo dulce.

Para que me cure de mi infancia.

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Pompita pompita degustando ciruelas...
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martes, 25 de julio de 2017

Tenia dedos verdes

                                                    Hinojo marino (Crithmum maritimum)  foto mía id. por Fernando Macé

Un niño estaba tumbado bocabajo en la hierba. Absorto. Olisqueaba. Sonreía, feliz.
Acariciaba con la mirada al infinito mundo verde que le rodeaba.

Creció; y con él, creció también el mundo que le regaló descubrimientos cada día más apasionantes. Y sonrisas, risas y carcajadas.
A menudo, sus dedos se acercaban a una planta, con respeto; y a ratos agarraban el lápiz que le acompañaba siempre y, después de meditar un momento, apuntaba en su carpetita verde un nombre vernáculo o en latín, un olor, un número, un punto interrogativo...
Y sonreía pensando en sus amigos que tanto gustaban de sus dibujos...

Un día se quedó durmiendo con la nariz entre hierbajos.
Sus dedos dejaron caer el lápiz, la carpetita verde, la lupa...
Pero las plantas, agradecidas, le arroparon para su último viaje.
Y el viento sopló suavemente y esparció las semillas de sabiduría y amistad de un amable duende verde alrededor del mundo...

¡Qué tengas un feliz sueño, amigo maestro Fernando!

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Pompita algo huérfana hoy...
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martes, 4 de julio de 2017

Con esfuerzo infinito

Con esfuerzo infinito, estiró el brazo derecho hacia la mesilla de noche (o hacia donde creía recordar estaba la mesilla de noche), tanteó el aire y al no encontrar nada, levantó el párpado izquierdo (el derecho hacía días que había desistido) y, con esfuerzo infinito, mandó a su cerebro (o lo que quedaba de ello) enfocar la vista en busca de la botellita de agua que (creía recordar) había dejado allí... antes de dejarse caer en la cama. Inerme.
Con infinito esfuerzo, alcanzó la botella; comprobó que no le quedaba más que una gota. Y comprobó que esta gota le transmitía sofoco en los dedos a través del plástico medio derretido, pegajoso y deforme que se bamboleaba delante de sus ojos. Los cerró.
Con infinito esfuerzo, pensó... y descartó la idea mareante de levantarse y arrastrarse hasta la nevera.
Y con infinito esfuerzo se llevó la gota incongruente a los labios...

Notó enseguida cómo esta última gota, al llegar a su garganta cerrada, retrocedía y le subía a los ojos, escurriéndose luego lentamente por la mejilla apergaminada en busca de sus labios resecos. Que no alcanzó, cayendo al suelo donde se estrelló y dibujó, como tantas otras, una flor extraña de pétalos de cristal incoloro...
..........
Cuando, al terminar el verano, los vecinos forzaron su puerta y entraron en su casa, preocupados por su larga ausencia, no encontraron más que unos montoncitos de sal abrazando un jarrón esbelto con una única orquídea seca, deshojada en la mesilla; a su lado, la radio despertador repetía y repetía, atascada en bucle:
"¡Buenos días, excursionistas! * No salgan a la calle sin nuestro "Recorrido a la Sombra". Tenemos ahora mismo 40º en la Gran Vía con una humedad relativa del aire del... "

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Pompita soplada con esfuerzo infinito en una calurosa noche de verano...
* un guiño refrescante sólo para cinéfilos amantes del frío invernal :D

PS. Porfa, si alguien sabe del escritor que redactó hace tiempo un "Manual para recorrer Madrid sólo por las aceras a la sombra" (o algo parecido... no estoy nada segura del título tampoco), que me lo recuerde ahora que estamos todavía a tiempo...
... o calle para siempre, cargando en su conciencia con los cadáveres de las almas en pena y en busca de relativo frescor. :D)

PS ¡Ánimo! El verano puro y duro, son sólo dos días (o tres): ¡Disfrutadlo! Haced acopio de calorcito que luego nos quejaremos del invierno... :)

PS. Y por favor, no os olvidéis de dar de beber a los pajaritos si me ausento, presa de infinita pereza veraniega... ;)

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martes, 27 de junio de 2017

Cake salado

Ya sé que puede parecer una locura hablar de meterse en la cocina con los calores que caen estos días y más con el horno funcionando pero...

