martes, 8 de enero de 2013

You tube... yo tuve...


Buscando algo de música en youtube...
... tecleé  "yo tube"... me reí y me puse a canturrear:

 "Yo tuve tres maridos
y a los tres envenené
con unas cuantas gotas
de cianuro en el café..."

 Y de canciones en ortografía y de ortografía en recuerdos y añoranzas, esta mezcolanza viajera me inspiró mi divagar de hoy.

No. No tuve tres maridos. Tengo Uno para mi Viaje.
Pero para otros viajes, tuve seis coches.
"Yo tuve seis coches
y a los seis los quise."...

Buscaba una canción francesa divertida sobre un coche pero no recuerdo ni quien la cantaba ni el título: sólo una melodía suelta e insegura...así que me perdí, me perdí buscando.

Y buscaba esta canción porque hace muy pocos días
he abandonado mi estatus de "maleta" de los últimos tres meses y he recuperado mi asiento preferido en el coche: el del conductor.

"Yo tuve seis coches y a los seis los quise."...
Bueno, no es exactamente cierto:
...no los quise exactamente igual.

Porque el primero...
Bueno... el primero es el primero. ¿no?
Era color limón verdoso con flores rosas en las puertas y fue sinónimo de libertad, escapaditas con los amigos, viajes cruzando los Pirineos, camping en el camino:
un chico todoterreno sin serlo. ¡Ay!... pero lo tuve que abandonar...

El segundo... fue compartido. Nuevecito, brillante, rojo y chiquitín. Y de viajes largos por Europa (y sin más gps que algunas palabras de sus idiomas), camping otra vez y con una gata preciosa para vigilarlo.
Los siameses tienen fama de guardianes de templos y doy fe de ello: más disuasoria que un perro o una alarma era nuestra siamesa.
Siempre nos hemos acordado de este coche con sonrisas y también de nuestras tretas para cogerlo la una antes que el otro o al revés, con la llave dispuesta desde el ascensor y la frase:   "Hoy, me toca!" ... como críos.

El tercero... a pesar de su color, no pasó a los anales como "la crème de la crème" pero fue muy socorrido y se portó muy bien conmigo el poco tiempo que viajamos juntos.

El cuarto... negro, de cuarta o quinta mano... duró muy poco nuestra relación. Nos tomamos manía mutuamente desde el primer mes de convivencia: yo no tenía un coche sino un problema; él era muy melindroso... y lo disfrutaban más los del taller que yo misma.
Así que... ¡puerta!

El quinto... ése sí que dejó huella. Otra vez rojo, chiquitín, nuevecito y con un carácter excepcional. Ni un mal gesto, siempre dispuesto. La de viajes que hizo... y siempre lleno a tope de compras de super...Y ¡hasta de ladrillos y sacos de cemento o de abono!... o con el cartel de "reparto de niños a domicilio" después del cole, con sus chicles pegados, sus zapatitos llenos de barro y demás recuerdos indelebles en la tapicería.
  ¡qué sufrido, el pobre!...
Disfrutamos mutuamente durante 16 años.
A ése sí que le eché de menos... un mal día, un querido novato y un jubilado desconocido tuvieron un encontronazo y menos mal, no les pasó nada a ninguno de los dos humanos pero el "microbio", como yo lo llamaba, terminó su carrera en el desguace.
Una pena... Era más mono... en fin...

Y el sexto... gris plateado serio (por no existir en verde ni en naranja; y esto último, casi mejor: me confundirían ahora con el repartidor del butano.)
Es éste del volante que inmortalicé hace tres meses; y me gusta mucho y nos llevamos de maravilla a pesar de tener tantos botoncitos que no entiendo del todo y que se cruzan de cables caídos a veces en su parte eléctrica tan quisquillosa. (realmente, a mí, no me costaba nada tener "aire acondicionado" a condición de abrir la ventanilla con manivela, pero ya no se estila.)
Es mi "compí" de ahora, siempre lleno de música mía y de los cachivaches "imprescindibles" que no caben en el bolso.
Y para él buscaba esta canción que no recuerdo bien:
para festejar nuestro reencuentro.

Me está esperando desde hace tiempo... así que os dejo y me voy con otra música a otra parte.

Música de una etapa bonita.

                                                                        

 Pompita con el motor cantando.... ¡música celestial!

Gracias Miliki, estés donde estés.
Gracias también a Enrique y Ana y su tabla de multiplicar árboles en un bosque de la China...
Tantas y tantas canciones a voz en grito y de todos los colores y con las coletillas:
 " ¿Hemos llegado ya?" o " Quiero hacer pipí" o
"¡La bolsa! ¡La bolsa!" ... ¿qué os voy a contar?...
Quien ha viajado en coche con niños, sabe lo... entretenido que es.

Y también otra música de tantos y tantos viajes con los "peques" o sin ellos.

 Para mí, viajar en coche es sinónimo de
                                        canciones y música.
                Y ¿para vosotr@s?...

http://franpompasdejabon.blogspot.com.es/2012/10/respuesta.html

13 comentarios:

  1. Cada coche, cada casa, cada rincón tiene algo vivido, allí dejamos una huella nuestra que compartimos, allí reímos o tal vez lloramos...en algunos coches se ha hecho el amor, se ha discutido, se han cerrado negocios, se han abierto esperanzas,si los coches hablaran...

