Infatigables... ellas.
Y yo no me canso de mirarlas, observarlas, admirarlas.
Y de envidiarlas. Siempre activas, de sol a sol. Sólo frenadas en las horas del mediodía cuando no se las ve (pero porque siguen trabajando en el subsuelo, a la fresca de sus refugios). Sólo paradas un rato cuando la tormenta, que a su escala se vuelve diluvio universal, las machaca y destroza parte de sus edificaciones. Que se apresuran a reconstruir.
Infatigables.
Son arquitectas, ingenieras de camino, criadoras de sus crías que transportan de allí hacia aquí o al revés según las horas, criadoras de otras especies que explotan, agricultoras, recolectoras. De lo que cultivan, de lo que encuentran, de lo que roban cuando pueden: lo aprovechan todo.
Infatigables.
¿No les duele nunca nada? ¿No necesitan descansar nunca? ¿Tendrán acaso fisios gratis para masajear sus cuerpos machacados por el trabajo intenso? ¿Tendrán viajes del Imserso donde les dan de todo, masticado, sin tener que planificar nada, sin tener que pensar (que es una cosa agotadora, se diga lo que se diga)? ¿Se irán de balneario cada fin de semana para cuidar sus articulaciones rígidas y sus huesos que crujen? (¿tienen huesos las hormigas?... me parece que no... ¿Será su secreto entonces?... Será su secreto, seguro.)
¿Cómo lo hacen?...
Infatigables.
Las envidio. Envidio su actividad que no decae nunca... Envidio sus patitas ágiles (las mías no lo son), sus articulaciones siempre engrasadas (las mías no lo están) ...
Su esbeltez (también)... Su comunicarse sin ruido (también).
Soy una envidiosa...
Vale... pero en otra vida quiero ser hormiga. He dicho.
... Aunque... no sé... ¿Ven la luna, las nubes y las estrellas las hormigas?...
Quizás me lo pienso mejor y me busco otra animalita para la reincarnación...
No sólo cuentan las articulaciones, desprovistas de poesía. ¿No?...
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Pompita observando la actividad de los hormigueros de mi jardín.
(Hoy sin foto. El suelo está muy bajo y no encuentro el tres en uno...)
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!Uf que trabajo!. Prefiero ser pájaro, siempre que los políticos depredadores, con guedejas rubias oxigenadas , me permitan poder posar en una rama.
ResponderEliminarBesos.
Sí son incansables, no paran... Y por eso, las admiro. Pero tienes razón Juan, mejor me busco otro animalito. ¿Pájaro dices?... Más cerca del cielo es cierto pero entre los depredadores de moda y el hecho de no tener manos... tampoco me convence. ¡Qué dilema! :DD
EliminarUn beso y una sonrisa. :)
Sí que son unas grandes trabajadoras y están todo el día dale que te pego y creo que no tienen tiempo de dedicarle un ratino a la luna, están siempre mirando al suelo😊.
ResponderEliminarGracias Fram ha sido un placer conoceros.
Besos.
:( Ya... Siempre mirando el suelo. Vale :) me buscaré otro animal :D
EliminarPara nosotros también ha sido un gusto muy grande (aunque muy breve) pero para la próxima nos organizamos mejor y ya sabes... aquí también hay bonitas cosas que "afotar" ;)
Besos y sonrisa doble. :))
Y lo que más me llama la atención es lo que son capaces de transportar: materia mucho más grande y pesada que su cuerpo.Como animal social nos dan cien vueltas en solidaridad y trabajo colectivo.
ResponderEliminarMe ha gusta que le dediques atención a las hormigas, mostrando tanta simpatía.
Un abrazo.
También en lo que comentas, Fanny, las admiro pero... no me va su negación del individuo y su falta de poesía. :(
EliminarAsí que seguiré al Principito, buscando un planeta ideal que reúna todo mis requisitos ;)
Abrazo y sonrisa, poeta. :)
PS si te gustan las hormigas... te invito a otro "divagar" mío. ;)
http://franpompasdejabon.blogspot.com.es/2012/08/una-de-policias-y-ladrones.html
Pues sí, son unos seres admirables, que hasta han merecido, como las abejas, tratados como los de Maeterlinck; porque aunque la vida regalada de la cigarra pueda parecernos mejor, ya sabemos cómo acabó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maeterlinck, un escritor clave en esto del conocimiento de las hormigas que han atraído tantas miradas, en efecto. Es que son un mundo fascinante con multitud de lecturas tanto científicas como sociológicas o de divagares de literatura de ciencia ficción y en el cine también. Yo personalmente no me canso de observarlas.
EliminarUn abrazo, vecino dlt, y una sonrisa. :)
Compartimos fascinación por estos animalitos. Recuerdo de niña y adolescente pasarme horas observándolas. Como se organizan, se comunican, como recogen a las hormigas muertas, como transportan el doble o triple del volumen que sus cuerpos.
ResponderEliminarNo suelo tener en casa, pero si entran me da mucha pena matarlas, llámame loca, pero si no son muchas las saco al balcón.
Compartimos también un deseo tener esa gracilidad y esas articulaciones bien engrasadas como esas pequeñajas laboriosas y bien organizadas. Las mías en este momento están para el desguace, la dos rodillas y un tobillo, de momento.
Me reencarnaría mejor en un caballo salvaje correteando en grandes y fértiles praderas, con ríos de agua fresca, y si se puede pedir sin calor ni insectos molestos...
Viví un tiempo en la Sierra, nada que ver con la temperatura de Madrid capital, sobre todo por la noche.
Todavía no ha empezado oficialmente el verano y ya añoro el otoño. Me vuelvo irracional con el calor, loca... No lo soporto.
Ya sé que a ti te pasa con el frío. Disfruta del verano y de tu jardín concurrido.
Un beso,
" si no son muchas las saco al balcón." jajaja o :DDD (de loca a loca y ahora que no nos oye nadie...Yo, salvo si se acercan demasiado a la despensa, las dejo pasearse dentro de casa a sus anchas. :DD Por otra parte, sería difícil impedírselo... son más tozudas que yo :D)
EliminarMe gusta compartir esta afición contigo: son admirables nuestras amiguitas. ¿verdad?
Pero no me gusta compartir averías de desguace. Las mías mejoran con el calorcito y por eso me horroriza el frío del invierno :(((
Sí, en la sierra la mayoría de las noches de verano son más soportables que en el centro de la capital (aunque tenemos todavía ahora mismo unos 29º después de los 36 de esta tarde). Me acordé de ti y de tu alergia al calor esos días atrás.
Volviendo a los bichos de potencial reencarnación... ¿Un caballo?... por muy salvaje y sin carga ni obligaciones humanas... no sé yo si me gustaría andar siempre a cuatro patas...Me lo pensaré... :D
Un beso Tesa y disfruta de helados, ropa ligera y ventilador. Tómatelo con resignación, no hace más que empezar el verano.
me ha encantado bello tu texto
ResponderEliminarY a mí me gusta verte por aquí. Gracias, Mucha.
EliminarNos leemos :)
Abrazo.