Hace poco, volvía de la calle, estaba sedienta, licuándome como un helado a pleno sol a pesar de haber salido muy temprano así que pensé que sudar un poco más o un poco menos, no tendría mayor importancia.
Y sin embargo... ¡qué calor! Por Tutatis, ¡qué calor!... Casi me arrepiento a la mitad...
Pero me animó sobre todo el pensar en algo que me iba a solucionar la cena (porque luego a la hora de la idem, sólo oír (u oírme) decir ¿qué cenamos? y me entra una vagancia infinitaaa...)

Así que, valientemente... me puse manos a la obra con los
ingredientes siguientes:

100 grs de harina
Levadura de panadería en sobre (viene en granulado y es más fácil de usar que la prensada comprada en la panadería. Cada día me simplifico más la vida en la cocina... me estoy haciendo mayor... o vaga... o lista. Ya era hora.)
1/2 vaso de leche (para diluir el sobre de levadura)
3 huevos
Una pizca de sal.
1/2 lata de aceitunas negras deshuesadas
50 grs de chorizo desmenuzado (se puede sustituir por taquitos de bacon o unas anchoas (en esos casos, no se pone sal a la mezcla)
100 grs de queso rallado
100 grs de mantequilla (o margarina como queráis. La receta original viene con mantequilla pero yo prefiero usar margarina: sale más ligero. Intenté una vez hacerlo con aceite de oliva pero su sabor coge demasiado protagonismo y eclipsa a los demás; no sabe igual, así que volví a la margarina, más neutra.)
Unos 10 tomatitos secos y conservados en aceite (le dan al conjunto un sabor increíble)
Unas hojas de albahaca fresca o de menta o cebollino. (al gusto. Yo, esta vez puse albahaca: me encanta y este año tengo una planta preciosa, frondosa y olorosa. Y que los bichos que a veces se la meriendan no han descubierto todavía.

Arranquemos: primero se enciende el horno a 180º .
Luego se forra el molde de cake con papel especial para horno.
(después de esto, me tomo un traguito de agua fresquita con limón)
Luego se derrite la margarina en el microondas para que no esté demasiado caliente a la hora de mezclar con el resto de los ingredientes.
(otro traguito porque yo también me estoy derritiendo)
Se trocea todo finito, finito. (a mano, mejor que en un robot donde se haría papilla. Y sólo habrá que lavar el cuchillo y la tabla... lo dicho, me estoy haciendo comodona.)
Y todo seguido, se baten los huevos como para una tortilla y se vierten en un bol grande donde está ya el resto de los ingredientes.
(otro traguito)
Se diluye la levadura con la leche.
Se mezcla con la harina.
Se añade la mantequilla (o margarina) derretida pero ya templada.
Y se vierte y mezcla muy bien muy bien con todo lo anterior.
(otro traguito y otro)
Mientras he hecho todo esto, se ha calentado ya el horno así que vierto todo en el molde de cake que meto en el horno (piso intermedio)
¡Ufff! Acabé...
Y como empieza a hacer calor en la cocina... me voy a refrescar.
No sin antes mirar la hora: necesitará el cake unos 30 minutos aproximadamente; dependiendo del horno puede ser un poco más o un poco menos con lo cual, la primera vez, mejor no alejarse demasiado y echar una miradita de vez en cuando, pinchar con un palito de madera para cerciorarse de cómo va la cocción y proteger con una hoja de papel de aluminio si hiciera falta. (Como siempre, vamos.)
Yo, ya lo tengo controlado: en mi horno son entre 30 y 35 minutos: el tiempo de darme un bañito para ¡por fin! refrescarme.

