martes, 26 de noviembre de 2019

Reportaje en las aulas

Hoy 25 de noviembre del año ...:
En el marco de nuestro Espacio sobre el Pasado, nos encontramos hoy en un aula de Historia de la Humanidad.
Los alumnos y personal del centro están mirando, entre expectantes y desconcertados, una gran pantalla donde desfilan un montón de seres parecidos a ellos y gritando unas frases que ellos no entienden:

 "Ni una más"
"No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, quiero sentirme libre"
"La cantidad de ropa que uso no determina la cantidad de respeto que merezco."
"Me podréis romper la mano pero nunca la voz"

Los alumnos sorprendidos se miran entre si y empiezan las preguntas pues hay conceptos de los siglos anteriores que ellos no entienden.
Ellos son violetas desde el alma y desde que nacieron.
Y no conocen esto que se repite a lo largo del reportaje: el miedo o la falta de libertad.
Y menos aún conciben la violencia, como si el alma y el cuerpo de cada persona no fuese un altar inviolable dedicado a honrar la Vida.

La persona a la cabeza de la conferencia de hoy, les explica que en tiempos remotos, el mundo de las Personas se dividía en rosas, azules y arcoiris como ahora. Pero que ciertos azules a veces (o de forma permanente) se volvían negros en el alma y maltrataban a las personas rosas y arcoiris psicológicamente con su desprecio y físicamente hasta la muerte por considerarlas inferiores. Y esto a un ritmo cada día superior al del año anterior.
(En este momento, la sala entera se estremece y en los rostros horrorizados empiezan a correr las lágrimas)

La Persona encargada del Área de Educación tiene que aclarar ciertos términos.
Y luego prosigue:
"En esos tiempos prehistóricos, las cosas no andaban tan bien como ahora y a las Personas no se las reconocía como actualmente por su valía, sus aptitudes, sus gustos y su importancia para el bienestar de la sociedad sino sólo por el color de su piel: rosa, azul o arcoiris."
(¡Oh!  exclaman incrédulos algunos de los asistentes que se levantan, poniendo en duda las palabras del ponente pues les parecen inconcebibles)

"Ni existía el respeto al otro. Y algunos pensaban en las relaciones como en una propiedad de la que podían aprovecharse de la forma que querían y cuando querían sin tener en cuenta el deseo ni la voluntad de la otra persona."
 (aquí los gritos horrorizados suben de volumen e incluso algunas Personas salen al pasillo a vomitar tal es la impresión que les causa lo expuesto tan crudamente)

Pero el ponente prosigue:
"Ahora disfrutamos desde hace tiempo de la variedad de colores externos en nuestra piel y del interior violeta que da luz a nuestra mente y nos diferencia de las manadas de animales que poblaban la Tierra en los siglos pasados.
Pero es necesario que no olvidemos nunca lo que pasó para que no vuelva a suceder pues sería un retroceso muy grande en nuestra evolución perder esta variedad tan enriquecedora para todos. "

Y dando fin a su exposición, la Persona añade:
"Recordad todos: Para mantener nuestra mente violeta y luminosa necesitamos tanto del color rosa como del color azul pero nunca del oscurantismo del negro teñido de sangre."

Y los alumnos, pensativos, salen de la sala hacia sus quehaceres... pero siguen preguntándose porqué su estatus actual tan armonioso tardó tanto tiempo en llegar...

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POMPITA esperando el día en que ya no se hablará más de esta barbarie porque ya no existirá.
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martes, 19 de noviembre de 2019

Cuando los barcos vuelven...




 "Monumento a la mujer del marinero" en Ayamonte
                                   monumento  que siempre me evoca esta canción:

"Quand les bateaux reviennent" ...........  de Yves Duteil

Cuando los barcos vuelven
quedan en sus flancos
jirones de desilusión
del viento que se los lleva.
Cuando los barcos vuelven...

