Al abrirlo se tropezó con una libretita olvidada, empezada con ilusión pero que pronto fue desplazada por ... ni recuerda por qué asuntos, triviales o no, que royeron las horas, los días, los años...
La siguieron unas fotos donde escudriñar rostros y paisajes, recordando fechas, con nitidez, o sitios, confusamente... o al revés.
Cartas y postales. Libros y puntos de lectura. Esbozos de cosas sin terminar. Regalos sencillos y entrañables.
Había sobre todo un batiburrillo de papelitos sueltos, dibujos y esquemas, propios y ajenos, frases emocionantes, cintas de colores, llaveros sin llaves... objetos dispares, inclasificables; de ésos que ni sabes porqué los guardas como si fuesen tesoros.
Porque lo fueron. Quizás.
Salían de todas partes, como un ejercito de nostalgias varias, disparándole entre los ojos, sin miramientos, con crudeza.
Las había viejas, suavizadas ya, aceptadas hacía tiempo con un suspiro resignado o una sonrisa agradecida.
Y las había más recientes.
De ésas que todavía huelen a yodo y sal; como las conchas de un verano no tan lejano, pero ya sin su brillo de mar.
Y surgió la pregunta: "Y ¿qué hago con todo esto?..."
Y volvieron al cajón.
El de la memoria selectiva que protege sus secretos sonriendo.
Ésa que no olvida nada de lo bueno que pasó.
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Pompita mirando los secretos de un cajón.
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Es triste pero esa memoria selectiva acaba por desaparecer, después de tres o cuatro cambios de residencia. Y es entonces cuando en verdad las añoras. Lo sé por experiencia.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, es cierto, dicen que no sé cuantas mudanzas equivalen a un incendio que elimina testigos de nuestra vida. Pero...¿de nuestra memoria también?...
EliminarEspero que elimine sólo los malos.
Un beso, Juan.
Lo cierto es que, a veces, abril un cajón con objetos olvidados, trae buenos recuerdos. Y uno no se atreve a tirar nada, también eso es así.
ResponderEliminarUn saludo.
Para mí es así en efecto , dlt. La mayoría son buenos recuerdos y aunque su soporte sean cositas sin importancia, soy incapaz de tirarlas.
EliminarUn abrazo.
Yo tengo un cajón como ese en mi casita de Miraflores. Fotos viejas, escritos y poemas de mi padre, algún reloj, viejos recuerdos míos... Los metí allí, cuando me fui a vivir a la sierra; un montón de recuerdos y de nostalgias solo míos. Pocas veces lo he abierto, me falta valor.
ResponderEliminarCreo que todos tenemos un cajón más o menos lleno de cosas sólo nuestras. Y sí... a veces nos cuesta abrirlo porque los buenos recuerdos también pueden doler... Mejor lo dejamos cerrado ¿no?...
EliminarBesico con recuerdo sonriente hacía tu casita de la sierra.
¡MOLT BON DIUMENGE, Fram!, me recuerda esto que mencionas a mi madre. A ver, también tiene un cajón lleno de fotos y otros objetos que le son muy queridos, ahora bien, hay una "cajita" que siempre lleva consigo: su bolso. En él lleva una foto de mi padre y rompe el corazón cada vez que la saca y habla con él. Y no veas cuando la saca y le cuenta a nuestra pequeñuela historias del abuelito.
ResponderEliminarUn besazo de nuestra parte y ¡FELIZ NAVIDAD PARA TODA LA FAMILIA!
¡Ay! los bolsos... y más los de las abuelas :D donde no faltan las sorpresas y sobre todo las fotos.
EliminarMe parece precioso lo de las conversaciones de tu suegra con la nietecita. Yo tuve de ésas con mi abuela y mira... todavía me acuerdo :)
B7s y besotes, chic@s navideños. :))
Feliz, feliz, también para vosotros. :)
jajajajajaja, ¡FRAM!, mi madre, decía mi madre. Mi suegro, aunque con algún que otro achaque, goza de gran vitalidad y Dios quiera que por muchos años.
Eliminar¡Feliz Navidad!
Uppsss... Me confundí de abuela, perdona. :(
Eliminarme encantan tus textos llenos de vida un abrazo gigante escritora
ResponderEliminarPues... pues... pues muchas gracias, Recomenzar. :)
EliminarUn beso y una sonrisa. :)
Eso es lo mejor que pudo hacer...así cada vez que vuelva a ese cajón, vivirá de nuevo todo...
ResponderEliminarBuen lunes tranquio después de tanto ajetreo.
Besos.
No sé si fue lo mejor... pero es lo que yo hago siempre: soy una sentimental, no me resigno a hacer limpiezas drásticas y me invade toda clase de "chismes"...
EliminarDisfruta de tu tranquilidad recobrada :)
Besos, Laura. :)
Genial este fragmento:
ResponderEliminar"Salían de todas partes, como un ejercito de nostalgias varias, disparándole entre los ojos, sin miramientos, con crudeza"
Ah, me sieento tan identificada con los que cuentas, alguna de mis múltiples mudanzas, de ciudad y de casa, han tenido más fuerza que ese "ejército de nostalgias" y he podido librarme de algunas cajas y de algunos batiburrillos, que linda palabra, pero no de todos. Y sin remedio, romántica y sentimental, sigo guardando chismes varios.
Por contra, me desprendo cada poco de ropa, bolsos, de todo lo que no me pongo, o de muebles, juguetes, y aparatejos...pero "mis cosillas" ah, eso no es tan fácil.
Un beso,
;) Bueno, Tesa, mientras nos de sólo por guardar nuestras "cosillas", no hacemos mal a nadie. Preocupante sería empezar a guardarlo todo, con la consiguiente molestia olfativa para el resto del vecindario...
EliminarUn beso, vecina. Y una sonrisa :)
Ps.Mis bolsos entran en la categoría de "chismes que se guardan" :D
;))) Framboise, te cuento que ando muy apresurada pero paso un poquito y te deseo...¡¡Feliz Navidad!!...;)))
ResponderEliminarB7s
´:) Estas fechas son de mucho ajetreo en efecto ;)
EliminarGracias por tus buenos deseos y te mando los míos también.
Muacssss apresurados para toda la familia.
Que nos quede lo bueno para recordar hoy
ResponderEliminarsolo las sonrisas para hoy
Bello tu texto Feliz diciembre
Los buenos recuerdos son como el aceite: nutritivos y flotando con las sonrisas, encima de los malos. ;)
EliminarFeliz diciembre para ti también, Recomenzar :))
Besos y sonrisas.