martes, 4 de diciembre de 2012

Las hadas del invierno


Las hadas del invierno peinan una larga cabellera azul noche profunda que sujetan con estrellas de hielo y cubren coquetamente con leve tocado de gasa gris humo de chimenea.
Lucen piel de plata y ojos de acero puro.
Suelen vestir de añil o de blanco, con tupidas capas de armiño ribeteado de terciopelo celeste.
Y usan unos largos guantes de seda brillante, abotonados con hexágonos de nieve.

Se mueven de noche, silenciosas, deslizándose sobre el hielo de los lagos, contemplándose en los espejos de las charcas dormidas, paseando por el bosque, sin palabra, eligiendo a las víctimas de sus besos entre los árboles más débiles. Y bajo el peso de sus caricias, se quedan entumecidas las ramas y crujen; degarradores quejidos sin respuesta.
Y ellas sonrien, despectivas, metálicas.
Porque ellas son fuertes, resistentes y conocen todos los secretos.Y ya nada las sorprende.
Ni los secretos de los humanos.
Son las que mejor conocen al ser humano que desde siempre ha luchado contra ellas, contra su aliento gélido, contra su escasez de generosidad, contra sus garras de hielo, contra sus dentelladas de cierzo... contra su indiferencia cómplice con la señora de la guadaña.

Son las hadas de los contrastes:
Son insensibles, frías, silenciosas y sin embargo nos traen el bullicioso calor casero, calor de familias que en sus fechas se buscan para compartir recuerdos, repartir besos atrasados y transmitir sus ritos.

Pero sólo los niños las quieren, jugando con sus risas nevadas y sus bromas de patinaje; y esperando sus sorpresas de año en año.
Y ellas las traen: con ciudades y casas decoradas con carcajadas de colorines brillantes, regalos cerca de un abeto que ellas ornan con bayas rojas robadas al acebo, alegría infantil y ruidosa de zambombas y panderetas y soplos de vaho maravillado encima de las bufandas.

Son contradictorias, frías y cálidas, desconcertantes.
Y por eso casi nadie las quiere... casi nadie las entiende.
Son implacables con los pobres, por ignorancia, porque no entienden a los humanos necesitados de calor.
Pero por unos días sacuden a los menos pobres en el corazón cuando los tocan con sus uñas de hielo que se tiñen de tesoro escondido.
El que dormita en todo ser humano y que pocas veces saben despertar sus hermanas más risueñas y olvidadizas.

Son guapas y distantes.
El sol se torna pálido para dejarlas disfrutar un rato de la naturaleza. Para que luzcan ellas.
La luna las ama, brillando con más nitidez en su cielo nocturno, reflejándose, coqueta, en cada copito de su nieve que añade estrellas bailarinas y caprichosas al séquito de la reina selenita.
La tierra disfruta con ellas, las recibe con gozo, hinchándose de aguas futuras... Año de nieves...

Son alegres y serias.
Nos regalan noches largas para festejar. O para refugiarnos en lo más profundo de nuestras almas, cobijo interior, reposo donde tomar impulso para la próxima vuelta de la rueda sin fin, para encarar con templanza la llegada de las amigas del sol: las despreocupadas e ingenuas hermanas verdes que pronto se asomarán, haciéndoles burla.
Pronto asomarán...primero tímidamente, vacilantes, indecisas y luego con aplomo impertinente.
Asomarán en cuanto ellas, hadas azules, dejen caer lentamente su capa de armiño en gotitas cristalinas y cantarinas...
En cuanto guarden sus espadas de témpanos...
En cuanto se vayan, desnudas, piel pura, a la soledad secreta y libre de sus neveros, en lo alto de las montañas, más cerca del cielo que les da su color infinito.

Así son las hadas de cabellera azul...
... con sus labios que sonríen friamente y reparten besos de cencella refulgente sobre cada rama del bosque...
y con estrellas doradas en el fondo de sus ojos de humo.

Pompita azul, azul noche, azul profundo, azul eléctrico,
                             azul cielo de invierno.

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24 comentarios:

  1. Pues me has recordado a la de Narnia, sólo por las pintas, conste. Como todas las hadas estacionales, juegan según sus normas, y en eso son sinceras y no hay engaño. Y ahora todo depende que los gustos de quien juega o, por el contrario, se esconde de ellas. Aunque como pa ver una y soltarle un copazo de nieve en su linda carita metalizada, jajajaja. Ya puede hacer frío, ya...pero correr, corres.