El resultado es éste:


Superpráctico para llevar de excursión, ya troceado y envuelto en su papel de plata (cambia un poco del clásico bocata de lo que sea ¿no?...)
O para una cena sin complicaciones: a la hora de la terrible pregunta ¿qué cenamos? puedo responder "Cake salado con una ensalada verde. Y de postre... fruta de temporada."

De vicio, de pecado mortal. ¡Irresistible!...Quien prueba, repite.
Repetí. Y repetí.
(Sólo para asegurarme de que sigue siendo tan rico como siempre... Sigue.)

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Pompita de "Bon appétit!"
Y de nuevo con las manos en la masa (recobrando costumbres pues me di cuenta hace poco que llevaba muuucho tiempo sin compartir con vosotros una de mis viejas y queridas recetas, de ésas que no fallan nunca.)
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martes, 6 de junio de 2017

Infatigables...

Infatigables... ellas.
Y yo no me canso de mirarlas, observarlas, admirarlas.
Y de envidiarlas. Siempre activas, de sol a sol. Sólo frenadas en las horas del mediodía cuando no se las ve (pero porque siguen trabajando en el subsuelo, a la fresca de sus refugios). Sólo paradas un rato cuando la tormenta, que a su escala se vuelve diluvio universal, las machaca y destroza parte de sus edificaciones. Que se apresuran a reconstruir.
Infatigables.
Son arquitectas, ingenieras de camino, criadoras de sus crías que transportan de allí hacia aquí o al revés según las horas, criadoras de otras especies que explotan, agricultoras, recolectoras. De lo que cultivan, de lo que encuentran, de lo que roban cuando pueden: lo aprovechan todo.
Infatigables.

¿No les duele nunca nada? ¿No necesitan descansar nunca? ¿Tendrán acaso fisios gratis para masajear sus cuerpos machacados por el trabajo intenso? ¿Tendrán viajes del Imserso donde les dan de todo, masticado, sin tener que planificar nada, sin tener que pensar (que es una cosa agotadora, se diga lo que se diga)? ¿Se irán de balneario cada fin de semana para cuidar sus articulaciones rígidas y sus huesos que crujen? (¿tienen huesos las hormigas?... me parece que no... ¿Será su secreto entonces?... Será su secreto, seguro.)
¿Cómo lo hacen?...
Infatigables.
Las envidio. Envidio su actividad que no decae nunca... Envidio sus patitas ágiles (las mías no lo son), sus articulaciones siempre engrasadas (las mías no lo están) ...
Su esbeltez (también)... Su comunicarse sin ruido (también).

Soy una envidiosa...
Vale... pero en otra vida quiero ser hormiga. He dicho.

... Aunque... no sé... ¿Ven la luna, las nubes y las estrellas  las hormigas?...
Quizás me lo pienso mejor y me busco otra animalita para la reincarnación...
No sólo cuentan las articulaciones, desprovistas de poesía. ¿No?...

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Pompita observando la actividad de los hormigueros de mi jardín.
(Hoy sin foto. El suelo está muy bajo y no encuentro el tres en uno...)
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martes, 16 de mayo de 2017

El sendero de los sueños

Eran siete. Cada una de un color distinto. Las habían mandado allí para purgar sus pecados que eran muchos; y despojadas de su cuerpo mágico que las hacía invisibles, les habían dado el disfraz de unas libélulas de alas frágiles y transparentes.


Y ellas que habían incordiado tanto a los humanos en sus anteriores encarnaciones, debían ahora sortear los múltiples peligros que acechan a todo ser alado.
Algo arrepentidas por sus fechorías pasadas, estaban en ese momento cavilando sobre la manera de enmendarse, conseguir su rehabilitación a los ojos de los demás moradores del bosque y recuperar, con el perdón, su aspecto habitual.

Su reflexión fue interrumpida por un ruido muy familiar: el de los pasos de un hombre que solía pasear por este bosque en busca de soledad y silencio... Aquel día, el hombre, algo mayor y cansado, se sentó en el tronco tumbado de un árbol que allí yacía entre la hierba; con ese banco improvisado el lugar se tornó propicio a la meditación o la ensoñación.

