martes, 21 de mayo de 2019

El Bis

Apareció una mañana de verano, flaco y temeroso. Atraído por la tronera de la despensa, sinónimo de comida.
Nos asustamos mutuamente y desapareció en seguida. Para volver al cabo de un rato y desaparecer de nuevo...


Pero le volví a ver unos días más tarde, como imantado por unos mendrugos de pan tirados al jardín para los pájaros...
Y no lo pude resistir. El pan no es el alimento predilecto de un gato ni mucho menos y si se echaba con tanta ilusión sobre ello es que estaba francamente desesperado... Le preparé un cuenco con lo que tenía a mano: un resto de puré de verduras con algo de carne que dejé a su alcance... y al alcance de mi vista.
Seguía igual de flaco, asustadizo y hambriento y en un abrir y cerrar de ojos, dejó el recipiente impoluto. Levantando la cabeza hacia la puerta ventana de la cocina, pidiendo más con el silencio triste de sus ojos azules. Le volví a dar algo, esta vez leche con pan. Y podía haberle dado sin parar: parecía que nunca se iba a saciar. Pozo sin fondo...


Y si bien, siempre que salíamos al jardín, desaparecía raudo entre el seto, una vez cerrada la puerta ventana volvía a acercarse y darse un atracón con lo que fuera, sin respirar. Con las orejas gachas, atento al mínimo ruido pero sin respirar.

Y así durante meses, reponiendo fuerzas poco a poco...
Nunca supimos de dónde venía ni a dónde iba. Pero nos acostumbramos mutuamente.
Yo, tanto me acostumbré, que le empecé a llamar el GatoBis, ya que el Gato a secas de esta casa es Munsi, mi negrillo.
Y tanto se acostumbró él, que terminó viniendo a diario, siempre a la misma hora, esperando en el felpudo, sabiendo que algo le esperaba. Y alguien.
Poco a poco recuperó fuerzas y aspecto, si bien seguía medio cojo, con una pata herida. Y asustadizo. Muy asustadizo y receloso... Ya sabiendo mucho a pesar de su juventud...pero tan hambriento... a saber qué penalidades pasaría antes de atreverse a acercarse...
Todos nos acostumbramos a su presencia, siempre respetando la distancia que él fijó como su distancia de seguridad.
 Munsi también se acostumbró; intrigado él también, como nosotros. Y, a pesar de vigilar celosamente su coto de caza y echar sin miramientos a los intrusos habitualmente, le observaba sin un atisbo de mal comportamiento, sino con desconcierto mirándonos a nosotros como pidiendo una explicación y al siamesito hambriento con esta empatía de la que carecen muchos humanos con sus propios congéneres... sin duda oliendo, con esta sensibilidad especial que tienen los gatos, su desamparo de gatito joven, herido y perdido en el frío del inverno.



Con estos nombres de el Bis, el Siamesito hambriento o el Cojito perdido, él, que buscó refugio durante esos meses de invierno al abrigo del jardín trasero sin ruidos ni peligros, y a veces calentando con sol tibio su cuerpecito flaco pero ya algo más relajado entre los bancales en barbecho, se ha ido.
A saber dónde. Lleva un tiempo sin aparecer...

Supongo que habrá vuelto a encontrarse con su familia humana que, (supongo otra vez), vendrá a disfrutar de su casa serrana sólo cuando vuelve el buen tiempo y lo había perdido el verano pasado...
Ocurre a menudo... Los gatos de piso se emborrachan de libertad cuando llegan aquí y algunos dejan que sus amos vuelvan al redil de la ciudad sin ellos.
Y en otoño florecen los anuncios de "Gato perdido" acompañados de sus fotos. Ocurre a menudo... De otros vimos anuncios por esas fechas pero de él, no...


Pero prefiero no suponer que lo habían abandonado... aunque esto ocurre también...

Y prefiero quedarme con esta imagen de un El Bis ya mucho más lustroso y de mirada entre triste y pensativa, como buen siamés que es.


Si sigues libre, guapo El Bis, espero que hayas aprendido a cazar y que por esta razón ya no nos necesitas. Y si nos necesitas, aquí estamos.

*************************************************
Pompita gatuna. (una más ;)
.

11 comentarios:

  1. Me conmueve el amor que le tienes a los animales y también la forma de expresarlo.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Cualquier ser vivo en apuros merece que se le eche una mano, no crees?... No cuesta nada; y de los animales se aprende mucho también, creo. :) No soy "animalista" pero no sabría mirar a otro lado. Sin más ;)
    Abrazo y sonrisa :)

    ResponderEliminar
  3. Para una entrada gatuna unos ripios gatunos que aprendí de niño y que creo que su Bis, seguramente, por su voracidad no seguiría:
    Micifuz y Zapirón se comieron un capón
    en un asador metido.
    Tras haberse relamido,
    trataron en conferencia
    si obrarían con prudencia
    comiéndose el asador.
    ¿Lo comieron, no señor,
    era un caso de conciencia.