    Un beso

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  2. ¡Ay! Narnia, la bruja Jadis (no recordaba su nombre y mira... "jadis" significa "antaño"... la más antigua) pues ha sido sin querer.:D
    Como no sé dibujar, buscaba una imagen para ilustrar y ésta me pareció la más cercana a lo que tenía en mente :)
    Bueno... correr jugando a lanzar bolas o correr a refugiarte bajo la mantita, cerca de la chimenea. ;)

    Un beso con una taza de caldito caliente. A primera hora caía algo de cellisca aquí. Ahora sólo viento bien frío. Brrrr...

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  3. Aunque sus besos sean fríos, da igual, ya los calentaremos al fuego de la chimenea. Sin embargo tu imaginación es calentita y no tiene límites.

    BESICOS.

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  4. Me encantan tus hadas azul-plata que nos traen el invierno. A mi como a los niños, me gusta jugar con ellas y que me dejen estrellas de nieve en el pelo y que pinten de blanco mi aliento y después correr a refugiarme bajo una mantita mientras las veo bailar a través de los cristales.
    ¡Vaya cuento tan mágico que nos traes hoy Framboise!
    Besos sin cencellas.

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  5. ;))

    Al ladito de una fuente clara se escucha su canto, oh caminante que escuchas sin oírlas, dirás, al marcharte, que perdiste tu tiempo buscando quimeras cuando ellas, en torbellino, mecían tu oído.

    ¡¡Es bellísimo!!
    B7s...;)

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  6. ¿Sabes Ana? Tuve la suerte de tener una abuela fantástica que a todo le veía el lado bonito y me contó montones de cuentos inventados y despues de años de no ver más que el lado "adulto" del espejo, un día decidí regalarme el otro lado. Y los mejores regalos son los que compartes.
    Besicos vuelan hasta tu Jaén tan sonoro ;)

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  7. :) Y mientras escribía... entraron otras dos brujitas :)

    :)Jara, me quedé helada al escribir este cuento :D o lo escribí porque tenía que sacarme el frío de dentro.
    Es que no aguanto el frío: me pasa como a los árboles :D me crujen todas las ramas :( A no ser que despues de una buena caminata con el aire puro que te corta la cara, lo pueda contrarrestar con un chocolatito caliente.
    Me alegra que te haya gustado. :)
    Besos con olor a chimenea, la mantita y la taza de ¿café o chocolate?

    :) Mari, brujita, poeta y musa de poeta.
    B7s con música de Enya y ¿otro chocolatito? ;)

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  8. Una nueva palabra para mi cabecita: es la primera vez que leo la palabra "cencella" y, allá me fuí, al diccionario.
    Crudo invierno (como a mi me gustan.

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  9. Pues no debo de haber abandonado del todo la infancia, porque yo todavía las quiero, y las quiero sobre todo por su manto de silencio. No hay nada como un gélido amanecer en el campo, con niebla y escarcha pero sin ruido, esas frías amigas tuyas lo aniquilan. El silencio de la nieve en la montaña es algo único e inolvidable, no sabes cuánto lo añoro desde la gran ciudad.

    Bellísimo texto, gracias.

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  10. Me encantan tus cuentos de hadas.
    Besos.

    Viento de lebeche

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  11. Sigo creyendo que tras la sombra de la luna, está el país de las hadas de invierno. Esas, las que tu conoces del pelo azul... y que por el día se pueden camuflar tras las letras de un blog que reparte sonrisas en pompitas
    Besos

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  12. Creo que tú y M. sois un par de hadas de cabellera azul :)

    bonitas palabras.

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  13. :) Mariajesús, un paisaje "encencellado" (esto, mejor no lo busques en el diccionario jaja creo que me lo acabo de inventar) es maravilloso, como de cuentos de hadas y seguro que en gallego existe una palabra para expresarlo. Es sólo que las hadas de allí tienen otro vocabulario.

