domingo, 29 de septiembre de 2013

Lluvia en el parque...

                                                                                                             de la red

Una niña con botas de agua está sentada en un columpio,
comiendo el bocadillo de crema de cacahuete envuelto en papel de plata.
Ha dejado la pequeña cartera en el banco cercano.
Espera.
Sola.
Espera.

Canturrea una canción que se inventa y cuyo ritmo crece
con el movimiento del columpio de madera.
Se da impulso, con fuerza,
hacia atrás y hacia delante estirando los brazos.
Canta.
Está aprendiendo a navegar sobre pentagramas.
Brota la risa muda de sus ojos hacia el sol.
Una mariposa blanca vuela y libera su pelo.
El pelo suelto, moreno y lacio le tapa la cara al ir hacia atrás.
Y se escapa por la espalda de su rebequita blanca al ir hacia delante.
Cierra los ojos sonriendo al aire que le acaricia la cara
y da un impulso mayor pisando el suelo:
Está aprendiendo a volar entre dos nubes.

Abre los ojos.
Grita.

En la arena gris que rodea el banco, una carterita roja.
En el césped, una bota de goma, roja.
Roja como las hojas muertas que salpican la hierba verde.
Anochece. Empieza a llover...
Los perros olisquean.
Entre los matorrales, se refleja la luz fría de una linterna sobre un trozo
de papel de plata manchado de barro.
El agua cae ahora con fuerza torrencial.

Se llamaba Asunta o María o...

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martes, 24 de septiembre de 2013

Sigo en la cocina... con las manos en la masa.

Mis primeros ingredientes:
Un paseo por el huerto para recoger los últimos tomates y berenjenas, unas ramitas de tomillo, otras de perejil, unas hojas de albahaca...
Añado un delantal bonito, una "tónica" al alcance de la sed, unas aceitunas o unas almendricas fritas o unos pistachos para picotear.
Añado también un poco de música para tararear y ambientarnos...
... y sigo con las manos en la masa. Disfrutando del momento.


                           http://www.youtube.com/watch?v=pCxFbGXtQF0

Después de recetas para el alma y después de este apetitoso y abundante menú musical, como el cuerpo también pide alimento
aquí os traigo otra receta:
Esta vez, se trata de un arreglo mío sobre una tradicional receta 
de mi madre que la hacía estupendamente y fue mi modelo en eso de los fogones. (Quien probó su sopa de pescado, todavía se relame.)

Mi receta, como siempre, es susceptible de variaciones según lo disponible en la despensa... o en la inspiración del momento.

"Canoas de berenjenas" que gustan mucho en casa:

Ingredientes:
Berenjenas pequeñas.
Carne picada de vaca.
Aceite, sal, pimienta, ajo, cebolla, perejil, tomillo, menta.
Queso suave de untar. Semillas de sésamo.
(Sobre la marcha, para las próximas se me está ocurriendo añadir un puré de esos tomates secos tan sabrosos... o unos piñones... o... unos taquitos de manzana... o...)

A lo nuestro: Se lavan y cortan a lo largo las berenjenas. (Si son pequeñas ni hará falta ponerlas a "sudar" su agüita amarga. 
Yo usé las del huerto: tiernitas, tiernitas ¡una delicia!)

Con una cuchara de postre o el artilugio especial para hacer bolitas de melón, se medio-vacían de su carne, quedando las mitades de berenjenas como si fuesen unas canoas.
Se coloca esta flota vegetal en unas bandejas previamente aceitadas,
se sazona y se llevan al horno suave.
Mientras se hacen despacito las berenjenas-canoas, me ocupo de las bolitas de carne (de berenjena) que después de su paso por la sartén reduzco en puré grueso con un tenedor y lo ligo con algo de queso para untar. (podría ser con nata líquida o "camembert" (delicioso fundido) pero pensando en los estragos del despendole estival pues me decanto por un queso al 0%... vosotros vereís...)
Mezclo este puré en la sartén con la carne picada a la que añado ajo, cebolla, perejil (todo picadito fino y previamente medio pochado). 
Esta mezcla se termina de hacer a fuego lento. 

