martes, 29 de noviembre de 2011

¡Ya estoy aquí!

Está sentado en la orilla de la cama, cabizbajo, pensativo, mirando sin verlos sus pies calzados de marrón oscuro, las perneras del pantalón, marrón más claro, los puños de la chaqueta del mismo marrón y el archipiélago marrón apagado que mancha el dorso huesudo de sus manos.

La cama sin deshacer, sus esquinas blancas bien rectas, paralela a la ventana que da a una calle tranquila donde acaban de encenderse las farolas.
Oye pasos al otro lado de la puerta que se abre rápidamente con un "¡Ya estoy aquí!" risueño.

Se levanta y sonríe a la figura delgada y animosa que acaba de interrumpir sus pensamientos.

"¡Qué joven!" constata otra vez, suspirando.
Así, vestida de blanco y azul pálido, chaqueta fina azul marino, con una cinta blanca en la muñeca y su pelo rubio donde ha plantado un bolí que medio sostiene un pequeño moño, le recuerda a una niña.
Y su familiaridad, su manera de tutear a todo el mundo, con desparpajo.
Y el chicle que no deja de mascar ni para hablar, con esta voz cantarina y a la vez algo chillona que le enternece y a la vez le irrita.

Al principio de la tarde, hablaron del chicle... "que nos hace parecer rumiantes aburridos" dijo él bromeando; él, aficionado también al rumiar... de muchas formas y por varias razones.
Y Rita le confesó que, ella también, lo utiliza como sustituto del tabaco. Desde entonces, él la llama (en su fuero interno) " la ternerita sana".

Ella deja unas cosas en la mesilla de noche y pasa al cuarto de baño. Él oye el chocar de unos frascos sobre la repisa blanca colgada entre el espejo y el lavabo... y el tintinear de las anillas de la cortina blanca de la ducha sobre la barra metálica... y su canturrear al que no consigue poner título.

Ella, sonriente, se acerca. Levanta la mano izquierda imitando un saludo algo burlón delante de su cara y enarca las cejas como preguntando.
Le entrega algo con la mano derecha. Y le sonríe, medio seria, medio tierna; y él, desliza, turbado, una mano en su axila, debajo de la chaqueta .
Está algo incómodo y más incómodo aún por sentirse tan tonto al sentirse incómodo por algo tan tonto.
Y se da la vuelta...
Y durante un buen rato, mira la calle donde no pasa nadie. Ha empezado a llover y unas lágrimas corren sobre los cristales, sin ruido.


Ella sigue trasteando entre las cosas de la mesilla y al cabo de un rato se vuelve hacia él y acerca una mano exigente con la palma hacia arriba, tarareando, con los labios entreabiertos, algo muy rítmico que él desconoce... y le molesta su desconocimiento.
Y ella sigue masticando... "ternerita".
No hace globitos con el chicle: tiene miedo de que exploten y se le queden pegados en la nariz... esto se lo contó también esta tarde, riendo como una niña traviesa.

 Apunta algo y le dice, con la mano ya en el picaporte:

  "Dentro de un rato, pasará tu médico y luego vendrán a buscarte para bajar al quirófano. No te preocupes. Es cosa de poco y mañana me lo cuentas. "

No ha tenido tiempo de contestarle o darle las gracias por los ánimos.

La oye entrar en la habitación de al lado con su alegre

                            "¡Ya estoy aquí!"

Sigue lloviendo.

6 comentarios:

  1. Un texto que rebosa sensibilidad. He disfrutado leyendolo.
    Un abrazo.

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  2. A mí también me ha gustado mucho!
    Bizou

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  3. Los que hemos estado en un hospital sabemos lo que se agradece esa actitud que se suele encontrar en las enfermeras. Aunque hay excepciones, la mayoría consigue paliar lo desagradable de tu estancia allí ¿Existe un día mundial de agradecimiento a las enfermeras? Ya casi todo tiene su día mundial...

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  4. tetealca, gracias por tu visita desde tu castillo. Otro abrazo para ti. :)

    Y gracias a ti también Anónimo-desconocid@... y otro bizou.

    Diego, no me había parado en pensar en un posible "día de la enfermera o del enfermero"... y mira por dónde... existe:
    "En enero de 1974, se tomó la decisión de celebrar ese día el 12 de mayo al ser este el aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, considerada la creadora de la enfermería moderna."
    ... aunque para ell@s, (al igual que para muchos "días de...") me parece pobre acordarse de su gran labor sólo un día al año.
    Hay excepciones,sí, pero son las menos... y es que también... hay cada "paciente"...
    Besote.

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  5. Qué bien está escrito! vas mejorando un montón!, me ha gustado muchísimo. un besooo!

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  6. Hola Bohemia... ya sabes: "verso a verso, golpe a golpe"... sobre todo golpe a golpe :D...como todo o casi ;)
    Y para ti, otrooo!

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