Al ver su rostro serio, ellas se acordaron de lo mucho que le habían fastidiado en el pasado: dolorosas picaduras de avispas, molestos zumbidos de mosquitos que le quitaban el sueño y más trastadas de chinches que en su inconsciencia de jóvenes e inexpertas hadas del bosque habían urdido para entretenerse cada primavera. Fechorías que a la vejez lamentaban y por las cuales estaban ahora sufriendo destierro.

Pero las hadas, al igual que los duendes, trasgos y demás diminutos que pueblan nuestro entorno, si bien son a menudo incordiosas por burlonas, son también personitas sin maldad verdadera. Y se les ocurrió una idea curiosa para alegrar al visitante...
Rozaron levemente las ramas del enebro que daba sombra al banco con el fin de salpicar a su huésped con el polvo de oro que en esta estación se escondía entre las acículas. Pues son muchas las propiedades de los enebros y las hadas lo saben. Y esta lluvia dorada viene cargada de poderes mágicos que los humanos no sospechan...


Al hombre le gustó el chaparrón impalpable a su alrededor. Le pareció bonito verlo bailar abrazado a los rayos de sol que se colaban entre los troncos. Pero estornudó estrepitosamente y parte del polen dorado se le metió en los ojos. Y se apoderó de él un sopor al que no se resistió, tan a gusto se encontraba en ese lugar.
Lo que no imaginaba ese hombre es que el sueño profundo que le invadió era un ardid mágico de las Siete Hadas del Enebro para hacerse perdonar lo mucho que le habían perseguido y maltratado toda la vida con sus bromas de mal gusto.

Ellas entraron por sus ojos, como siempre lo hacen; se escondieron detrás de sus párpados y se apoderaron de sus sueños... Pero esta vez no fue con la idea de truncarlos sino con el propósito de dejarle un regalo muy especial, un favor exclusivo...
Sembraron a su alrededor el sueño de un bosque umbrío y misterioso, con su camino serpenteando entre musgos y flora silvestre de jaspeados tonos azules. Se respiraba paz en este bosque sólo poblado de pájaros cantores. Y le dejaron pasear de la mano de sus recuerdos y sus sueños juveniles por el camino de polen dorado, entre campanulas celestes y jacintos olorosos.

Cuando el hombre despertó, se encontró de nuevo en el paisaje de siempre y muy lejos del Bosque Dorado de las Hadas pero volvió a su casa con una sonrisa en los labios.
Y al pasar al lado de la señal de la senda encantada, le guiño un ojo al ciervo alado que le había mostrado otro de los muchos caminos de los sueños del ser humano.

                                                          de la red: una de las múltiples señales mágicas de Bretaña

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Pompita con guiño:
Este cuento está dedicado a un curioso perrito verde que me lo inspiró, regalándome el favor especial de pasear por
                      el Camino de las Hadas de su lejano Bosque Azul.
Muchas gracias, P. ;)
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lunes, 1 de mayo de 2017

En mayo


Suele florecer en mayo si las temperaturas son propicias.
Y su perfume es inconfundible.
El muguet o lirio del valle (Convallaria majalis) es símbolo de alegría
y sobre todo es amuleto de la suerte para cualquier aspecto de la vida, amor salud o trabajo.
Y por esta razón se reparte entre familiares y amigos en estas fechas en mi tierra, desde el mismo día 1º,  el día del Trabajo.

Y con estas pequeñas flores de mi jardín, os deseo un feliz mes de mayo a todos y mucha suerte para todo el año:
Suerte para los que buscan y esperan encontrar ;
para los pre-activos y los activos;
y para los pre-jubilados y los jubilados.

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Pompita de mayo con sonrisa.
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martes, 18 de abril de 2017

Un conejito de Pascua

Mi gato, que no entiende de semanas, ni santas ni paganas, que no sabe de religiones ni de ritos ni leyendas, y sólo vive al ritmo de días y noches que regula su actividad y su descanso, festejó hace poco y a su manera la vuelta de la primavera y aprovechó sus correrías por el monte a su manera también... saliendo de caza.