Mientras espero:... unos traguitos a la tónica, algo de picoteo y volvemos a escuchar y cantar a voz en grito la canción... a la vez que preparo una ensaladita con los últimos tomates del huerto sin olvidar las hojitas de albahaca para darle el toque perfumado del verano que se nos va...


Recojo algo la cocina mientras unos estómagos hambrientos e impacientes ponen la mesa.

Cuando las canoas de berenjenas están a punto de zozobrar de tan tiernas, las relleno con la mezcla de carnes (vegetal y animal). 
Añado por encima tomillo desmenuzado a dedo y unas hojas de menta fresca picada que perfumarán la última capa de queso para untar y salpico con semillas de sésamo para dar un toque crujiente. (que podría ser también de pistachos machacados...Lo probaré la próxima vez.)

Otro ratito de horno para dorar un poco y... ¡A la mesa! 
    
                                                          
                                                            Bon appétit!

Pompita desde mi cocina.

PS. La foto no me salió muy buena pero me esperaban impacientes en la mesa y no me entretuve: yo también tenía hambre a pesar del picoteo, así que me quité el delantal y... ¡a disfrutar del momento!
PS. Podía haber repetido la foto porque, como siempre, hice mucho más de lo que íbamos a comer con el fin de congelar una parte pero...            se me olvidó...
PS. Recalentadas están aún más sabrosas. ;)
PS. Otra receta mía (de vaga experimentada): trabajar un poco más un lunes de cualquier semana para no tener que pisar la cocina un martes de cualquier otra semana y dedicarlo a otras cosas.
Otro PS. (¡el quinto y último, lo prometo!) para agradecer al autor del video, al de la canción y a sus intérpretes:
Canción que nos gusta tanto en casa y nos trae tan buenos recuerdos.    (mi hija... ¡hasta la tiene en el móvil!)

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domingo, 22 de septiembre de 2013

Su última luna llena


La primera noche que lo observó, se sorprendió: la luna llena había salido por el norte.
Sí. Por el norte.
Volvió a mirar su barrio, sus puntos de referencia, el campanario, la silueta del pico rocoso que dominaba la ciudad. El norte.
Buscó en el helado cielo, las pocas constelaciones que lograba identificar: la osita amable no estaba en su sitio sino en el este, pegada a la constelación del Columpio.

La segunda noche que ocurrió, el cielo estaba tan nublado que sólo un pálido resplandor le confirmó el norte. Se estremeció.
La tercera noche, meses más tarde, volvió a ocurrir: salió por el norte. Pero nadie se daba cuenta.
La siguiente, era primavera, una noche fresca y sin olor.
El norte, el norte, el norte. Siempre el norte.

De mes en mes, su desazón se acentuaba, mucho antes de la luna llena... en cada fase de esta luna incordiosa que seguía sin enterarse de su papel, saltando por encima del monte, de la ciudad, del barrio, del campanario. Por el norte.

Durante meses, ni salió de noche, temblando de miedo.
Cuando por fin se decidió, fue en la última noche del verano.
Y esa noche, de tanto preguntar al cielo,
no vió el socavón y cayó de bruces al río.

"C´était dans la nuit brune,
 Sur le clocher jauni
         La lune,
 Comme un point sur un i  "             
                                                 Era en la noche morena,
                                                 Encima del campanario amarillento,
                                                              La luna
                                                 Como un punto sobre la i.

Aquella noche, la luna salió por el este. No la vió.
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Pompita lunática.

http://poesie.webnet.fr/lesgrandsclassiques/poemes/alfred_de_musset/ballade_a_la_lune.html.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Más cocina del alma

   ¿Seguimos con la cocina?
  
