martes, 6 de marzo de 2012

Las dos pipas

Fumaba.
Mucho.
Toda clase de tabacos.
Toda clase de cigarrillos.

Pero a veces, fumaba en pipa. Un tabaco que olía a miel de vivencias lejanas y dibujaba volutas azulonas, enturbiando sus ojos y las arrugas de su frente.

 A veces necesitaba esa niebla de sueños detrás de la cual se escondía.



A veces, pipa fascinante, una mano elegante sosteniendo una cazoleta beige en forma de huevo, una mano con historia de amistad fraternal.
Era la pipa de la melancolía, la de los días del recuerdo triste, la del silencio evocador que, en cada pausa del fumador, remontaba en el tiempo hasta llegar a la vida contradictoria, al encuentro incongruente en aquel sitio muy lejano, exótico y manchado, lleno de sangre de guerra; recuerdo pronto apartado para quedarse con unas imagenes de juventud alegre y ganas de vivir .

Y se borraban poco a poco las arrugas de la frente dejando paso a las de los ojos sonrientes...
Y se apagaba la pipa a la vez que se alejaba la tristeza de su rostro, rejuvenecido por los recuerdos.

Y entonces, abría el viejo album de fotos de piel suave y sábanas de papel de seda traslúcido donde dormía el amigo, comprobando que seguía tan joven y que la enfermedad todavía estaba lejos, comprobando que la pipa fue suya, comprobando el pasado de los dos, la vida de las dos familias, los hijos de los dos, celebrados entre platos de sus dos países, tan distintos;  padrinos los dos...más hermanos que hermanos... amigos.

Al cabo de un rato largo, cerraba el album. Limpiaba la pipa con cuidado; una caricia le confirmaba que se había enfríado la cazoleta y guardaba la pipa en su estuche forrado de terciopelo azul.


  Otras veces, la pipa, casi siempre apagada, estaba clavada en una esquina de su boca dejando sus manos, rara vez ociosas, libres para dar rienda suelta a su inventiva lúdica o práctica, compartida, paciente, risueña y parca en palabras...
En esos casos, la pipa era una pipa corta, tosca, sencilla, bonachona... herencia familiar de otro fumador empedernido; la boquilla mordisqueada y el tabaco, de paquetito cúbico gris azulado y áspero su olor.



Pipa evocadora de la entrega púdica, silenciosa... o de las risas, entre el pronto de raros puñetazos en la mesa y de los treinta y seis mil tacos... evocadora de los guiños burlones, de las canciones pícaras y de las explicaciones barométricas que nunca terminó...

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8 comentarios:

  1. El olor del tabaco de pipa me produce un raro placer.


    (ES LA TERCERA VEZ QUE INTENTO VERIFICAR LA PALABRA.Mucho te agradecería suprimieras la opción, ya que de no ser así, mi mala vista me impedirá comentarte)

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  2. A mí también el olor del tabaco de pipa me produce un placer especial. Mezcla de recuerdos... agridulces.

    Pe.. pe... pero si yo NO he cambiado nada de interfaz... eres la primera en decirme que doy problemas de estos...
    A mí también me molestan un montón cuando entro en "la cueva" por ejemplo, estas dos palabras borrosas :( mi vista tiene años (muchos) y problemas (bastantes) :(
    Voy a investigar cómo se quita... pero porfaaaa, no me grites ;)

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  3. Magnifico relato que a mi tambien me trae muchos recuerdos. Cuantas imagenes y recuerdos nos evoca ese autentico olor a pipa que muchos tenemos grabado en nuestro cerebro emocional.
    Un abrazo.

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  4. Yo nunca he fumado, pero el olor a tabaco que más me gusta (o que menos me disgusta) es el de la pipa. Poética distinción entre la pipa-huevo (nostálgica y algo triste) y la pipa-tosca (bonachona y feliz) Buen sistema para cambiar el chip mental chupatlas alternativamente. Si todo fuera tan fácil... Y el detalle críptico final: "las explicaciones barométricas que nunca terminó" Luego dices...

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  5. Tetealca, creo que los olores son de lo más evocador. Debe de ser nuestra parte animal, primaria ¿no?
    Un abrazo hasta tu castillo ;)

    Diego, esta vez, todo es real en mi relato. Hasta sus explicaciones del funcionamiento del barómetro que siempre fueron un motivo de risa en la familia y que no terminó de explicarnos y que sigue siendo un misterio para mis hermanos y para mí.
    Un recuerdo dulce. Un guiño para mi padre.
    Besote, chico sano.

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  6. Me ha encantado tu relato porque me ha hecho recordar la época en que mi padre fumaba y ese olor me encantaba.......me has hecho pensar en mi juventud y en él cuando todavía estaba bien y podíamos mantener conversaciones larguísimas y muy interesantes. Ahora ya no podemos......lleva 2 años con una demencia galopante que nos lo ha arrebatado a todos.....snif,snif.
    Un abrazo

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  7. ¡Cuánto lo siento, María!... Yo procuro recordar todo lo bueno que me evoca este olor a pipa.
    Un abrazote grande.

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  8. No te preocupes.....si precisamente tu relato me ha hecho recordar una época muy bonita que estaba envuelta en ese aroma.
    Otro abrazote grande para tí.

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