martes, 14 de mayo de 2019

Y el viaje continúa... 7

...Descubrieron los molinos, las presas, los veleros del verano dormidos en las orillas, los pueblos sumergidos debajo de sus alas, los cementerios verdes de algas y poblados de carpas tranquilas, la  fuerza de su bondad de hadas y el amor de los hombres por ellas...

¡¡Bum!!… ¡¡Bum!!… ¡¡Bum!!…

- ¿Habéis oído esto?...
- Sí... Es lo que me ha despertado...




Llevaban meses adormiladas en el fondo mullido del lago, acurrucaditas y mudas bajo el grueso edredón de lodo. A oscuras. Casi solas. Sólo los peces les hacían compañía allí abajo; y ellos también estaban aletargados...

¡¡Bum!!… ¡¡Bum!!… ¡¡Bum!!…

- ¡Otra vez! ¿Qué será?...



Una carpa, una veterana del lugar, les contestó:
- Son los humanos: de vez en cuando se instalan en las orillas y mientras ellos intentan atraparnos,  sus crías corren y gritan. Se lanzan una cosa enorme parecida a las gálbulas de los enebros... pero no es comestible.
- ¿Cómo lo sabes?
-Lo sé porque cada vez que el sol vuelve a calentarnos, aparecen. Y esta bola a veces se les escapa y flota un tiempo allí arriba... como las hojas del otoño...
He visto más de una en esos años que vivo aquí. Pero no son interesantes: no son comestibles. Lo intenté una vez que escaseaban las libélulas... y un poco más y no lo cuento... Tienen un sabor raro, parecido a las botellas azules y las bolsas multicolores que hay cerca de la orilla, atrapadas entre los juncos... Son dañinas. ¡No os acerquéis a ellas, niñas!"

Mientras la carpa se alejaba en busca de algo para saciar su apetito voraz, unos diminutos seres acuáticos se sacudían el barro de los meses pasados y agarrados a las burbujas de aire que a ratos salían del fondo del lago, empezaron a subir a la superficie, atraídos por un rayo de sol que tímidamente acariciaba el paisaje exterior...
                                                                                                             Continuará...                                                                                       

8 comentarios:

  1. Echaba se menos estas narraciones para sensibles, que marcan un profundo respeto por la Naturaleza, esa madre a la que no todos quieren.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Juan por tu fidelidad a mis divagares a pesar de mi silencio de estos meses pasados. Fue sin querer el no despedirme... (al fin y al cabo, soy francesa ;) Bromas aparte, yo también os echaba de menos.
      Pero ya he vuelto: ya era hora de despertar del letargo invernal :) Y en esto, la Naturaleza siempre me ayuda mucho. :) Y tranquilo: conseguiremos deshacernos de todos los plásticos, ya lo verás :) Esto también se puede conseguir en las urnas ;)
      Espero volver a la normalidad de mis lecturas de lo tuyo también :)
      Un gran abrazo, amigo Juan. Y una sonrisa soleada :))

      Eliminar
  2. Me alegra mucho volver a leerte Fram.
    Que el amor de los hombres sepa concienciarse y empezemos a cuidar más lo tan generosamente la naturaleza nos regala.
    Y que el viaje continúe.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me alegra verte de nuevo, mi amiga vespera :))) Después del mal tiempo, siempre vuelve a brillar el sol ¿no? ;)
      Y vuelven los bancales del huerto a animarse ;) Pronto me paso por allí (tengo que cotillear más tranquilamente este artilugio del inventor Paco :DD)
      Y el viaje continuará :))
      Besotes a todos (gatos y vespa incluídos ;)

      Eliminar
  3. Vuelves, en primavera, guapa, como esas oscura golondrinas que brillan con su negro tinta china y revolotean alborotadas cada mañana temprano y al final de la tarde, me gustan las golondrinas...

    ...pero luego llegan las moscas y es cuando me pongo a temblar pensando en la canícula que tan mal llevo.

    Pero hoy me refresco en este lago mágico que nos traes con esa carpa tan marisabidillas y estas historias tan tiernas sobre nuestra relación tormentosa muchas veces con la madre Naturaleza.

    Un placer volver a leerte, estás en tu mejor época del año, Framboise. reviviendo como esos animalillos del lodo.

    Este año no te puedes quejar de frío, que para mi gusto, ha hecho muy poco.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es verdad Tesa, este invierno ha sido poco agresivo pero aún así me lo pasé en la cueva, tal oso hibernando, en este duermevela que me encanta a ratos. Me lo pedía el cuerpo y le hice caso, dedicándome a otros asuntos :)
      Pero ya ves: en cuanto llega el calorcito, revivo. Debo de tener sangre de largarto. :D
      En primavera, se me despierta la savia y la mente también.
      Ya me acordé de ti ayer con estas temperaturas fuera de lugar tan temprano. Sí, han vuelto tus pesadillas y las moscas también :D pero piensa que sin ellas ni los mosquitos y eteces incordiosos, las golondrinas no tendrían con que sustentarse ;) Ni las carpas :D
      Un placer volver y leerte también con estos montajes locos tan tuyos que me encantan :)
      Un abrazote... a buena temperatura :)
      PS el lago se encuentra en Plivitce (Croacia) un lugar ideal para refrescarse ;)

      Eliminar
  4. Veo que ya se me han adelantado en la idea de que ha vuelto usted como como su comentario parece anunciar, en primavera, tiempo de resurgir.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. :) Pues sí... despues del invierno siempre llega la primavera.
    Gracias por esperarme, Dlt. :)
    Abrazo y sonrisa :)

    ResponderEliminar