                            
  ​​... "Me concentraré mucho en las clases de ser, en conocer los laberintos y jugar entre los cipreses sin miedo a perderme o a encontrarme.
También buscaré la fuente que siento derramarse cada noche sin agotarse jamás.
Y cuando llegue a casa, descansaré sin sentirme culpable por no hacer nada. Nada de nada.
Y si algun día me levanto con un poso azul en los ojos y siento que no he aprendido nada, recordaré lo más difícil del curso pasado y me sentiré orgullosa de lo que ya sé, de todo lo que recoloqué en los estantes de mi memoria.
Sí, mantendré limpio mi corazón y barreré todos los días mis días de pasado, para que el presente brille en cada gesto...
Los viernes, que siempre huelen a fin de semana, me concentraré en el efecto del sol en mi helecho y sobre las sábanas de hilo y compraré flores blancas.
Sí, mucho blanco.
Los sábados, que la calle se viste de fiesta, escucharé la risa de los niños que estudian en los columpios.
Y los domingos dejaré que el día me acune y que sólo me despierten los ruiditos de mi tripa pidiendo el desayuno.
Cuando empiece la semana no me quejaré de los lunes y por las mañanas, a primera hora, me examinaré alegre de todos los besos que he aprehendido durante sus sueños. Sí, creo que tendré que repasar mucho. Este importante tema merece una atención especial.
Nunca haré pellas, ni copiaré de otra, haré todos los deberes cada día, cada minuto estaré disfrutando del milagro de estar viva, de todo lo que he aprendido y que hoy me hace feliz.
Y si algun día me olvido de esto, lo copiaré mil veces, dos mil... hasta que forme parte de mi respiración, como un eco de mi silencio amable."
...

Espero que os haya gustado esta receta, continuación de la de ayer y copiada del libro 
                     "Pimientos rojos rellenos" de Mónica Bardem . 


La semana que viene os pondré una receta de cocina para el cuerpo,
               que no sólo de buenos propósitos de principio de curso
                           se alimenta una o uno.

Pompita desde mi cocina.

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martes, 17 de septiembre de 2013

Rellenando pimientos


Hace unos días estaba en la playa... ¡Qué lejos!...

Pero ya de vuelta, hoy os escribo desde la cocina; y rellenando berenjenas me acordé de un libro... de pimientos.  Un regalo que me hicieron hace años.
Un regalo de unas alumnas encantadoras y que conocían mi gusto por la cocina; un librito de recetas variadas, muy curioso y del cual hoy me apetece traeros un extracto. 
Con el paso de los años, mi gusto por la cocina ha menguado algo (hay tantas cosas interesantes por hacer fuera de la cocina y fuera de casa.) pero mi gusto por este libro sigue igual.

                                                                                                                                   de la red.
"No sé si será la memoria afectiva o afectada, pero algo tienen los septiembres que desordenan el ánimo y tiñen los días de una extraña pena, como si el verano se guardase un tiempo de juego que ya no volverá.
Se acabó el recreo.
¡¡Pero no importa!!
En el nuevo curso voy a aprender muchas cosas.
Voy a salir voluntariosa y sonriendo a la calle, aunque no me sepa bien la lección. Voy a sentarme en los parques a estudiar cómo duermen las nubes y por qué reviven las hojas bajo los pies de los niños: asignatura muy importante
Voy a leer a Neruda en voz alta sin miedo a trabarme la lengua y a cantar en la ducha, ¡y en la calle también!
¡Y llamaré a mis amigos, sólo para recordarles que sé lo mucho que me quieren!
Este curso voy a ser la primera de mi clase, no faltaré ni a una sola: clases de besos a primera hora, clases de risas antes del recreo, de sueños durante la mañana y de cosquillas cuando vuelva a casa, de voluntad, de fuerza, de confianza, de tesón...
Estudiaré con cuidado el silencio de la música, las sombras de los árboles sobre los estanques, el origen de la miel en los ojos de mi gata y el temblor de su naricilla cuando bosteza.
Por fin comprenderé cómo puede no agotarse el amor, cómo cuanto más doy, más recibo, de qué manera su energía sirve para mover los motores más oxidados y los corazones más heridos.
Aprenderé a sumar lo mejor, a restar lo peor, a multiplicar los dones y dividir los defectos, sacaré las raíces de mis temores y resolveré las ecuaciones con tizas de color."


Estamos en septiembre, los pimientos todavía abundan, tenemos una buena receta...¡Manos a la obra!

Pompita soplada desde mi cocina. ... 
... continuará... el huerto ha sido generoso en mi ausencia y se me han acumulado los tomates, pimientos, berenjenas y más cosas... 
Cosecha de varias formas y colores esperando ser procesada. 
Y en ello estoy en estos días de vuelta al redil.

PS Tuve que sacar la foto de la red porque no me han devuelto este querido libro...con la dedicatoria tan cariñosa que llevaba... ¡Ya no presto más libros! ¡Qué se sepa! ;)