    :) Elena, alguien capaz de descubrir y conservar joyas de sirena no ha perdido del todo la infancia ;) Hace poco me dieron una definición de "añorar" = echar de menos algo perdido... pero el silencio de la montaña sigue existiendo, así que ¡ve en su busca cuando la gran ciudad te agobie con su ruido ;)

    :) A mí también me encantan tus cuentos, Viento ;)

    :) Mientrasleo ¿quién sabe lo que se esconde detrás de la luna? Ella sabe guardar muchos secretos y por esto la seguimos admirando.

    :) Esilleviana, me parece que mi cabellera no es tan azul como la de Mari... y encima...¡peino bastante nieve! :D

    Me gusta que os haya gustado mi visión del invierno.
    Besos cálidos a tod@s.

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  14. Bueno... analizando tu texto, resulta que das 8 argumentos en contra de las hadas de invierno y 12 a su favor, no serán tan malas :) Yo me alineo con los niños y la luna, me gustan estas hadas. Y siempre las encuentro cuando subo en invierno a buscarlas por los senderos nevados. Eso sí, hay que ir a su encuentro bien protegido, no sea que te muerdan con sus dientes de hielo en la nariz o en la punta de las orejas :)

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  15. Definitivamente llevas un tiempo sembrá como se dice por aquí. Precioso texto y como siempre un alarde de imaginación.
    Un abrazo.

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  16. :) Diego ¿12 a 8?... Pues no me fijé. Porque en realidad me gustan también las hadas del invierno (aunque sigo prefiriendo a las del otoño: ya sabes... el color) pero el día que se inventen nieve cálida, cierzo acariciador en vez de mordedor y cencella de algodón de azucar, me gustarán más: soy friolera.
    ¿no te habían regalado hace poco bufanda y gorro a juego? Pues, ya sabes: a lucir modelito por la sierra nevada madrileña. ;)

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  17. :) Hola, tetealca, señor del castillo :)
    Me gustan todas las estaciones, me gustan las hadas y la imaginación venía de fábrica (semilla familiar :D )
    Abrazote cálido con... ¿un belmonte? ;)

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  18. Todas las hadas son buenas, sobre todo las que vuelan por tu espacio desadulterado. Lo que ocurre es que, a veces, las del invierno se meten en nuestros huesos y empiezan a correr de un lado para otro (eso sí, jugueteando) y nos cabrean un poquito. Pero solo un poquito. Porque cuando se están quietas y se dejan admirar en los paisajes, o sentir en el aire que respiramos o en el viento que nos acaricia las mejillas, nos entran ganas de achucharlas muy, muy fuerte y no dejarlas ir. Lo importante es que todas forman parte de nuestra vida, sin ellas todo sería distinto.
    Yo también me he quedado un poquito frío. ¿Puedo echar un tragito a tu belmonte?
    ¡Besazos, Fram!

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  19. Cada estación con sus hadas correspondientes tiene su lado bueno... y más vale que lo veamos y apreciemos porque ellas no se paran :)
    :D ¡Cuidado con el belmonte: crea adicción! :D

    Te soplo un beso desde dentro de casa porque hoy está la sierra fresquita ;)

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  20. Gracias por la recomendación, a decir verdad, me quedé sin vinagre jaja.

    Un saludo cordial

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  21. Gracias por tu visita a mi blog que me ha dado la mano para traerme hasta tu bello rincón de hadas en el que la magia está marcada por tus letras como sinfonías de colores para arrancar la oscuridad de nuestras miradas.

    Un beso.

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    1. María... :( Soy la reina del despiste y acabo de ver ahora tu comentario. ¿Me perdonas?
      Besos atrasados.

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  22. He tenido una noche feúcha y antes de cerrar los ojos quería leer algo agradable, así que aquí estoy, y buscando más cuentos de duendes me encontré con estas hadas. Me vuelve a florecer la sonrisa en pleno invierno, tus textos son como una llama pequeñita que se va encendiendo, ¿ves? algo más que agradecer a las hadas del invierno, otro contraste que crean.
    Beso y brindis con mi tazón caliente de leche.

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    1. :( Vaya con la lechuza... :( La asustaste con este cambio de imagen ;)
      Me alegra que mis cuentos te hagan florecer sonrisas a cualquier hora y en cualquier estación :)
      ¿Tazón de leche caliente? buena opción que utilizo también a menudo :))
      Besote y sonrisa.


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