martes, 19 de abril de 2016

Algo raro en la nevera...



 "Le-chu-ga. Ne-ce-si-to-le-chu-ga"
Debió de llegar de polizón en la última lanzadera turística de Marte pero no me percaté de ello hasta que descubrí que las lechugas menguaban con más rapidez de lo acostumbrado en mi casa.
No lo entendía. Nunca me había parado a pensar en la frecuencia con la que iba a "La huerta" (así se llama la frutería de mi pueblo donde suelo comprar: me gustan sus frutas y verduras siempre tan apetitosas en comparación con las de plástico de las grandes superficies; y además, sus dependientes son muy amables.)
No lo entendía: por mucho que le daba vueltas al asunto, no había forma: no lo entendía...
Ya había llegado al extremo de apuntar en la agenda cada visita que les hacía. Y a comprar las lechugas, endivias, cogollitos o escarolas de dos en dos. E incluso más.
Asimismo iba anotando cada noche lo que había en el cajón de la nevera.
Pero cada mañana comprobaba que no quedaba casi nada de ellas. Si bien los tomates desaparecían con su ritmo habitual así como los pepinos, apios y demás verduras, lo de las lechugas eran un misterio. Y me tuve que rendir ante la evidencia: las lechugas desaparecían como por arte de birlibirloque. Abracadabra. Blip. Blip.

Me estaba poniendo nerviosa porque después de pensar en un corto circuito que habría cambiado algo en las tripas de mi nevera, sospechaba también de mí misma ¿sería una sonámbula de ésas que se levantan de noche para darse un atracón de lo que sea y al día siguiente no se acuerdan de nada? Y por eso empecé a poner trampas como hacen en las películas de intriga, con un pelo pegado en la puerta, para saber si alguien la abría mientras yo dormía. Pero no. Cada mañana la puerta seguía intacta. Y las lechugas seguían mermando al mismo ritmo sospechoso y desasosegante.

Como estaba claro que el problema venía desde dentro, un día decidí hacer un experimento: no comprar ni una lechuga más, a ver lo que pasaba.
Se sorprendió el chico de "La huerta" (la cajera del super, ni se enteró) (a veces compraba allí también, para despistar al primero cuyos guiños me empezaban a molestar cada vez que me decía: "Y dos lechugas ¿no? Como siempre." Como si él supiera algo que yo ignoraba...)
Se sorprendió cuando ese día le contesté: "No, gracias. Hoy, no."

Y fue a raíz de esta decisión drástica cuando a la mañana siguiente oí una voz bajita, apagada y tristona que salía de entre los yogures: "Le-chu-ga. Ne-ce-si-to-le-chu-ga. Blip."
Primero me sonreí: me acordé de una película en que el bicho raro decía : "Da-tos, necesito da-tos" pero enseguida me di cuenta de que la cosa no era de ficción: era real. ¡Tenía a un especie de ET en la nevera y me pedía lechuga! Brrrr... Desconcertante... Inquietante...
Me quedé sin habla: no todos los días te sale una cosa tan rara en la nevera. O ¿sí?...
No lo sé... Porque en realidad, cada casa tiene sus rarezas entrañables: recuerdo que mi madre contaba que tenía tres terneritas que la dejaban sin botellas de leche... Yo personalmente tengo a un monstruo de las naranjas en la despensa. Y a veces a las ardillas de los frutos secos que me dejan sin almendras. Pero son gente conocida de toda la vida. Nada preocupante.
(... Ahora que lo pienso... una vez encontré también un pequeño caracol extraviado en una escarola; y una tijereta medio dormida...)
Pero un extraterrestre en la nevera ¡¡jamás me había pasado!!

