martes, 23 de diciembre de 2014

Tradición de generosidad dulce




A menudo tachadas (y no sin razón) de consumismo desenfrenado y comilonas, a veces con la crítica, se nos olvida que las reuniones navideñas alrededor de una mesa tienen sin embargo un trasfondo ancestral de generosidad para con el familiar, el amigo, el vecino, el que nos visita, el que está de paso o el necesitado.

Y os traigo aquí una tradición que lo ilustra:  tradición mediterránea,
muy vigente en Provenza y llamada allí

                           Les Treize Desserts... Los Trece Postres. 

Ya se hace mención a esta costumbre en el siglo XVII según algunos autores; olvidada y más tarde redescubierta por eruditos provenzales como Frédéric Mistral.
Y vuelta a revivir con fuerza desde principios del siglo XX.
Todo un símbolo de estas fechas en Provenza.

¿Cuáles son esos postres?¿Qué significan?
Son dulces que se ofrecen a diario desde la noche del 24 de diciembre hasta final de año.
Y tanto los ingredientes como la forma de presentarlos están teñidos de simbolismo de la religión mayoritaria allí (su número recordando la última Cena, algunos de sus ingredientes, la forma ritual de presentarlos etc...)

Pero también de forma más amplia, llenos de la generosidad de cualquier "credo" que rodea el "mare nostrum" puesto que son brindados desde el deseo de compartir las riquezas de una despensa mediterránea con quien se acerca a una casa que tiene la suerte de tener tal despensa.

Desde principios de septiembre, aquellas despensas se llenaban  de los dones de la naturaleza atesorados por manos previsoras.
Y constaban sobre todo de frutas y frutos recolectados pensando en el invierno y también de dulces elaborados con ellos.
Y siguen así.

Sobre una mesa instalada con este fin y de forma permanente durante estas fechas, se colocan fuentes llenas de manjares sencillos:
Uvas pasas, higos secos, avellanas y almendras,
conjunto llamado "Les quatre mendiants" (cuatro mendigos, por referencia al color del hábito de las órdenes de monjes mendicantes)
dátiles, peras, manzanas, ciruelas pasas, naranjas,
"nougat" negro (una clase de guirlache casero), turrón blanco, fruta confitada (o carne de membrillo).
Ingredientes que pueden variar un poco según los recursos de la comarca o del pueblo o de la casa.

Pero lo que no falta nunca en esta mesa es un pan dulce, una clase de torta de forma variable, a veces redonda, a veces plana, a veces artísticamente moldeada, hecha de harina, azúcar y aceite de oliva en su versión original, a veces enriquecida con huevo y leche, a veces perfumada de anís o azahar.

Se lo llama "poumpo a l´oli" en provenzal
o "pompe à huile"...  bomba de aceite.
Una versión dice que el nombre le viene por la cantidad de aceite que puede absorber la harina, otra por su forma generalmente redonda, otra por el ruido de pompita crujiente que hace al romperla...
Aunque los entendidos no se ponen realmente de acuerdo sobre el origen de la palabra.
Cosa que poco importa a la hora de romper la  "poumpo a l´oli"
y compartirla.

Les Treize Desserts... Los Trece Postres...
Todos presentes muy humildes
pero ofrecidos con generosidad, con corazón, y acompañados generalmente de la alegría de un vaso de vino dulce de la región.

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Os deseo tener en vuestra casa una mesa llena de cariño
para quien os visite en estas fechas.
Os deseo encontrar una mesa igual en cada casa que visitéis.
                   
                                     Mi deseo de Navidad.  

Y deseo que haya mesas surtidas y acogedoras como éstas
en cada rincón de la Tierra,
todos los días de año.
                                      Mi deseo para 2015.

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Mi pompita de hoy para vosotros. De todo corazón.



¡¡¡ Sed buenos y pasadlo bien !!!

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