martes, 19 de noviembre de 2013

Sé que te acercas...


Las aves me avisaron hace unos días deletreando tu nombre en el cielo. Pero no hacía falta: ya sabía que te estabas acercando. Nos conocemos desde hace años y aunque algunos días me dejo engañar con falsas sonrisas de primavera, sé que nunca tardas en volver, provocador, implacable. Te temo. Ya mis manos se descontrolan, se abrazan compulsivamente para darse valor, se acarician mutuamente para consolarse de la impotencia de sus ruegos en suplicar clemencia. Desde la misma planta de mis pies me sube un rumor sordo, arrítmico, lento o punzante que me hace trastabillar. Noto tus dedos largos en mi pelo, tu soplo en mi nuca. Mi piel se estremece, se eriza al recordar tus manos grises, insistentes e insidiosas que escarban hasta mis huesos. Te cuelas por todo mi cuerpo. Ni una parcela de mi ser se libra. Mi cerebro se embota, paralizado de terror ante su depredador. Sé que no tengo escapatoria por mucho que haya aprendido a luchar contra ti. Nada me sirve. Todos mis esfuerzos son parches. Ya estás aquí. Cerca. Muy cerca. Me asustas. Te intuyo en mi estómago que se encoge, que rechaza tu aliento desapacible. En mi espalda contraída, atemorizada. Me acechas, lo sé. Me parapeto trás espejismos de cosas y actitudes que otrora me servían. Arenas cálidas. Sol de pleno verano. Pero cada día me engaño peor. Cuanto más te acercas, menos me encuentro. Tengo frío. Me vuelvo torpe. Me achanto. Me bloqueo. Mis rodillas se doblan y mis hombros se inclinan como pidiendo perdón por no sé qué pecado. Resucitas viejas heridas y creas nuevas. Hurgas en ellas sin miramientos. Todo mi cuerpo cruje, lastimoso. Sé que pronto me harás llorar de dolor y de rabia. Mis mejillas entumecidas se quedarán sin sangre. Mi nariz, insensible a otros perfumes. Mis orejas se tornarán de cristal. Y mis labios se congelarán en el escudo irrisorio de una mueca tonta, sonrisa crispada. Mis labios, frágiles, resquebrados, dolidos por tus besos como sanguijuelas ávidas, como vámpiros alterados que se alimentan del poco calor que me costó acumular. Cada día te temo más. Ya estás aquí.
Soy friolera y llegas, a paso de cierzo.

Llegó el frío.

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42 comentarios:

  1. Rediós, había visto una bandada de pájaros en mi lateral y ya me preguntaba yo si estaba relacionado con cierto animal cuadrúpedo que también trepó, cierto día y por el mismo lugar, junto con una salamarquesa, jajajajaja...

    Pues mira, a mi el frío me gusta, a veeeeeeeer, no de esos fríos polares que te dejan tieso, noooo...pero sí el suficiente como para que notes el paso de las estaciones, PORQUE NO ES DE RECIBO...que tengas que sacar la cazadora casi en diciembre. Además y si te fijas, el cielo ese raso de finales de otoño y con algo de mestral (como hoy aquí), hace que las noches sean transparentes, además de darle a las estrellas ese tintineo tan especial que parece o te induce a creer que te has pasado con el coñac en el carajillo.

    UNA MANTITA!!!!, jajajaja...

    Un besazo

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    1. Vamos a ver, vamos a ver... no es que no me guste el frío y por múltiples razones (que iré comentando más adelante) PERO mi esqueleto no lo soporta :(
      Sí, noches transparentes donde luce la luna en todo su esplendor como ayer y estrellas que ves como muy cercanas PERO despues de salir a admirarlas ayer noche, me costó volver a encontrarme. :(
      Mantita o, como hace un rato, plato de cucharra: unas buenas lentejitas :))
      Vale: esta noche, le añadiré un carajillo :D

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    2. ;) CuchaRa con una sola R evidentemente pero estaban tan ricas que comí muchas :D

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  2. Por momentos he pensado que quien volvía era alguien, no algo como el frío. Me sorprendió el final. Buena descripción.

