martes, 28 de febrero de 2023

Otra mudanza

 " De repente se le cayó encima todo el cansancio de los meses pasados. Se sentó en una de las numerosas cajas que todavía quedaban por llevar y su mirada se paseó por la estancia...

En esta desapacible mañana de febrero, el salón acogedor que ayer todavía albergaba lustros de vivencias varias, le pareció ahora desmedido y desangelado, exhibiendo sin pudor sus cicatrices más felices: las ventanas ciegas y claras de sus cuadros ya embalados, este arañazo en el parqué que sólo él conocía o este desconchón en la pared que unos intrusos arreglarían; una retahíla de insignificancias abigarradas de las cuales sólo él recordaba el origen...
Los alborotos, risas, gritos y carreras se desvanecían, rebotando en suelos, paredes y techos con la fuerza menguante de una pelota que se desinfla...
Y flotaba en el aire un olor acre de chimenea fría y de casa abandonada que ahora le picaba los ojos y le oprimía el pecho...
Se levantó con esfuerzo y fue a la cocina. Pero por supuesto no quedaba ni un vaso en la alacena; y la nevera desenchufada que habían acordado dejar a los compradores, enseñaba su tripa desolada. Así que bebió directamente del grifo, que hoy no goteaba...
A solas, antes de la vuelta de los chicos de la mudanza que la víspera ya lo habían empaquetado todo y a primera hora se habían llevado la mayoría de los muebles, dio un último paseo por la casa, entre papeles arrugados, burbujas de plástico y restos de cinta adhesiva que se le pegaron a la suela de los zapatos.
Y recogiendo un pequeño libro sin tapa olvidado entre cajas de cartón, se despidió de cada rincón rumoroso de recuerdos...

Le sobresalta el timbre de la puerta; y sacudiéndose la morriña, empieza otra vez a visualizar su nueva casa que pronto se transformará en hogar; con sus cachivaches viejos y sus risas nuevas, con sus rozaduras de calzado recién estrenado y con su caminar ilusionado por una nueva página oliendo a pinturas y barnices frescos."

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Este texto lo publiqué en febrero del 2016, cuando se mudaron mis cuñados... 
... y ahora lo hago por nosotros.
 Nuestra ilusión es la misma y igualmente con sus altibajos y sus cosas raras que hacen que el cuerpo te duela y a la vez te ilusiona... Te ilusiona y a la vez te duela...
¿Será la edad?... 
¿Serán los muchos años pasados en este lugar que siempre me pareció idílico... ?

                    Los recuerdos se quedan con nosotros y se quedarán para siempre.