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "Labor muy difícil es ganar el afecto de un gato; será tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo" Teófilo Gautier.
      Tierna historia Fram 😻 Deseo Bis encontrara a su familia, y si no que siga libre. Si os necesita, él sabe donde encontraros.
      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Por una razón que desconozco apareció mi respuesta a tu comentario Dlt, como de "desconocida" así que te lo vuelvo a decir ahora como Framboise ;)
      "¡Ay! Qué bueno! :DD En efecto hicieron bien los mininos aquellos: comerse el asador habría sido como matar la gallina de los huevos de oro. ;)
      Por otra parte, un gato bien alimentado tiene siempre la precaución de dejar algo en el plato para más adelante...
      Me han gustado estos versos que desconocía:)
      Un abrazo y una sonrisa para ti, Dlt :)

      Eliminar
    3. Hola, Laura. Me fui unos días lejos de cables de Blogger y por esta razón tardé en contestarte.
      Seguimos sin noticias de ElBis. Supongo que es buena señal :) Pero como bien dices: Si nos necesita, ya sabe donde acudir.
      Gracias por esta cita de Th.Gautier que consta desde años en mi "cuaderno de gatos" ;) Él los conocía muy bien. :))
      Y ya de vuelta a la sierra, me voy a visitar a los amigos (me acordé de saludar al mar en tu nombre ;)
      Besos y sonrisa :)

      Eliminar
    4. Gracias por dejarle ⛵ recuerdos míos este año aún no se cuando iremos a verlo, pero iremos 😉
      Buen jueves.
      Un arazo

      Eliminar
  4. Oh, me ha conmovido, Framboise, por lo que cuentas, por la chispa y la ternura con que lo cuentas, porque adoro a los gatos, y siempre he tenido gatos abandonados que han vivido como marajás una vez adoptados, porque ese ElBis es igualito a mi siamesa Nina, a la que siempre añoraré, pues teníamos una relación que era casi sobrenatural, ella sabía lo que pensaba. Y creo que creía que era un perro, pues era más perro que gato.

    Odiaba ir a veterinario, y al final de sus 13 años conmigo íbamos muy a menudo, y ocurría que yo pensaba tengo que llevarla, y antes de que sacara el transporting ya se había escondido, y bien escondida.

    Aun cuando tenía horarios de trabajo dispares, mi marido, mis hijos, sabían cuando iba a llegar a casa, pues Nina se plantaba delante de la puerta de entrada diez minutos antes y me esperaba, siempre.

    Estábamos tan compenetradas que ella dormía por la noche las horas que yo durmiese, a mi lado.

    Espero que este precioso siamés al que salvaste de morir de hambre haya aprendido a cazar, a sobrevivir o haya tenido la suerte de encontrar una casa donde lo cuiden y lo mimen.

    Pero ten por seguro, que si anda por ahí perdido de nuevo, sabrá llegar hasta ti.

    Una persona capaz de abandonar a un animal a su suerte, no merece mi respeto.

    Un abrazo grande y un achuchón para Munsi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay! Tesa-enamorada-de-los-gatos! :) ¿Sabes lo que dicen de los siameses?...Que al contrario de la mayoría de los gatos, tienen más apego a sus compañeros humanos (no me gusta el término "amo") que a su casa. Tuve tres siameses y los tres tenían esta actitud de tu Nina: no se despegaban de mí, como si fuesen perros. Los otros eran más independientes... más gatos. Como lo es Munsi que desaparece días enteros de correrías por el monte pero vuelve con grandes demostraciones de cariño y contándome sus paseos y descubrimientos (aprovecho que nadie nos lee :D Estas conversaciones entre gato-adictas no las puede entender quien no ha convivido nunca con un gato ;)
      Lo que lamento de la partida de ElBis es no haber tenido más tiempo como para ganar su confianza y llevarlo al veterinario: su patita tenía mal aspecto.:(
      Si sé de él, os lo contaré ;)
      Te devuelvo el abrazote y Mun, el achuchón ;) Otro para tu linda carey :)

      Eliminar
  5. Ay, me has conmovido con este precioso relato. Soy gato-adicta desde que una tarde de Otoño recogí a mi gata, Leticia de la calle. Una preciosa siamesa de ojos azules. Tenía por entonces una perrita llamada, Laika. Mi idea era que pasara la noche en casa y luego buscarle un hogar, pues desconocía el mundo felino y no tenía ningún interés por él. Pero su pequeño cuerpecito y su mirada de desamparo- apenas era un bebé- me cautivaron y no tuve corazón para enviarla a la calle de nuevo. En la actualidad, llevamos juntas casi trece años. Mi perra falleció al igual que mi querida madre. Los siameses con muy cariñosos. Mi Leticia es un amor. Ahora vivo en Pamplona, pero regreso al pueblo en verano, donde en mi jardín hay una colonia de gatos que una vecina junto conmigo atendemos. Son unos seres maravillosos. La historia que has contado, es preciosa y denota tu generoso corazón. A ver si regresa algún día. Si así ocurriera, no olvides contárnoslo. Un abrazo, amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay! Otra gato-adicta :) Y más aún: de siamesa. :) Enhorabuena, MariPaz, por tu decisión de adoptarla: ella te ha devuelto cariño con cariño. Son entrañables los siameses... bueno, todos los animales en realidad. Qué bonita historia la tuya también!
      Ya conozco estos raptos del corazón: la primera gata de piso que tuve cuando llegué a España fue una chiquitina blanca y negra apenas destetada encontrada en la calle y en invierno también. Chata la llamamos por el juego de palabra entre francés y castellano :) Mi marido en esta época no era nada amigo de los gatos, por desconocimiento también, pero pronto se dejó atrapar, como tú;)
      Y ahora, creo que es aún más "tonto" que yo con su gato :D
      Amor a los gatos han heredado también mis hijos ya que se han criado con ellos y ahora mi nuera igual. Y cada uno tiene el suyo.
      Son animales tan inteligentes los gatos y ... y me callo :D ¿Qué te voy a contar que no sepas? :)
      Disfruta de tu Leticia (ya me había parecido ver una foto en tu lateral)
      Ya os contaré si sé algo de ElBis :)
      Un abrazo, gato-adicta amiga.

      Eliminar