    Bss.

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    1. Confieso que a lo mejor me he pasado un pelín ;) y le he echado mucho teatro :D... aunque... mi cuerpo teme al frío como a un monstruo.

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  3. Pero, es tan necesario: purifica los campos, mata insectos dañinos, ablanda la tierra...
    Y hoy, con una buena calefacción, todo se arregla.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, mariajesus, en cuanto a los beneficios para el campo y lo fácil que es encender la calefacción (o la chimenea) pero... ¡que se quede el frío allí en el campo y fuera de mis articulaciones por favor!

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  4. A mi me avisaron hace unos días las avefrías (Vanellus vanellus), que por aquí sólo se ven en los meses más fríos. Cuando deje de verlas el frío habrá terminado.
    A abrigarse toca...

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    1. Lo que ví hace unos días eran unos patos (creo) negros (creo) ;) Y en esos días el frío era muy poco pero al volver a la sierra madrileña brrrr.
      Investigaré a las Vanellus vanellus: su nombre en castellano es efectivamente todo un aviso y asusta :D
      ¿Abrigarse dices, Ignacio?... mi gato ya lo ha solucionado ;):D... y yo empiezo a parecerme a una cebolla (con sólo dos capas de momento.)
      Lo mejor: caminatas a buen ritmo :)

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  5. Yo lo deseo: me despereza, me aguijonea, me empuja. Es el motor necesario para no quedarte quieto, para buscar nuevos trajines que no te permitan estarte quieto.
    El calor, es molicie, modorra y menos mal que tengo cerca el mar que lo redime.
    Un abrazo.

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    1. Sí, Juan, el frío es vivificante y no te vayas a creer que me quedo en mi cueva cual oso hibernando. De hecho, he estado gran parte de la mañana fuera (eso sí bien abrigada) porque me gusta el aire puro del invierno y moviéndote entras en calor pronto pero sigo insistiendo: llega el frío y... mi cuerpo cruje con estas temperaturas que temo y que el mar tan lejano no suaviza ;)

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  6. Quizá un día llegue a temerle, quizá un día mis huesos griten de espanto cuando lo noten acercarse, pero de momento lo recibo con los brazos abiertos aunque bien protegidos por un abrigo, que temeraria no soy. Me encanta el frío, entiéndaseme por favor, no soporto que en casa se me queden frios los pies, pero lo arreglo con unos calcetines y con la mantita de lana del sofá y... creo que el frío es fácil de combatir y adoro el olor del aire helador de las mañanas y sentir frío en las mejillas, me vivifica, en vez de encogerme me estiro para recibirlo.

    Besos

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    1. Mantita, calefacción (sin pasarse, por el recibo que luego te deja la cuenta tiritando), calcetines de lana, chimenea, infusiones calentitas, etc...etc... Y por supuesto, gorro, bufanda, guantes, forro polar PERO no lo puedo remediar: soy friolera (y quejica) y a mis articulaciones les gusta más el calorcito: será la edad... :(

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  7. ;)) ¡¡Como anillo al dedo!!...jaja.
    Framboise, te cuento que ando leyendo sobre leyendas de origen celta y he dado con una colección de poemas...¡¡Hay uno sobre el frío!!...;)


    (Poema anónimo, siglo IX)

    ¡Siempre frío!
    La más grande tempestad en todas partes;
    los arroyos se han convertido en ríos
    y cada lago ha quedado rebosado.

    Como un magno mar cada lago se eleva,
    cada cosa pequeña es una multitud,
    las gotas de lluvia son blocas de escudos,
    los copos, son pieles de carnero blanco.