    ResponderEliminar
  2. Jo, anda que no me ha dado pena a mí cada vez que he cambiado de coche o de casa. Sientes como si una parte tuya se quedara con ellos, de ratos, de risas, de llantos... aunque supongoq ue es inevitable
    Besos

    ResponderEliminar
  3. ana, mientrasleo :) Sí, la de cosas que podrían contar los coches jaja y las casas también.
    Da un poco de rabia y de vergüenza sentir apego por simples cosas pero algo de nuestras ilusiones, de nuestra vida se ha gestado allí y queda en los rincones.

    Me alegré de veros aquí ayer en mitad de la niebla... que parece que hoy ha desaparecido: me refiero a la niebla de blogger que me hizo casi invisible hasta publicar la entrada siguiente a ésta ;) Los misterios del ciberespacio...

    Besos a las dos. :)

    ResponderEliminar
  4. Yo, de todos los coches que he tenido, recuerdo con especial cariño el seiscientos azul. Somos siete hermanos y lo teníamos un día de la semana cada uno. Si hablase... Tiene razón Ana, en aquellos años los coches eran a menudo nido de amor o de lo que sea. Con buena voluntad y flexibilidad se conseguía, palabra. Y ganas, claro :) Veo que has arreglado tus problemas blogueros, Fran. Si es que no se te puede dejar sola... :)

    ResponderEliminar
  5. Leer la historia de tus seis coches es muy amistosa; compartes con tus lectores tus palabras -como escribe Valaf- siempre originales y sobre todo, muy alegres.
    Por cierto, tu coche actual además de la seriedad y formalidad del color gris de su envoltura, me parece muy futurista, no tiene cuentakilómetros en el salpicadero, ni cuentarevoluciones, ni reloj... jajaja

    un abrazo :)

    ResponderEliminar
  6. Debe de seguir la niebla... qué raro... pregunté por música de viajes y... :D será la niebla... o los cristales empañados :D

    Pues si, Diego, mi problema se arregló solo. Pero te prometo que no toqué nada ni antes ni despues "Croix de bois, croix de fer..." lo mío con el cacharrito raya lo patético :((

    ResponderEliminar
  7. :) Esilleviana :D sí tiene todas estas cosas mi cochecito pero... no me gusta hacer publicidad ;)

    Besotes

    ResponderEliminar
  8. Oiga usted!!!, a mi no me salió este post en el lateral de la taberna...y le garantizo que no estaba tapado por las botellas de ron!!!, jajajajajajaja

    Qué bonito te ha quedado. Aunque eso de envenenar a los maridos y encima con musiquilla, ufffffffff, uffffffffffff, jajajajajaja

    Un besazo

    ResponderEliminar
  9. :) Pues no... ayer estuvo tapado bajo la capa de invisibilidad :(
    Y yo estuve a punto de emborracharme para olvidar mis penas :D (lo consigo hasta con una "sin" jaja) pero... tenía que conducir :)))))
    :) Recuerdos bonitos, sí... y eso que nos os conté todo jajaja

    Jajaja Tranquilo: mi marido se prepara el café él solito: es un chico muy apañao. Y también me prepara a mí, infusiones... que saben muy bien. :D

    Besote de carcajada. :DDDDDDD

    ResponderEliminar
  10. Yo es que no tengo ni carnet de conducir... ¿Podemos hablar de los viajes en tren? Ahora que, a tu coche, me apunto. ¡Es muy divertido!
    Me alegro un montón de que por fin hayas agarrado el volante. ¡Enhorabuena!
    ¡Besazos, Fram!

    ResponderEliminar
  11. Hola Román :) Pues sí, también podríamos hablar de viaje en tren. A mí también me gustan mucho y algunas anécdotas tengo :)Y también en autocar. Los viajes, sobre todos los largos, se prestan a muchos descubrimientos divertidos e interesantes.
    Pero te aviso: nada de hablar de aviones! Volar de esta forma no es lo mío ;)

    Abrazotesssss

    ResponderEliminar
  12. Yo tuve tres Golf rojos y a los tres adoré...
    Y un día decidí que tenía que variar, y el de ahora es gris ¡¡gris!! Como la mitad de los coches que circulan (la otra mitad son negros). Y a este no lo adoro, y lo maltrato, aunque no se lo merece,el pobre, que es más sufrido que un contenedor.
    Así que el próximo, seguro que no será Golf, pero me juego algo a que será rojo.

    Un precioso post, cargado de nostalgia contagiosa ¿verdad?
    Es curiosa, la cantidad de vida que uno asocia a su chisme con ruedas.

    Un gran beso.

    ResponderEliminar
  13. Sí, la mayoría de los coches son grises ahora ¿por qué será? El próximo mío será rojo también ¡seguro! :)
    Añoranzas, recuerdos... siento haberte contagiado la nostalgia.
    Bueno, también es alegre ¿no?...
    Nadie ha dicho nada de la música :(... será que ahora sólo se escucha a la señora pesada del gps :D o las noticias :(

    Beso grande para ti también, elena. :)

    ResponderEliminar