Sin embargo, ahí estaba. Escuálido y gris, con pintas naranjas de óxido. Tenía mal aspecto a pesar de sus grandes ojos de plástico negro brillante; y repitió con voz desmayada:
"Le-chu-ga. Ne-ce-si-to-le-chu-ga. Blip."
Yo era la culpable de su debilidad: le había dejado sin alimento muchas horas. Estaba tan arrepentida que, a falta de otra cosa, busqué en el comedero de los pájaros, rescaté una hoja todavía sin picotear, la lavé, la sequé y se la di. Y recobró su color verde-pradera enseguida. Blip. Blip.
Quería sacarlo del frigorífico porque no me parecía razonable tener a un bicho allí dentro (no fuese a resfriarse y a estornudar encima de la comida. Poco higiénico.)
Pero él parecía estar a gusto a pesar del frío (aunque noté que tosía un poco) y al final me ablandé y lo dejé instalarse.
En seguida le cogí cariño, como en un sueño eléctrico, acostumbrándome a su presencia y eligiendo las mejores lechugas, los berros más tiernos, toda clase de romanas, rúculas, canónigos, batavias u hoja de roble para agradecerle su ayuda: a menudo me avisa cuando un producto está a punto de caducar o si nota que falta algo básico. Se me ha hecho imprescindible. Blip.
Max (así se llama) me cuenta cosas maravillosas de su planeta lejano. Yo no le cuento todo sobre el mío... No quiero que se vaya, asustado por el panorama político actual... Es tan sensible y cariñoso. Dan ganas de abrazarlo, achucharlo y comérselo a besos, como a un osito de peluche. Pero no me atrevo, por si de repente se me pone agresivo o a berrear... Hace tiempo vi otra película donde se daban casos escalofriantes cuando llovía... No recuerdo cómo terminó.

Y fue también por la misma época cuando decidí cultivar unas pocas verduras: el chico de la frutería ya se ponía demasiado impertinente con sus comentarios. Uup. Yo creo que sospechaba algo...Y no le iba a contar que todo se lo comía el trasgo verde de la nevera. ¿no?..

Pero quizás no debí acogerle con tanta ligereza... Me asusta algo pensar que la invasión ha empezado en serio ... Y puede que el de la frutería lo sepa... Hasta puede que sea cómplice y por eso venda verduras tan apetitosas...

https://www.youtube.com/watch?v=BgIuUyAUxaw             
http://www.traduceletras.net/es/wayne-jeff/eve-of-the-war/417739/
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Pompita que se me escapó una madrugada de invierno, desvariando al mirar hacia el firmamento mientras soplaban aires de cine...
Ps. Él sigue aquí, en la nevera, entre el jamón de york, las cuajadas y las botellitas de agua. Blip.
Guardadme el secreto, porfi. :D
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14 comentarios:

  1. PERO QUÉ BUENO, POR FAVOR, ¡QUÉ BUENO!, jajajajajajaja... Pues cuidadín, cuidadín que los servicios de inteligencia del SETI mira el tinglado que han descubierto justo detrás de la colina que de fijo tiene cerca la frutería hortelana que comentas, jajajajajaja...

    https://www.youtube.com/watch?v=z0nHbItaHwU

    Pa mi que el Frank Drake se quedó corto con su famosa ecuación (hala, ya tienes deberes, jajajajajaja...)

    Un requetebesazo de nuestra parte!!!

    PS. TE HA QUEDADO GEEENIAL!!!!

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    1. Jajaja ¡No sabes Valaf, lo que disfruté al escribir este "divagar" (que en parte te debo por tu invitación en la Taberna este invierno, a madrugar para ver un acontecimiento celeste ;)
      Bien lo sabes, lo mío no es la ciencia (y sé de un@s que se van a estremecer al leerme o me van a recomendar un buen siquiatra :D) Pero, a raíz de lecturas varias, encontré esto:
      http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen1/ciencia2/40/htm/sec_23.html
      Y mi imaginación (la loca de la casa :D) hizo el resto, juntando todo en la "batidora" de mi caldero con una fase "peliculera" Jajajajaja
      Y no te creas que se me pasó lo de tu enlace (de hecho las "rarezas" a las que aludo son ésas mismas ;) Pero no quise marearos con más enlaces :D
      Me alegra que te haya hecho reír mi divagar. :)
      Y gracias por el tema de estudio que me propones pero... ¡Se lo dejo a los especialistas o se me pueden fundir más cables! ;)
      Besotes con carcajada.