    Un pozo es cada sucio charco,
    Se alza el llano, un bosque es cada páramo;
    no hay refugio para las bandadas de aves que tiemblan
    y la blanca nieve nos llega a la cadera.

    La escarcha ha cortado los caminos
    rodeando, artera, el menhir de Colt:
    la tempestad se atrinchera por todos lados
    y nadie atina más que a decir “¡Frío!”.


    Bueno, bueno, bueno...Te digo que también soy friolera, al contrario que mi marido...¡¡Capaz de estar en mangas de camisa a dos grados!!...jaja.
    B7s

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    1. Gracias un montón por tu aporte poético, Mari. :))
      Frío pasaría en aquella época, la gente humilde sin chimeneas tan nutridas como la de los señores pero por su clase de vida también seguramente serían más resistentes y menos quejicas :D
      Ahora, si no nos quejamos del calor... lo hacemos del frío ;) Hoy más soportable sin aire. Y todavía no han caído más que unos pocos copitos.
      Pues nada... a tomarlo como viene :(
      B7sssss

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  8. El invierno es hogareño, es para hacer y moverse, para arroparse y leer un libro apaciblemente. Pero los huesos duelen un poco más y la ropa pesa de exagerada que soy ;)

    A medida que te iba leyendo, veìa un monstruo acercarse a paso lento y cada vez más grande e imponente. Tu descripciòn muy bien llevada,me sorprender sin la bufanda puesta....

    un abrazo

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    1. :) Sí, casss... un monstruo. Así es como lo veo yo. :((
      Pero también al pasar más horas dentro de casa, se disfruta de otras cosas como más lectura por ejemplo como dices.
      Un abrazo y ponte la bufanda que los resfriados acechan también ;)

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  9. Ya migran las cigüeñas,
    ya llega el frio,
    me arrimo a tu corazón,
    ¡ven tu pal mio!
    Has visto Framboise, he escrito para ti una bulería.
    Seguro que se te ha quitado un poquito el miedo a ese invierno tan bien descrito y temido
    Besos Corason

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    1. :)) ¡Clarita! ¡Artista! Está claro que tocas todos los palos jajaja
      Si yo supiera bailar seguro que con tu arte, entraba en calor rapidito :) Me quedo con el calor de tus palabras-ahuyentan-coco-invernal.
      Te soplo un muac muy envolvente para tu viaje (no te nos vayas a volver griposa otra vez. Y pórtate bien ;)

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  10. Tus aves creo que son cormoranes. A mí el frío seco de Madrid y de su sierra me encanta, el notar la cara y la naricilla fría por el monte o la calle mientras llevas el cuerpo abrigado es una sensación maravillosa. Creo que tenemos la manía de calentar las casas en exceso en invierno. De ahí vienen estas gripes... Pues nada, a abrigarse :)

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    1. ¿¿ Cormoranes en la Alcarria??... bueno, estarían de turismo...¿por qué no?... hay gaviotas extraviadas en Madrid. Les gusta hurgar en la basura. :(
      Pues te dejo todo el frío maravilloso y seco que quieras y me quedo con el calor seco del verano de nuestra sierra bonita. Así no discutimos. ;)
      Diego, 21º ahora mismo, es razonable creo. :) Y yo no pillo gripes... sólo me crujen todos los huesos :(((
      Besicos desde la chimenea.

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    2. Amoavé, paquirrina :) Los cormoranes no son exclusivos de las costas, los hay en lagos, embalses interiores, ríos, sobre todo en invierno. Y por supuesto, en La Alcarria, con su Tajo y su Entrepeñas tan cercanos. Cada vez son más abundantes. Yo los he visto hace unos días en el río Segura (Murcia) Cójaseme usté los prismáticos, envuélvaseme en una manta, sálgaseme a la sierra y verá usté la cantidad de aves interesantes que cruzan ahora por la sierra madrileña :) ¿Viste las grullas?