Y los marineros de a bordo
ven crecer el acantilado,
y el curioso malestar,
y las luces del puerto
donde, en la madrugada,
las mujeres tiritando bajo la toquilla
tienen el labio algo pálido
y el corazón incierto...

Pues es el mismo viento:
el que levanta sus encajes,
se lleva a sus hijos
y se los devuelve.
Da a las gaviotas
esa lentitud tan hermosa
y hace de sus amantes
marineros infieles...

Cuando los barcos vuelven
se les ata al muelle,
la cuerda y la estaca,
única recompensa por su tormento.
Cuando los barcos vuelven...

Y los marineros se van,
rotos de cansancio:
hasta el suelo se tambalea
en el corazón de su casa.
La cama, ya deshecha,
se cubre de suspiros
y las mujeres zozobran
y su esperanza renace...

Pues es el mismo viento
que apaga su vela
cuando un atardecer de primavera
las encuentra menos guapas.
Da a los océanos
algunas arrugas nuevas
y enseña a las cometas
todos los caminos del cielo...

Entonces, durante algunos días,
el tiempo no existe...
y quizás por eso nace 
el peso de las despedidas
cuando los barcos se vuelven a ir...

Las mujeres en la madrugada
en el momento de la salida,
buscan en el pañuelo,
para medir sus días,
las cuentas ya tan pesadas
del rosario de marfil
y la imposible amarra 
que lleva a su amor...

Y es el mismo viento
que trae a la orilla
un poco del océano
hasta su rostro
donde el mar y el tiempo
en su ir y venir
han esculpido la estela
extraña y fascinante
de un barco que viaja... 



                                https://www.youtube.com/watch?v=mCQDD2x_VeM

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Pompita con sabor a mar, para Laura con quien comparto playa... a destiempo.
                                          Aquí la tienes, en su antiguo sitio :)
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martes, 5 de noviembre de 2019

Callejeando 2

Estoy de nuevo perdida...
Y digo yo... Si todos o casi todos empezamos el recorrido en el mismo sitio.


Y con el camino en general despejado para elegir destino



       ¿Porqué cada uno termina eligiendo calles tan distintas?...

        Aquí se refugian los últimos soñadores... músicos y poetas


Aquí, desfilan y se pavonean los políticos al acecho... es decir: todos.


Aquí se esconden los "previsores" de los paraísos fiscales....


Aquí siguen los cada día menos alegres y despreocupados (especie amenazada)


Y yo, de nuevo en esta encrucijada donde nos martirizan a diario con insultos y promesas huecas.
                                                       ... ¿a dónde ir?

                   ¿Con el gato que baila sin ton ni son?


  ¿ Con la urraca que bebe como los peces en los ríos (revueltos y contaminados)?


 ¿Es que ya no existe esta calle antigua de la Sabiduría, puerta del Renacimiento, otrora más transitada (o esto me parecía)?...


     Mi instinto me aleja de algunas calles preocupantes





O muy preocupantes incluso...



Podría preguntar mi camino pero unos muchos gritan...
              .... y otros muchos (o los mismos) se arrastran según sopla el viento.
Con lo cual ya no me fío de ninguno. Veletas.


 
Yo que siempre he tenido las ideas claras (en este aspecto por lo menos), por cuarta vez en tan poco tiempo, dudo: ninguno de los caminos vistos me convence...
Infinito cansancio al mirar el mapa. Y el panorama.

Sin embargo, tendré que levantarme, aunque sin ilusiones ni fe. Y me levantaré.
No me gusta quedarme sentada, mirando hacia otro lado.
Esto lo tengo claro a pesar de mi cansancio. Infinito cansancio.
Ni me gusta que otros elijan el camino por mí. (Por esto de "Quién calla, otorga")


En realidad, lo que estoy buscando es esta calle en concreto...
                                                                   ...¿Alguien sabe dónde se encuentra?...


En algún sitio tiene que estar...
                          ...era lo último que quedaba en el fondo de la caja de Pandora...

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Pompita pensativa.
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