Su instinto depredador le lleva a menudo por el camino fácil: el de los ratoncillos.
Otras veces por el reto más complicado de los pájaros, aún a sabiendas que, de conseguirlos, se expone a mis regañinas (que, lo sé, le importan bien poco pues me mira con su sonrisa inocente pensando: "Tú, grita, grita. Pero yo me lo he pasado en grande. Y sé que se te pasará tu enfado conmigo.")
Otras veces conjuga los dos deportes y se enfrenta a un reto mucho más divertido por más difícil: la caza veraniega del murciélago, este animal mitad ratón, mitad pájaro. Y algunas veces ¡lo consigue!
Para no herir sensibilidades, no os pondré fotos de los diversos trofeos que trae a casa como regalos día sí y otro también.

Pero hace unos días, salió de caza mayor... o la caza mayor le salió al encuentro... en forma de gazapillo.
Y como buen gato que es, hizo lo que a unos parecerá crueldad pero que, a los que entendemos de gatos, no nos parece otra cosa que una prueba más de que, a pesar de vivir "domesticado", ha sabido conservar sus instintos naturales y hacer lo que hacen a veces sus primos mayores en libertad cuando el hambre no aprieta: no sacrificar a su presa en el acto sino traerla viva, observarla y jugar con ella para aprender de sus reacciones para futuras cazas.
Un gato de piso (lo que yo llamo un gato de peluche) juega con moscas porque al privarle de su libertad se le priva de la posibilidad de dar rienda suelta a su instinto cazador con presas más interesantes ¿no?...
Pero Munsi no es un gato de peluche.
Y los únicos insectos que llaman su atención son los saltamontes que deben de ser para él lo más parecido a las pipas que a los humanos nos entretienen tanto...

Ya sé que a algunos mis palabras horrorizarán pero... seamos sinceros... a mí, mucho más me horrorizan cosas como las guerras todas, la caza como deporte para presumir, el embuche de ocas, las corridas de toros, las cabras de campanarios y demás "juegos" humanos para la crueldad de los cuales siempre hay alguna excusa o justificación...

Pues sí, Munsi, mi gato, cazó un gazapillo, lo trajo al jardín, y después de introducirlo por la gatera que le permite entrar y salir de casa a su antojo, me lo regaló.
Vivito y coleando, sin una gota de sangre, sin un rasguño salvo una pequeña calva sin pelo en el cogote.
Otro gato de hace años, era un especialista de la caza de conejitos que regalaba a la perra que los miraba sin mucho interés y sin duda se preguntaba: "Y yo ¿qué hago con esto?..."
Pero este gato de ahora, quizás por no tener compiche de cuatro patas, trae sus presas a casa para compartirlas con su familia bípeda.

Sin embargo, esta presa tan poco corriente para él, le vino grande y lo dejó tan sorprendido que no hizo otra cosa que observar... hasta que se cansó y me dejó a mí a solas con el regalo.

Así que, por otros caminos que los de las leyendas, credos y ritos de Semana Santa, por otro regalo aparte de los huevos decorados y de chocolate de toda la vida,
disfruté yo este año de mi particular conejito de Pascua.



Y ¿qué pasó luego?... Pues como estaba el animalillo tan en plena forma, después de no pocos esfuerzos para capturarlo (no tengo las habilidades de mi gato y ¡hay que ver lo que brincan los conejitos!) conseguí arrinconarlo en un cubo y soltarlo fuera del jardín, aprovechando que el cazador tomaba el sol, relajadito y disfrutando de un merecido descanso, como es de ley en Semana Santa también por otra parte...


Después de un rato pensativo, el animalito indultado aprovechó su suerte y desapareció entre jaras, cantuesos y enebros, bajando hacia el riachuelo.

Quizá su aventura dé pie a una leyenda bonita que circulará de madriguera en madriguera en las primaveras venideras... Me gustaría que así fuese...

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Pompita de una semana, entre santa y pagana.
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