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    3. Uppps Perdone usted, profe: el capítulo éste de la emigración pajaril, todavía no me lo he estudiado. :D
      Apunto el material y cuando usted se reponga nos hacemos una excursión de pajaritos ;) ¿Habrá examen? :D
      Sigo sin ver las grullas :((( y no es plan ahora sentarme en la orilla leyendo y esperando a oírlas: esta mañana, escarcha. Así que ya sabes lo que tienes que hacer en Mira.;)

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    4. Bien... despues de pasarme TODO el día estudiando el tema... ampliando fotos hasta hartarme, leyendo y releyendo etc...etc... reconozco humildemente que el profe siempre tiene razón: son cormoranes.
      Pero no es por nada... ¡con lo a gusto que se está a orillas del mar, hay que ser bobo para venir a congelarse en la sierra madrileña!
      Aunque hoy la temperatura fue muy agradable. ;)

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  11. Buenobuenobueno, qué final! Lo he releído después dos veces y todo adquiere otro tinte, me ha encantado, mira que casualidad que te decía en respuesta a tu comentario en mi blog que te abrigues, que viene el frío! Casualidades bonitas :) O no, porque ya veo que no te gusta nada, aunque en el fondo, si te sale escribir y describir tan bonito sobre él, cierto cariño (aunque despegado) le tendrás. Espero que encuentres muchas formas de abrigarte, lo primero, el corazón y la sonrisa :) Yo te mando un poquito de calor del sur, aunque también estamos congelados. No dejes nunca de escribir cosas así. Abrazos calentitos.

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    1. :D Cierto cariño sí, porque en otros tiempos eramos buenos amigos (es una gozada la pureza del aire frío y sus sonidos) pero... desde que le dió por maltratarme pues le temo. :(
      Pero hoy concretamente, la temperatura ha sido suave y he disfrutado.
      Gracias por tus abrazos calentitos. Te mando otros y besicos :))

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  12. jeje...

    http://www.youtube.com/watch?v=o_hUQw2uHg4

    pa que veas, jajajajajaja

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    1. Jajajajajajajajajajajajajja
      Sí... jugando al futbol, se puede entrar en calor jajajajaja
      Y tu hoguera con sonidos de chicharras y bichos del bosque (con tortolit@s incluíd@s :D ), me inspira más noches de San Juan que de San Andrés. ¿por qué?...
      Refrán: " Por Todos Los Santos, nieve en los altos. Por San Andrés, nieve en los pies." jajaja

      Gracias por el calor de las risas :)))))

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  13. Si ya se huele el frio, se nota en los huesos y en la piel,
    Me ha encantado tu relato, yo también soy friolera, y me gusta una mantita en el sofá por las tardes al oscurecer.
    Gracias Framboise por escribir tan bello.
    Besos amiga

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    1. De vez en cuando, como hoy aquí, te da un respiro y entonces se disfruta de su aire limpio pero hay que estar siempre atenta: no es de fiar ;)
      Besos, Lucía :)

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  14. Pues aquí... hace frío, llueve, graniza y nieva en las afueras. El invierno hizo acto de presencia para quedarse.
    Y lo odio
    Besos

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    1. Sí, el frío húmedo es lo más desagradable y comparto tu sentimiento ;)
      Pero la nieve en las alturas es... preciosa :))
      Besos con guantes y bufanda y sobre todo... unos buenos calcetines de lana.
      Y ¡a andar! para demostrarle que las chicas del norte pueden con esto y más ;)

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  15. ¡Te has quedado corta! ¡Ese asqueroso monstruo merece insultos y no frases bonitas! Aquí me tienes, desde que llegó Lucifer apenas si he podido usar el ratón... ¡No siento la espalda! Famosa expresión de película (algo modificada, sí) pero no real: lo que ocurre es que la siento demasiado...
    Bueno, algo positivo: he leído más y he usado el boli... Parece que, ayudado por las semillas calentadas en el microondas, se va uno recuperando.
    En cuanto a los pájaros... ¡no me extraña que salgan volando!
    Vale, que si el frío sirve para leer una entrada como la tuya, lo seguiremos aguantando.
    ¡Besazos, Fram!