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    2. jajajajajaja, joeeeeeeeer que mala fama tenemos los chicos de ciencias, jajajajajaja... Hay de todo, claro, y cierto que hay una corriente que tiende a ver la ciencia y su método como el único paradigma válido para obtener cualquier tipo de conocimiento que merezca la pena. Sin embargo yo no estoy de acuerdo con eso, ¡qué va! La ciencia y sus métodos se parecen al mapa que elabora un topógrafo sobre cierto territorio: lo representan, quizá de forma muy exacta, pero no es el territorio mismo. No posee ni el aroma de sus paisajes ni el tacto de su tierra, explica cosas, pero siempre se da una simplificación necesaria que nace de los modelos que somos capaces de imaginar. Decía Popper que es como una red de pescar: tú la echas al mar y pescas según su calibre, pero hay infinidad de cosas que se escapan. Y eso es absolutamente fascinante.

      Y sobre eso de los "raros" que somos pelín escépticos sobre los OVNI's y demás, pues a ver, es como comentaba con un colega muy aficionado al tema: caso de que viniesen p'acá, lo más probable es que no tuvieran casi ningún nexo en común con nosotros (la probabilidad es bajísima), o sea, que casi mejor que no nos vean y pasen de largo no sea cosa que les mole nuestra joya azul y blanca y nos echen a patadas de aquí, jajajajajaja...

      Un requetebesazo de nuestra parte y te mando, sobre una onda portadora, el lorcillo de la peaso cena que está cocinando right now mi nena. Y no te digo qué es porque se te enfila el colesterol, jajajajajajaja...

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  2. Maravilloso relato. En mi nevera solo tengo una pequeña Antártida y cada noche compruebo como, por el cambio climático, se desmoronan las placas de hielo, aunque los cubitos siguen impasibles.
    Un beso.

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    1. :D ¿Cambio climático en tu nevera, Juan? ¿Antártida?... ¡Ya sé! Tienes un combi no-frost :D
      Pero no te fíes de los callados cubitos de hielo: aguantan mucho pero cualquier día saldrán para saltar hasta tu vaso. A ellos también les gusta la juerga.
      Beso y sonrisa (pasada por agua en una desapacible mañana de cambio climático donde el sol de abril no luce ni entre dos gotas)

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  3. Jajjjajjjaa..Ten cuidado que la Invasión ya creó ansiedad en algunos en su día ;) y no cuentes mucho a Mad de aquí, que está muy agustito en tu nevera.
    Que facilidad de palabra tiene "vuesa merced" :))
    Besos

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    1. Jajaja... "la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura"
      A fe que confundo una flota de vespas con extraterrestres :D
      Que descanse, gentil señora :))

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  4. ;))) Framboise...Me da que si una 'cosita' de esas me sale entre las lechugas...¡¡Me da algo!!...jaja.

    PD.: Te cuento que la niña ya no le hace pucheritos...;)))
    Añado...¡¡Lo lleva hasta él para que toque!!...jaja...;P
    B7s

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    1. :D Es inofensivo... creo... :D
      Pero creo también que voy a invitarle a que se instale directamente en la frutería: menos problemas para todo el mundo :D
      Ps. Que la niña le anime a que toque dice mucho del alumno... y aún más de su profe ;)
      B7s y besotes a repartir.

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  5. jajajajajaja, ¡¡¡POS CLARO!!!, oído que tiene la niña ante mi repertorio al violín, jajajajajaja...

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    1. :) No lo dudo pero... ¿Para cuando una representación en público? Pruebas, necesitamos pruebas. :D

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    2. ¡SÍ HOME!, en público dice, jajajajajaja...

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  6. :) ¿Y no podrías instalar a Max directamente en tu huertecillo, en lugar de tenerlo sometido a fríos y oscuridades eternas en el refrigerador? A cambio de comerse tus lechugas, le podrías decir que protegiera el huerto del ataque inmisericorde de mirlos y mirlas, petirrojos y petirrojas, herrerillos y herrerillas :)

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    1. :) No sé, diego... ¿Y si el gato lo toma por un ratón y se lo come?... Y creo que a Max le sienta mejor el frío que el sol...​
      Me lo pensaré :)

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