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    1. :D Sí... de película... de terror :(
      Veo con pesar que somos compañeros de semillas tú y yo: llega este tiempo tan "símpatico" con manos, espaldas, etc..etc... y el microondas hace horas extra en mi casa también :((
      Besote grande, LuísMi y a ver si guardamos las semillas sólo para mi jardín y tu tercer libro ;)
      PS... Nos vengaremos del frío en verano... ¡¡¡comiendo helados!!! jejeje

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  16. Empecé a leer tu relato con la predisposición de una verdadera historia de amor y a lo largo del texto, voy descubriendo con mucha calidad o una inmensa categoría, el excelente desarrollo de emociones adversas y contrapuestas hasta finalmente comprobar que lo que menos te agrada es la llegada del frío. Tampoco me gusta nada el invierno, solo de tierras cálidas que soporta y sobrelleva el calor asfixiante pero no tolero o resisto el frío, imposible... jajaja
    muy bien escrito.

    un abrazo :))

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    1. Puede que tengas razón, Esil... relación amor-odio... o por lo menos afecto-manía puesto que todas las estaciones me gustan. Y el invierno no iba a ser menos: me seduce por sus cualidades que son muchas PERO... de un tiempo a esta parte mi piel y mis huesos mandan más que mi corazón porque ultimamente el frío serrano me maltrata :((
      Yo soy de tierras templadas y a veces el termómetro me desequilibra y me hace divagar :D:D aunque me gusta más el calor excesivo de la sierra madrileña que su contrario.

      Abrazote calentito :))

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  17. ¡Jopé!...Encantada de conocerte -¡¡Y al árbol!!...;)))
    B7s

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    1. :D me encantan los árboles ;) pero ahora mismo más que en el árbol... estoy en las nubes :D Mira tu correo ;)
      B7ssss s

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  18. Pues cambiando la temperatura podía aplicar todo ese horror que sientes, pero por el calor, el calor y yo no nos soportamos. Me vuelvo loca, literal.

    Me acobarda, me quita las ganas de todo, paseo más en invierno que en verano. Lo único que no me gusta del invierno es que los días son muy cortos, y me encanta la luz.

    Y los insectos, y las alergias...Uf, la primavera es el anuncio de que todo ese horror está próximo.

    Como ves, soy una mujer de otoños y de inviernos.

    Como decía Cervantes "cada uno es como Dios lo hizo y algunos mucho peor"

    Aquí te dejo una enloquecida crónica de como sobrevivo a la canícula de Madrid

    http://elalmacendelosdiasperdidos.blogspot.com.es/2015/07/el-calor-modifica-la-trayectoria-de-mi.html

    Muchos besos,

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    1. Pues sí, cada una es como es en efecto. Ya veo que te horroriza el calor como a mí el frío. Pobre de ti, Tesa, con este clima de Madrid. Creo que soporto mucho mejor el calor por la suerte de vivir donde vivo, por ser más respirable en la sierra que en plena ciudad.
      :D Y porque debí de ser lagarto en otra vida porque me encanta el calor, sin exponerme al pleno sol por supuesto pero eso de ir con poca ropa me gusta más que ir tapada hasta los ojos.
      ¿Por qué serán estas diferencias de sensibilidad?... a saber...
      Y ¿por qué este temor a los insectos? Pobrecitos bichos, tan majos ellos... cuando no se ceban en nuestra piel :D
      A mí, en realidad me gustan todas las estaciones: cada una tiene su aquel ¿no? Y siempre hay alguien feliz con una de ellas.

      Besos, muchos y de entretiempo.

      Ps Gracias por el enlace, superviviente :D

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